­La Universidad es una institución viva y en permanente evolución. Pero este hacerse constante, este crecer permanente, necesita unas directrices para que sea ordenado. Por supuesto que entre los objetivos de la enseñanza universitaria sigue estando la formación de los alumnos y prepararlos para su salida al mercado laboral. Pero a medida que se ha ido transformando la sociedad, también han ido cambiando estos fines. La Universidad de Málaga no quiere quedarse descolgada de este proceso y diseña hoy la Universidad de mañana.

Hace un año que José Ángel Narváez asumió el rectorado de la institución. Su balance es positivo y satisfactorio, enfocado en hacer una UMA más innovadora, más sostenible y que ofrezca servicios de mayor calidad a la sociedad. En su comparecencia pública del pasado jueves para rendir cuentas de su gestión, el rector cifró en un 30% el cumplimiento de su programa en este primer año. Sin embargo, la institución mantiene importantes retos de cara al futuro. Y en este sentido, Narváez citó como objetivos prioritarios la reforma de los estatutos y la realización de un plan estratégico que diseñe la Universidad de Málaga de los próximos años.

La actividad universitaria se asienta en un trípode jurídico, político y económico. Y estas tres patas se van a mover de su sitio, sin que la UMA pierda estabilidad. Al contrario. El deseo de Narváez y de su equipo de gobierno es que salga reforzada y se convierta en una herramienta real de desarrollo y progreso de Málaga.

Reglamento

El rector recuerda que ya se ha iniciado el debate para la modificación del reglamento por el que se rige la gobernanza de la Universidad. Los actuales datan del año 2003, por lo que su adaptación, además de ser una obligación, supone también una oportunidad para hacer una transformación de la estructura universitaria. «Hay que repensar el gobierno de la Universidad», insiste José Ángel Narváez.

La principal novedad que pueden incluir los nuevos estatutos es la limitación de los mandatos de todos los cargos públicos electos, «algo que es bueno para la institución para también para las personas que los ostentan», dijo. Serán un máximo de dos y será una medida que no solo afectará al rector, también a su equipo de gobierno, decanos, directores de departamentos y otros puestos de gestión académica.

Los nuevos estatutos no van a desaprovechar la coyuntura para fusionar o concentrar centros universitarios o departamentos. Para reconocer, igualmente, la figura estatutaria del investigador, que en la actualidad se encuentra en una especie de limbo jurídico, «y que tienen que estar reconocidos y protegidos, con sus derechos y sus obligaciones», según el rector. O para regular la permanencia de los estudiantes en la institución. O para reforzar el papel social de la UMA. O para impulsar una gestión transparente. O para establecer controles de los órganos de gobierno.

Plan estratégico

La Universidad de Málaga sabe lo que quiere y hasta dónde quiere llegar. Por eso ya se ha iniciado la elaboración de un nuevo plan estratégico, «hecho por toda la comunidad universitaria, con participación de la sociedad». Porque el objetivo, en este sentido, es clarísimo: la UMA ha de tener una mayor presencia social. Que los titulados, que los docentes e investigadores de la Universidad contribuyan de manera más decisiva al desarrollo y enriquecimiento de su entorno. Que ocupe también el lugar que le corresponde en el ámbito internacional, mucho más allá de los ránking, sino como «una oportunidad en la formación de los alumnos y en sus salidas profesionales», dice el rector. Y también focalizar la actividad en el emprendimiento y en el reconocimiento social de la UMA. Además Narváez exigió que la Universidad «no puede estar fuera de los grandes proyectos de ciudad».

Durante este primer año de mandato, la institución académica ya ha desarrollado acciones conjuntas con instituciones como el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Andalucía y la Subdelegación del Gobierno. También con la Confederación de Empresarios y otras organizaciones sociales. «Solo así la UMA podrá ser una herramienta real de desarrollo y progreso de Málaga», añadió. Narváez aspira a ocupar una posición de liderazgo en este sentido, pero reconoció que «nos queda mucho por hacer».

En este apartado se incluye la modernización de la gestión de la institución. El objetivo es crear en un plazo no superior a cuatro años la «UMA sin papeles», como indicó. Es decir, aprovechar los medios que ofrecen las TIC como herramientas fundamentales de administración de la institución y de relación con los ciudadanos. De alguna manera se agilizaría la burocracia, se produciría un importante ahorro y se colaboraría en conservar el medio ambiente.Inversiones

Narváez reconoció el jueves que se ha encontrado una Universidad económicamente «saneada» y empezando una coyuntura económica «supuestamente mejor». Esto le permitió presentar en su primer ejercicio unos presupuestos más estructurados y transparentes, según dijo, que crecieron un 10,5% respecto a los anteriores. Este año, además, se ha aprobado un presupuesto un 1,5% mayor.

En el aspecto económico Narváez reconoce que existen discrepancias en el reconocimiento de la deuda que la Junta de Andalucía mantiene con la Universidad. Si hace un año ascendía a 120 millones de euros, dicho por el propio rector cuando tomó posesión de su cargo en el Palacio de San Telmo, el foro más apropiado para recordar esta suma, en la actualidad se ha reducido a los 90 millones, aunque Narváez considera que es algo superior. «Nos preocupa que se reconozca hasta el último euro, pero también la forma en que se va a hacer efectivo el pago, el cuándo y el cómo, porque es un dinero que necesitamos para hacer las estrategias que requiere la Universidad», agregó.

Por ejemplo, para continuar con la urbanización de los terrenos de ampliación del campus de Teatinos y la construcción de los nuevos edificios. La primera fase de la urbanización del bulevar se iniciará en mes o mes y medio. «Será el parque más grande de Málaga». También se está trabajando en el nuevo Pabellón de Gobierno, en la futura facultad de Turismo, en los edificios para los estudiantes y en Psicología, sede que tendrá que volver a salir a concurso.

Respecto a la conexión con el nuevo campus, cerrada aún por un conflicto abierto con el tránsito del metro en este punto, el rector fue contundente al afirmar que está dispuesto a «desbloquear» esta situación en los próximos meses. Sobre todo después de que la UMA haya gastado 5,6 millones de euros en esta vía, «cuando la Universidad no está para hacer carreteras ni aunque le sobrara el dinero», añadió.Calendario académico

Narváez se muestra claramente a favor de cambiar el calendario académico actual, como ya han hecho, al menos, cinco universidades públicas andaluzas. «Es una opinión personal, por la experiencia que estoy viendo en otras universidades», dijo. Para ello se está negociando con los estudiantes «para resolver sus miedos». Este cambio consistiría en trasladar los exámenes de septiembre a julio, para favorecer el sistema de evaluación continua y porque, según el rector, el índice de fracaso en septiembre es altísimo y muchos alumnos optan por no presentarse para no consumir una convocatoria.

Del mismo modo, el rector aduce razones organizativas y prácticas. Porque los exámenes que se celebran en septiembre retrasan hasta mediados de octubre la publicación del acta de las notas, es decir, que en muchos casos empieza el curso y el alumno desconoce si puede o no matricularse de todas las asignaturas porque aún no sabe si ha aprobado las del curso anterior.

Puestos de trabajo

Durante el primer año de mandato de Narváez como rector se han iniciado reformas para luchar contra la precariedad laboral de los profesores en la Universidad, favorecida por la crisis económica. Así ha auspiciado la promoción de doctores y profesores titulares, y se marca como objetivo reducir la presencia de profesores sustitutos interinos y profesores asociados, «lo que redundará en la calidad de la enseñanza», sostiene. También ha patrocinado la acreditación de nuevos catedráticos, aplicando nuevos criterios de antigüedad y permitiendo el acceso a la cátedra de personas que cumplían los requisitos desde el año 2012.

Y todo a pesar de los durísimos criterios impuestos por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (Aneca), que Narváez no dudó el jueves de calificar de «locura». Lo hizo además con tono airado. «No tiene exigir tantas horas de docencia o investigación, sobre todo en un contexto de crisis económica y recortes como hemos sufrido. Se trata de acreditar a un profesor, no de darle el premio Nobel», ironizó. Además, insinuó que ni siquiera los actuales componentes de la Aneca serían capaces de superar los requisitos impuestos por ellos mismos en caso de que tuvieran ahora que renovar su acreditación.

En estos primeros doce meses, el equipo de gobierno de la UMA también ha logrado, negociando con los sindicatos, la mejora de las condiciones laborales del PAS con un nuevo plan de recursos humanos y la recuperación de la mayoría de los derechos sociales.

AlumnosExámenes de septiembre, en julio

El equipo de gobierno está negociando con los estudiantes un nuevo calendario académico para pasar los exámenes de septiembre a julio, tal y como recomienda el sistema de evaluación continua establecido en el Plan Bolonia. Otras universidades ya lo han hecho y la experiencia está siendo buena, según el rector, quien asegura que es bueno para los alumnos, «porque tienen los contenidos más frescos y pueden disfrutar de sus vacaciones», a tenor también del alto índice de suspensos; y para la propia gestión de la Universidad.

GestiónLa UMA sin papel, en cuatro años

La Universidad de Málaga se ha marcado como objetivo crear la que Narváez denominó «UMA sin papel», es decir, aprovechar las nuevas tecnologías para la administración de la institución académica y para la relación de la Universidad con los ciudadanos. El rector señaló el pasado jueves que, de este modo, confía en que se reduzca y agilicen los trámites burocráticos, a través de la documentación digital. Además, como es lógico, se propiciará ahorro en papel y se contribuirá en el cuidado del medio ambiente.

DeudaLa Junta aún tiene que pagar 90 millones

La Junta de Andalucía reconoce que mantiene una deuda de 90 millones de euros con la Universidad de Málaga. La institución académica considera que este débito es de mayor cuantía. Narváez está dispuesto a disputar hasta el último euro, porque, asegura, que se trata de dinero que necesita la UMA para iniciar nuevas estrategias que requiere. Dinero, además, comprometido en las obras de ampliación del campus de Teatinos, y que la Universidad espera como agua de mayo.

CampusEl bulevar: el mayor parque de Málaga

Las obras de urbanización del bulevar Louis Pasteour, al menos las de la primera fase, correspondiente a la zona más próxima a la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones, comenzarán en un mes o mes y medio, según los pronósticos del rector. «Será el parque más grande de Málaga», dijo. Le seguirán las obras en la zona de las facultades históricas, donde hay un aparcamiento consolidado que habrá que resolver; y terminarán con la zona de la ampliación, más deshabitada.

EstatutosLimitará el mandato de los cargos

La reforma de los estatutos es uno de los objetivos prioritarios que José Ángel Narváez se marca para su mandato. Una nueva regulación que, entre otras cosas, limite a dos los mandatos de todos los cargos públicos electos. Una medida que no solo afectará al rector o a su equipo de gobierno. También al resto de la estructura orgániza de la Universidad, incluidos decanos o directores de departamento. «Es importante acostumbrarse a la limitación de mandatos, porque es bueno para la institución y para las personas que los ocupan», cree.