­ El tiempo dirá si la lucha contra los hurtos se resiente de la supresión de los grupos específicos que la Policía Nacional creó hace unos años en Málaga para combatir una lacra que actualmente supone el 45,7% de las infracciones penales de la capital y el 38,3% de la provincia. Estos son los porcentajes que arroja el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior que analiza la delincuencia entre enero y septiembre del año pasado y que, casualmente, señalaban un repunte del 1% de esta actividad en la capital y del 4,8% en todo el territorio malagueño. Las cifras son significativas si se tiene en cuenta que, a falta del balance del año completo, esta tipología delictiva comenzó a aumentar el año pasado por primera vez tras cuatro ejercicios consecutivos de descensos. Casualidad o no, las Secciones Zonales de Hurtos de la Comisaría Provincial fueron desmanteladas en primavera.

Las estadísticas del Ministerio del Interior respaldan el trabajo de los agentes que integraban esas unidades. Los hurtos bajaron sistemáticamente en la capital todos los trimestres de 2015 y 2014, años en los que comenzó a ofrecer datos de los principales municipios. Durante tres de esos trimestres, los descensos superaron el 7% y en uno de ellos alcanzó el 10,2%. A nivel provincial -el Plan de Investigación de los Hurtos se extendió a Benalmádena, Estepona, Fuengirola, Marbella, Torremolinos, Vélez Málaga, Antequera y Ronda con la colaboración de las policías locales-, los hurtos pasaron de los 39.053 de 2011 a los 28.677 de 2015, cuando ya se intuía que la situación se revertía con un aumento del 0,9% respecto a 2014. Antes, hay que remontarse al primer trimestre de 2012 para encontrar el repunte (+1,4%) de hurtos en los últimos cuatro ejercicios.

La hemeroteca de La Opinión de Málaga recuerda que el primer Grupo de Hurtos se creó en 2009 con una decena de agentes dedicados única y exclusivamente a hacerle la vida imposible a los rateros. Los resultados fueron tan buenos que el alto mando de entonces, con una política operativa y de comunicación a años luz de la actual, decidió crear un año después una segunda sección con otra decena de investigadores. De hecho, a día de hoy resulta más fácil saber por qué se crearon los Grupos de Hurtos que las razones por las que han sido eliminados tras unos años desarrollando un trabajo brillante.

Fuentes de la Comisaría Provincial ni confirman ni desmienten, aunque conceden un argumento que prácticamente lo ratifica. Aseguran que los responsables de la Policía Nacional no hablan de su organigrama ni de la organización del trabajo, pero aclaran que todos los hurtos que les llegan en forma de denuncia a las comisarías se investigan siguiendo los cauces reglamentarios. Faltaría más.

Fuera de los cauces oficiales, todas las fuentes consultadas justifican el desmantelamiento de estos grupos por el acusado déficit de plantilla que desde hace años castiga a la Comisaría Provincial hasta alcanzar el 30%, según los sindicatos. Esa carencia ha provocado que la existencia de los Grupos de Hurtos se convirtiera en un lujo respecto a otras unidades en las que finalmente han sido reintegrados sus agentes. La investigación de los hurtos, por su parte, ha pasado a las comisarías de los distritos en los que se cometen o denuncian, pero, como dice un agente, «no es lo mismo tener un grupo especializado que no tenerlo».