Un dispositivo de vigilancia de la Policía Nacional ha conseguido detectar en un mes en los puertos de Ceuta y Melilla a cerca de 500 inmigrantes que intentaban acceder al país como polizones a través de los puertos de Málaga, Almería y Motril. Según la Dirección General de Policía, el operativo ha consistido en reforzar el personal de los puestos fronterizos para intensificar los controles en las rampas de acceso a los barcos para detectar inmigrantes que pudieran ocultarse en camiones, vehículos y contenedores, así como realizar patrullas y requisas por todo el recinto portuario, especialmente en las horas previas a cada embarque. En apenas un mes, la mayoría de las incursiones han sido protagonizadas por menores de edad utilizando diversos métodos, algunos de ellos especialmente arriesgados para su propia vida o integridad física. Muchos de ellos fueron descubiertos ocultos en los bajos o huecos exteriores de las cabezas tractoras de camiones listos para embarcar, mientras que otros se ocultaban entre la chatarra u otras mercancías que se encuentran almacenadas a la espera para ser cargadas. Este procedimiento, según la policía, es especialmente peligroso «pues al desconocer el momento preciso en que será cargado el material, pueden permanecer incluso varios días atrapados entre el mismo». También intentaron acceder corriendo por las rampas de acceso, aprovechando el descuido del personal de las navieras que supervisa el embarque y, en ocasiones, empujándolos, amenazándolos o trepando por las pasarelas de embarque que normalmente se encuentran a bastante altura. Una de las imágenes más dramáticas las protagonizaron los que trataban de subir a pulso por los propios cabos de amarre de los barcos o incluso a nado hasta las zonas del puerto deportivo o la dársena pesquera, desde donde accedían a la zona donde se encuentran las bateas para ser embarcadas.