La boca de Eduardo Chamorro, mejor conocido como El Chamorra a secas, ha sufrido un cambio radical. De las ruinas de lo que fue en su día la dentadura de este famoso cantaor, que frecuenta a diario las calles del Centro Histórico para agradar con su cante, se ha hecho de una carta de presentación blanca y radiante. La sonrisa nueva del Chamorra es también la sonrisa de la clínica dental Bucodente, ubicada en Ciudad Jardín.

De forma altruista, los profesionales de la casa le han colocado a su conocido paciente sendas prótesis que le han elevado de golpe la calidad de vida a El Chamorra, que presentaba un estado "edéntulo", el término científico para referirse a las personas que sufren la ausencia de la dentadura parcial o completa. En el caso de El Chamorra, el único reducto que se mantenía en pie era una paleta que, a su vez, se había convertido en uno de sus principales signos de distinción. La grieta que le ha granjeado cierta fama y a la que todavía recuerda un mural en el barrio de Lagunillas ha dado paso ahora a una dentadura fuerte y sana. Para ciertos cometidos, bien lo sabe el cantaor, la sonrisa es tan importante como la propoganda. En el caso de El Chamorra, que se gana la vida gracias al contacto directo con el público, el torrente de voz estará apoyado a partir de ahora en su nueva dentadura.

"Creemos que es importante que las empresas ayuden en la medida de lo posible a nuestros vecinos. Estamos muy involucrados con Málaga. Elegimos a Eduardo porque es un personaje muy significativo de la ciudad. El verlo sin dientes nos hizo pensar en la posiblidad de darle una solución a ese problema", explica Luis Arjona. Dueño de la clínica, este médico odontólogo ha sido la mano experimentada detrás de la intervención para dotar a El Chamorra de una nueva dentadura que le brinda un aspecto mejorado.

Una motivación, ciertamente, no exenta de dificultades. Para devolverle la dentadura a El Chamorra, se ha necesitado de dos prótesis acrílicas. Después de realizar las pruebas pertinentes, el equipo de Bucodente se dio cuenta de que el nivel de hueso que mantenía era muy escaso, y hacía imposible la colocación de unas prótesis fijas.