El Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB) de Málaga trasladó ayer el malestar que provocó en la plantilla la pobre imagen que ofreció el Real Cuerpo de Bomberos al no poder participar en el rescate de una persona al que habían sido convocados por los servicios de emergencia. El cuerpo del hombre, que según los testigos se arrojó al mar desde un espigón y murió ahogado en un incidente que la Policía Nacional investiga inicialmente como un suicidio, tuvo que ser recuperado por una embarcación de Cruz Roja, ya que el barco de rescate de Salvamento Marítimo se encontraba en esos momentos buscando una patera en alta mar y la patrullera de la Guardia Civil tampoco estaba disponible, según el sindicato.

Desde el SAB responden así al alcalde de Málaga, quien, durante la reunión que mantuvo la noche del miércoles con los sindicatos para tratar varias reivindicaciones por las que los bomberos protagonizan un encierro, descartó recuperar el Grupo de Rescate (GRES) del cuerpo, desactivado hace años y cuyo material acuático se encuentra abandonado en un almacén. El sindicato asegura que el alcade argumentó que esta unidad ya no era necesaria al estar cubierta por las embarcaciones de Salvamento Marítimo y Guardia Civil, circunstancia que ayer no se dio. «La realidad ha tardado menos de un día en responder al alcade», apuntaron antes de recordar la impotencia que sintieron los agentes durante las últimas inundaciones que afectaron el pasado mes de diciembre a la capital al no poder ayudar a los ciudadanos con las embarcaciones que otrora abanderaron una de las unidades acuáticas más modernas del país, o el rescate de un cuerpo que un grupo de bomberos protagonizó hace tres primaveras en Sacaba Beach ataviados con bañadores comunes y una cuerda.

Conflicto

Un día después de la reunión que los representantes sindicales mantuvieron con el alcalde, desde el SAB no ocultaban la decepción de la plantilla tras la misma. De hecho, votaron en asamblea continuar con el encierro así como estudiar nuevas movilizaciones. Tal y como explicaron tras el encuentro, el alcalde no accedió a la principal petición, la destitución del jefe de bomberos, descartó negociar a corto plazo una nueva jornada laboral, y dejó en el aire la reclasificación y la creación de un nuevo reglamento (el actual es de 1959) con la creación de sendas mesas de trabajo.

El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Mario Cortés, aseguró ayer no entender que los bomberos mantengan esa postura, aunque insistió en que el equipo de gobierno sigue «con la mano tendida a la espera de que entren en razón».