La convivencia conductor y ciclista nunca ha sido fácil. No están en igualdad de condiciones. Menos aún a 90 kilómetros por hora. La bici, y quien pedalea, siempre van a llevar las de perder en cualquier accidente. Y los usuarios de las dos ruedas no dejan de crecer. El Barómetro de la Bicicleta de 2015 indica que la mitad de los españoles montan en bici de forma frecuente, nueve puntos más que en 2011. Y que uno de cada 10 lo hace a diario. El resto, fundamentalmente, los fines de semana. Parece obvio que a mayor número de ciclistas, también se multipliquen los accidentes en los que los ciclistas están involucrados. En Málaga, donde la afición es muy importante (es la provincia andaluza con más licencias y con más pruebas anuales) esta ecuación sería de segundo grado. Por este motivo, la delegación malagueña de la Federación Andaluza de Ciclismo ha identificado 24 tramos de la red viaria de la provincia con un elevado riesgo de siniestralidad.

En cinco años, los accidentes con ciclistas se han duplicado. Entre 2011 y 2014, los siniestros en las carreteras españolas pasó de 4.704 a 7.370; y el de víctimas subió de 49 a 75 (+53%). Pese a que el mayor número de accidentes de tráfico con víctimas usuarias de bicicleta se produce en las vías urbanas, es en las interurbanas donde la lesividad es mayor y donde se produce el mayor número de fallecidos.

Una de las conclusiones que se extraen del Barómetro de la Bicicleta es que seis de cada diez españoles no conoce la normativa sobre circulación de bicicletas, incluidos cuatro de cada diez usuarios de bici.

En la provincia de Málaga hay 1.300 federados. Después del fútbol, el ciclismo puede ser el deporte con mayor número de licencias. A estos ciclistas habría que añadir los innumerables e incontrolables que montan en bici por las carreteras de la provincia, durante todo el año, «debido al buen clima que presenta nuestra tierra, pero sobre todo durante el verano», señala Daniel Ortiz, delegado provincial de la Federación Andaluza. Ortiz señala que la implantación del carné por puntos fue muy positiva pero que el paso del tiempo ha derivado en un «exceso de relajación» por parte de los conductores. «Nosotros hemos aprendido a vivir con el miedo y a circular con el rebufo de los coches y el sonido de claxon de los conductores que nos increpan, cuando ni siquiera se conocen el código de circulación ni las recomendaciones de Tráfico», critica.

Con el deseo de reducir al máximo las situaciones de peligro para los ciclistas y que éstos puedan circular de forma segura por las calles de las ciudades, la Dirección General de Tráfico ha dispuesto una serie de normas de circulación que deben ser cumplidas por todas aquellas personas que decidan utilizar la bicicleta como medio de transporte.

Exceso de velocidad, falta de atención, adelantamientos en lugares no permitidos que terminan arrollando al ciclista... son algunas de las causas más frecuentes de accidentes. Muchos de ellos mortales. Alonso González, hasta hace pocos días presidente de la asociación Ruedas Redondas, señala que los principales inconvenientes que se encuentra el ciclista cuando sale a la carretera con su bicicleta, además de la falta de comprensión de muchos conductores, «que nos consideran un estorbo», es la falta de arcén en muchas, «arcén que existía y que ha sido suprimido para hacer una acera y aparcamientos, como ha ocurrido, por ejemplo, en Rincón de la Victoria». También las ondas o barreras de seguridad que hay instaladas, y que actúan como auténticas cuchillas para motoristas y ciclistas cuando caen a la calzada.

González lamenta que se haya «perdido una fantástica oportunidad» de haber hecho gran vía ciclista en la antigua N340 y, sin embargo, pese a ser una ruta muy transitada, «es por donde peor se puede circular en la actualidad».

Daniel Ortiz, por su parte, reconoce que la DGT ha comenzado a instalar en algunas carreteras, como la subida a la Fuente de la Reina o en algunos tramos de la N340.