El chuzo es un bastón con la punta de hierro, así que cuando alguien dice que «caen chuzos de punta», exagera para resaltar la intensidad con la que llueve. Y en la frase «tiene muchos tacos», dirigida a personas cargadas de años, el «taco» hace referencia al montón de hojas del almanaque.

Son dos de los ejemplos de frases hechas, y su correspondiente definición, recogidas con paciencia durante años por el escritor e ingeniero agrónomo Joaquín Cestino, que acaba de publicar en Campos Elíseos Ediciones el Diccionario de Modismos Españoles. Expresiones, vocablos y locuciones (20 euros), que contiene más de 5.000 frases.

Joaquín Cestino, que quiere quitarle importancia al hecho de haber publicarlo ya 23 libros -entre ellos sendas obras sobre la Historia del Estrecho de Gibraltar y el mundo de Tartessos- confiesa que no se le ocurrió nunca escribir un trabajo de este tipo, «pero suelo llevar siempre unos papelillos con un elástico, algo por lo que he sido criticado innumerables veces -ironiza- y cada vez que escuchaba un modismo a alguien o en la televisión, lo apuntaba».

Y así, pasándolos luego a un cuaderno «cuando tenía 30 0 40», la lista fue creciendo hasta que se planteó publicarla, no sin antes comprobar qué se había hecho antes en este campo. «Pregunté en varias librerías por un diccionario de este tipo y vi que el más moderno era del año 97, y además no estaba ordenado alfabéticamente», explica.

Porque una de las ventajas de este diccionario, explica el autor, es que está ordenado alfabéticamente y además teniendo en cuenta la palabra principal de la frase, así que la expresión «La duda ofende», por ejemplo, no se encuentra en la letra ele sino en la de. Y como prueba de su modernidad, incluye «tuitear».

Además, el escritor cuenta que ha trabajado las definiciones para conseguir que sean lo más precisas y escuetas posibles, no obstante, en los casos no tan conocidos como los de los chuzos o los tacos, les ha añadido una pequeña explicación.Para españoles y extranjeros

«Estar hecho un Ecce Homo», «Limpio como los chorros del oro», «Quedarse roque», «Meter un puro», «Hacer el canelo»...los modismos del castellano son legión, por eso Joaquín Cestino cree que puede interesar como libro de consulta tanto a lectores españoles como a estudiantes extranjeros y pone el ejemplo de una joven ayudante ucraniana de Farmacia que trabaja en Málaga «y se está estudiando el diccionario».

Joaquín Cestino cree que su trabajo ha sido «una osadía por mi parte con el que no pretendo molestar a nadie ni que me echen flores de ningún tipo pero lo he hecho y hecho está».

Su temprana afición por la lectura, cuando de niño acudía a la entonces ajada y oscura biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País en busca de novelas de Salgari y Verne y su posterior obra literaria, con libros de poesía, historia, ensayo, fotografía o relatos, desmienten el tópico de que las Ciencias y las Letras son incompatibles.

Con 23 libros publicados, bien puede el escritor malagueño aplicarse uno de los modismos de su diccionario: «Escribes más que el Tostado», en recuerdo del teólogo del siglo XV Alonso de Madrigal, conocido también como el Tostado.