La apertura del tramo de metro hasta el Centro vuelve a acumular un nuevo retraso. Si hace tres años se anunció que a principios de 2018 estaría abierto todo el servicio, hace unos meses se retrasó hasta el verano de 2018 y ayer jueves, el consejero de Fomento, Felipe López, reconoció que no se abrirá este tramo hasta comenzado el año 2019.

El retraso en la resolución del contrato de construcción del tramo Renfe-Guadalmedina, paralizado desde 2014 por las diferencias económicas entre la Junta y la constructora Ortiz, está condicionando los plazos de todo el tramo hasta Atarazanas.

López afirmó ayer que están ultimando la salida pactada al contrato que mantenían con la constructora Ortiz y que es condición previa para sacar a concurso la ejecución de las obras que faltan. En este sentido, recordó que ya cuentan con la autorización del Consejo de Gobierno para invertir esta cantidad y en cuanto se cierre el pacto, se podrá sacar a concurso la obra.

El consejero de Fomento espera que estos trabajos, valorados en 24 millones de euros, se puedan licitar en la segunda mitad de febrero, pudiendo estar adjudicados en junio. A partir de ahí se abre un plazo de 20 meses para su ejecución, lo que retrasa invariablemente la apertura de este tramo a comienzos de 2019. Además, hasta que no esté terminado este tramo entre Renfe y el Guadalmedina no se puede enlazar el resto de la red de metro con el tramo bajo la Alameda, que está avanzando a buen ritmo.

Felipe López recordó que en las licitaciones se suelen proponer reducciones de plazo en la ejecución, aunque reconoció que es difícil en una obra de la complejidad de un tramo del metro.

Origen del problema

El retraso en este tramo supera ya los seis años, ya que se comenzó a construir en 2010 con un plazo de ejecución de 13 meses. La gran cantidad de restos arqueológicos localizados en la zona, perteneciente al barrio nazarí de Al Tabbanin, ralentizaron el plan de ejecución y obligaron a introducir una serie de modificaciones en el proyecto que encarecieron la factura inicial.

Los problemas con Ortiz se hicieron patentes en 2014, cuando se hizo evidente que el presupuesto inicial de 42 millones de euros previsto para ejecutar la obra se quedaba pequeño. Sin embargo, hubo una divergencia clara entre el sobrecoste reconocido por la Consejería de Fomento y el reclamado por la Constructora Ortiz. Así, mientras la administración aceptaba un incremento de 17 millones de euros por las modificaciones aceptadas, Ortiz reclamaba 32 millones.

La negativa de la Consejería de Fomento a incrementar la cantidad de dinero destinada a este tramo llevó a Ortiz a abandonar las obras, obligando a la Junta de Andalucía a encargar la redacción de un nuevo plan para completar la ejecución de las obras pendientes de este tramo.

La futura empresa que asuma la continuación de los trabajos deberá encargarse de la excavación e instalación de losa intermedia y contrabóveda del túnel bajo Callejones del Perchel y la estación Guadalmedina, en el entorno de la rotonda de Albert Camus. Además, queda la ejecución completa del túnel entre la estación Guadalmedina y el puente de Tetuán, donde enlazará con la construcción del tramos bajo la Alameda. También enlazaría con el ramal hacia el Hospital Civil.

Tramo clave

La construcción de este tramo del metro es clave para asegurar la futura entrada en servicio del tramo bajo la Alameda, ya que el recorrido de Renfe al Guadalmedina es el que enlazará la actual red de metro con el Centro. Su construcción es la que permitirá la llegada del metro a la Alameda y, por tanto, el esperado salto de calidad que le permita pasar de los 5 millones de pasajeros actuales a mover unos 18 millones.