­Sea quien sea el futuro candidato del PP a la alcaldía de Málaga, no podrá afrontar la contienda electoral sin la fuerza del partido. Es la principal conclusión que se desprende de la reunión interparlamentaria que celebraron los populares ayer, y que sirvió para fijar una hoja de ruta que estará marcada, a todas luces, por la reivindicación permanente de la marca del partido y por la intención de intensificar su presencia en la capital. A nadie se le escapa a estas alturas que la idiosincrasia de unas elecciones municipales, sumada a la imagen de un PP marcado por la personalidad de Francisco de la Torre, han permitido a los populares mantener la hegemonía en la capital sin la necesidad de sacar a pasear las siglas del partido.

Algo que está llamado a cambiar a partir de ahora, debido a un cúmulo de circunstancias, entre las que destaca la principal novedad de que el PP ya no podrá contar con De la Torre como su principal ingrediente para amasar votos. Para entender hasta qué punto el todavía alcalde ha sido un elemento de peso, simplemente basta con recordar la campaña electoral de las últimas elecciones municipales, y que se libró bajo el lema de «Paco de la Torre, sí». Entonces, se trató de reducir al mínimo -si no directamente prescindir- de las siglas del partido. Con los distintivos tradicionales fuertemente difuminados, se puso toda la atención en colocar a la figura de De la Torre en un primerísimo plano. Más aún, teniendo en cuenta que la formación venía de encajar un revés electoral en las autonómicas que se achacó, sobre todo, a que el partido habría sufrido un revolcón en plena oleada de escándalos nacionales.

Juzgando por lo explicado en la primera interparlamentaria del año 2017, el elemento novedoso de la ausencia de De la Torre vendrá acompañado por una futura estrategia electoral completamente opuesta a la vivida en 2015. Habló así el presidente de los populares en Málaga, Elías Bendodo, en presencia de su homólogo a nivel regional, Juanma Moreno, de la necesidad de «engrasar la maquinaria del partido en la capital». Un primer guiño de lo que está por llegar. Si los partidos se alimentan de los ciclos electorales como una mantis, Bendodo empezó con la tarea de trazar el horizonte del partido a corto y medio plazo, y situó a la reunión de ayer como punto de partida de cara a las elecciones municipales de 2019. «Desde hoy, el PP se pone ya el mono de trabajo de las elecciones municipales», aseguró. Un mono de trabajo que estará salpicado, en todo caso, por dos asuntos que consumen a su partido ahora mismo. El riesgo de que el PP en Málaga comience a no poder sin De la Torre y la necesidad de hacer la designación de candidato con cierta elegancia y naturalidad. «En los próximos meses, articularemos estrategias para reforzar al partido en la capital», dijo en relación al primero, mientras que siguió transitando entre la duda en lo referente al segundo. «Eligiremos a nuestros candidatos para las municipales en la primavera de 2018», repitió de nuevo.

Para resaltar la puesta en escena del PP en la capital, también adelantó la celebración de una convención del partido de Málaga capital, y que tendría lugar a lo largo del primer trimestre de este año. Una cita, se presume, que contará también con representación de la corte popular a nivel nacional, y que gana especial interés si se especula con que alguien de peso dentro del partido pueda aparecer en escena para pedirle a De la Torre que anticipe su marcha y permita un relevo anticipado.

Al contrario que en otras citas electorales, las palabras de Bendodo dejaron entrever, además, una conciencia plena de que los supuestos casos de corrupción que han salpicado al PP han sido sobreseídos por los votantes. «Somos el partido preferido de los malagueños, el que ha ganado en las elecciones que se han ido sucediendo en los últimos años», resaltó.

Confrontación con la Junta

Si hay un mantra que se extiende sobre el Ayuntamiento, y que ha sido reforzado por De la Torre como por nadie, es el de que no es posible hacerse con La Casona sin una política de enfrentamiento con Sevilla. Por si acaso se convirtiera en alcaldable, Bendodo optó por abandonar su famosa «senda del consenso» y arremetió contra el gobierno regional. La Junta no es muy buena, de hecho es bastante mala. Éste barrunta ser su nuevo leitmotiv desde ahora en adelante, hasta llegar al 2019.