Los funcionarios del Juzgado de Instrucción número 3 de Málaga realizaban este lunes por la mañana su turno de guardia de incidencias en las dependencias habituales del órgano, en el sótano de la Ciudad de la Justicia, pero desde primera hora del lunes han notado fuertes olores que han calificado de "nauseabundos", por lo que han decidido continuar la labor de guardia en su oficina de siempre, ubicada en la primera planta, al menos hasta que cese el hedor.

Son los diez componentes del juzgado, incluyendo a juez y letrado de la Administración de Justicia, los que se han subido a la primera planta, tras quejarse a la Gerencia del edificio. Rápidamente, ha ido a ver lo que ocurría personal de mantenimiento y del Instituto de Medicina Legal (IML), dado que en un primer momento los trabajadores públicos han achacado los olores a las autopsias realizadas en el IML, pero los representantes de este órgano creen que podría tratarse de un problema de tuberías.

"Dicen que esta mañana no ha habido autopsias, pero el agua procedente del IML también se desagua por ahí. Nos han dicho que no es olor a cadáver, sino que se ha atrancado una cañería, pero no es la primera vez que pasa esto", dice uno de los funcionarios que, junto a sus compañeros, ha presentado la correspondiente queja verbal. Incluso el juez decano, José María Páez, ha acudido a ver qué estaba ocurriendo. "Estamos haciendo la guardia en el juzgado de arriba porque el olor era insoportable", dice este empleado público. La guardia, que ha comenzado esta mañana a primera hora, concluirá a primera hora del martes.

"El problema es que se trata de un edificio público en el que existen oficinas y se practican autopsias. Nos hemos subido a nuestra sede normal y hemos pedido a la Guardia Civil que cualquier asunto de la guardia nos lo remitan a nuestra oficina habitual, en la primera planta", dice.

El secretario del Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ), Juan Antonio Luque, señala que "no es posible detectar de dónde provienen los olores, pero lo cierto es que este problema persiste desde que se inauguró el edificio y el hedor nunca ha desaparecido totalmente".

El problema ya se ha puesto en conocimiento de la Gerencia de la Ciudad de la Justicia y del Comité de Seguridad y Salud al tratarse de un tema de prevención de riesgos laborales.

"Nosotros ya hemos dicho muchas veces que no se tenía que haber construido el IML donde está, sino que debe ir, y reiteramos nuestra petición, a un edificio anexo", apunta Luque.

En repetidas ocasiones desde la inauguración de la Ciudad de la Justicia, se han repetido los problemas de malos olores en el edificio, atribuido cada vez que se da este hedor al IML dada las numerosas autopsias que se realizan de los cadáveres judiciales en esta infraestructura, aunque en otras ocasiones estos olores han provenido de las cañerías o incluso del aire acondicionado.