Josefa Montilla acudirá a la justicia ordinaria para reclamar una indemnización por el accidente que sufrió el lunes, 27 de julio de 2015, cuando salía de pagar impuestos municipales en la sede de Gestrisam, en la antigua Tabacalera, a causa del mal funcionamiento de la puerta automática, que se acciona con un detector de movimiento.

El Ayuntamiento le acaba de informar de que desestima la indemnización que pedía por daños físicos de 10.000 euros, al no estar «suficientemente acreditada la causa de la caída».

En su contra ha jugado que, por ley, la grabación del supuesto accidente se borró un mes más tarde, en agosto de 2015, pese a que, como consideraba ayer su nuera, Remedios Muriano, «a los ocho o nueve días pusimos la reclamación y el Ayuntamiento tenía el deber de guardar la grabación, al saber que se produjo un accidente».

Según contó en diciembre a La Opinión Andrés Ruiz, el hijo de Josefa, que la acompañó a pagar a Gestrisam, cuando salían, él sí pudo esquivar la puerta pero a su madre «le pegó el golpe y la disparó contra un pilar. Se le salió el hombro derecho y le salió un moratón en el ojo, además de echar sangre por la nariz».

Al ver a la señora en el suelo, un vigilante de Gestrisam acudió a socorrerla y llamó a una ambulancia. Sin embargo, la respuesta municipal se apoya en jurisprudencia variada que insiste en que la perjudicada debe acreditar que hubo una «relación de causalidad» entre la lesión sufrida y el mal funcionamiento de la puerta. Y en este sentido, la argumentación municipal señala que la puerta «ha funcionado correctamente tanto antes como después del 27 de julio de 2015 y no se ha producido ningún tipo de incidente relacionado con la misma», pese a que entre 2013 y 2015 pasaron por ella unas 450.000 personas .

El Ayuntamiento apunta también que, por los datos médicos de Josefa, la causa pudo deberse a que «las prótesis de rodillas bilaterales y ciertos medicamentos pautados que pudieron provocar mareos, somnolencia y equilibrio difuso».

Remedios, la suegra de Josefa y testigo del accidente junto a su marido, niega de forma rotunda que la caída se debiera a algo que no fuera la puerta automática. «Lo que siempre he pedido son las cámaras porque vi muy bien lo que pasó y cómo el seguridad ponía la mano en la puerta y no paraba de abrirse y cerrarse. La dejaron abierta y pasados dos o tres días le dijeron a mi suegra que la puerta seguía abierta», subraya.

Además, recuerda que hubo personas que asistieron a Josefa Montilla y vieron el accidente, por eso lleva muchos meses tratando de localizarlos por las redes sociales, por si pudieran aportar su testimonio. «En aquel momento teníamos que haber llamado a la policía pero lo importante era mi suegra y que no le pasara nada», destaca.

Para colmo, cuando su suegra fue atendida en el Clínico, le redujeron mal el hombro y se pasó diez días con grandes dolores, hasta que en el centro de salud de Barbarela descubrieron que no había sido reducido.

Por todo ello, Remedios anuncia que presentará un recurso contencioso-administrativo porque, como recalca, el accidente se produjo y fue su suegra quien pagó las consecuencias.