­El lema se hizo famoso hace unos años y su mensaje continúa de plena actualidad. «Él no lo haría». En el anuncio, un cachorro era abandonado en mitad de una carretera perdida. Pese a la labor de concienciación, la mayor sensibilidad ciudadana por el cuidado de las mascotas y hasta las reformas legislativas para evitar el maltrato animal, en Málaga, aún hoy, se abandonan 3.000 perros cada año.

Son datos ofrecidos ayer por el concejal de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de la capital, Raúl Jiménez, quien informó a través de un comunicado de que las eutanasias practicadas a perros en 2016 en el Centro Zoosanitario Municipal son un 50% menos de las que se llevaron a cabo en el año 2011. Asimismo, el pasado año se practicaron 547, un 14% menos que el año anterior.

Al respecto, desde este área municipal se está trabajando «activamente» para conseguir en la actual legislatura el «sacrificio cero», tal y como se acordó recientemente entre los grupos municipales del PP y de Ciudadanos. En el año 2016, fueron 1.473 los perros que ingresaron en el Centro Zoosanitario, 426 recogidos de la vía pública por los servicios municipales y 1.047 entregados por sus propietarios.

Según destacó, si a este número de perros ingresados en la perrera se le añaden los 1.400 recogidos en el refugio de la Sociedad Protectora de Animales, el número total asciende a casi 3.000 perros abandonados en Málaga en un año.

Se trata de una cifra que resulta «completamente excesiva y que si no colaboramos todos en su reducción, complica enormemente la consecución del objetivo del sacrificio cero». Así, manifestó que, «como se ha demostrado en otros países de nuestro entorno, el abandono cero es la forma más efectiva de alcanzar ese sacrificio cero».

En cuanto a las salidas, se incrementaron en el año 2016 en un 12%, un total de 863 animales, destacando los 391 cedidos a otras instituciones, especialmente las realizadas a la Sociedad Protectora de Animales, gracias al convenio suscrito entre ambas entidades.

A ellos, se unen los 327 que fueron adoptados en las dependencias municipales y los 145 que fueron rescatados por sus propietarios tras un periodo de estancia en el centro. Estas salidas se han incrementado en un 32% con respecto a 2011.

Por su parte, los gatos que ingresaron en el centro en el año 2016 fueron 887, un 15% menos que en el año anterior, marcando un «desarrollo histórico» de un menos 33% con respecto a los datos de 2011. Destacan, asimismo, la disminución del 50% de animales entregados por sus propietarios, un 50% menos que el año anterior, pasando de 225 a 112. El resto, un total de 775, fueron recogidos por los servicios municipales, lo que representa también un 24% menos que los recogidos en 2011.

Según el concejal del área, «estas cifras muestran claramente la efectividad de programas como el CES, de control de colonias de gatos ferales y, en general, el mantenimiento de una colaboración estrecha con colectivos y asociaciones de bienestar animal».

Estas medidas han permitido que, también en el caso de los gatos, se reduzca «significativamente» el número de animales sacrificados, siendo éstos 555, un 16% menos que en 2015 y un 38% menos que en 2011.