El proceso de beatificación del sacerdote jesuita Tiburcio Arnaiz Muñoz (Valladolid, 1865-Málaga, 1926) ha dado un importante paso después de que el pasado mes de diciembre, una comisión de ocho médicos nombrada por la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano haya concluido que no hay explicación científica a la curación de un malagueño en 1994, que vive todavía, después de que la familia rezara al padre Arnaiz para pedir su recuperación, cuando su vida se encontraba en serio peligro.

La importante documentación y testimonios enviados desde Málaga -pues el posible milagro sigue un proceso aparte- ha llevado a la comisión a esta conclusión.

Tras el dictamen de los doctores, sólo faltaría el visto bueno de una comisión de teólogos y la aprobación de los cardenales para admitir lo que la Iglesia considera un milagro, condición necesaria para que el jesuita vallisoletano, afincando en Málaga los últimos 14 años de su vida, pueda ser beatificado. Para ser canonizado, es decir, ser proclamado santo, haría falta un segundo milagro.

Virtudes heroicas

Se da la circunstancia de que en el proceso de beatificación, el pasado mes de octubre el papa Francisco, tras la aprobación de los teólogos, reconoció que el padre Arnaiz había vivido heroicamente las virtudes teologales y cardinales. La constatación de un milagro por el equipo médico acerca todavía más la beatificación, que podría producirse en un par de años a lo sumo, confía el padre Vicente Luque, vicepostulador de la causa de beatificación, que se inició en Málaga en 1990 y cuatro años más tarde pasó al Vaticano.

El padre Vicente Luque, jesuita malagueño de 91 años, nació el mismo año en que murió el padre Arnaiz y desde que el obispo de Málaga Ramón Buxarráis introdujera la causa de beatificación el 18 de marzo de 1990, está al frente como vicepostulador.

Para este sacerdote, la falta de explicación científica a la curación del enfermo malagueño «es una gran noticia» que adelanta «mucho» el proceso de beatificación.

El padre Luque, que vive en la misma residencia de los jesuitas de la calle Compañía que ocupó Tiburcio Arnaiz, también quiere resaltar la importante labor que, unos veinte años después de la muerte del sacerdote vallisoletano, llevó a cabo un antiguo amigo y compañero de misiones, el padre Anselmo López, que se encargó de recopilar una importante cantidad de documentación y testimonios sobre la labor del jesuita, que han sido vitales para fundamentar la causa de beatificación.

El padre Arnaiz tuvo una ingente labor apostólica con misiones, apertura de escuelas, ejercicios y charlas en Málaga y numerosos pueblos de la provincia, así como con personas de toda condición social: pobres, presos, obreros, congregaciones religiosas...

Con San Manuel González

El vicepostulador de la causa resalta la buena sintonía y la colaboración que siempre tuvo con el obispo de la Málaga de entonces, el sevillano Manuel González, que fue canonizado por el papa Francisco el pasado mes de octubre y a quien le preparó varias visitas pastorales por la provincia.

El próximo sábado 18 de febrero, a las 7 de la tarde, en la iglesia de los jesuitas del Sagrado Corazón, el obispo, Jesús Catalá, ofrecerá una misa de acción de gracias por el reconocimiento de las virtudes heroicas del padre Tiburcio Arnaiz.

Además, el padre Vicente Luque, biógrafo del jesuita, señaló que se va a publicar una nueva edición corregida de la biografía, publicada originalmente en 2008, para que tenga un precio más accesible para los lectores.

También informó de que se encargará una imagen de Tiburcio Arnaiz para la iglesia del Sagrado Corazón, donde descansan sus restos.