Según datos del último estudio sobre acoso escolar de Save the Children, en España uno de cada diez alumnos declara haber sufrido acoso en las aulas, siendo Andalucía la segunda comunidad autónoma donde se producen más casos. Partiendo de los datos alarmantes de esta lacra social, desde Asociación Arrabal-AID nos sumamos al acuerdo plenario de la Diputación de Malaga y junto al área de Educación y Cultura pusimos en marcha una campaña de difusión y concienciación para menores entre 8 y 12 años, dirigida también a sus padres y madres así como al personal docente. La campaña «Málaga, provincia libre de acoso» se extendió durante más de dos meses y alcanzó a más de 10.000 personas en distintos encuentros comarcales que se desarrollaron en Benalmádena, Gaucín, Antequera, Coín y Árchez.

En estos foros tuvimos la oportunidad de trabajar con alumnado y profesorado el concepto de bullying o acoso escolar, además de analizar las distintas situaciones que pueden presentarse, cómo poner en práctica posibles soluciones y sobre todo cómo darle visibilidad a este tipo de conflictos, tanto si somos protagonistas, como si somos cómplices o testigos mudos de estos sucesos. Esta propuesta contemplaba también difusión a través de redes sociales, carteles y dípticos, así como un acto final donde acudieron más de 400 menores para visualizar el desarrollo de este proyecto y obtener conclusiones.

Durante los meses que se ha desarrollado esta iniciativa y tras conocer a un alumnado muy diverso y tratar con un importante número de docentes, he podido comprobar que falta mucho camino por recorrer, que existe un problema de fondo en las nuevas generaciones. Por eso es labor de toda la sociedad inculcarles desde que comienzan su proceso de socialización valores como empatía, trabajo en equipo, lealtad, compañerismo, solidaridad.

El aprendizaje y la interiorización de estos valores desde su infancia son la clave para un futuro en el que mermen los casos de acoso escolar; para un futuro palpable donde esta problemática traspasa ya los muros de los colegios y llega hasta los dispositivos con internet de cada alumno y alumna a través de los cuales muchos son acosados en la actualidad. Los niños y niñas no deben solo saber enfrentarse a este tipo de situaciones sino, lo que es más importante aún, saber detectarlas en su entorno y dar la voz de alarma si observan cualquier señal de acoso escolar.

Parece que tras muchas víctimas, esta problemática, que ha sido ignorada durante mucho tiempo bajo el sufrimiento en silencio de muchos menores y jóvenes, y lo digo de buena tinta, empieza a lucrarse de importancia en la sociedad política y educativa, así los centros educativos están dispuestos a colaborar con este tipo de proyectos y a involucrar a su alumnado y cada vez son más implacables para erradicar estas conductas, como también lo ha hecho el Gobierno de España que ya dispone de un teléfono para las víctimas 900 018 018. Guárdenlo en sus agendas, puede hacernos falta.

*Salvador Guerrero es técnico de Comunicación Asociación Arrabal