El mosaico, hallado en 1956 durante unas reformas realizados en la calle González Marín de Cártama, es uno de los cuatro de los que se tiene constancia con procedencia de la ciudad romana de Cartima. Fue el pavimento de una gran estancia perteneciente a un edificio que se ha venido relacionando por los motivos marinos de la concha y los delfines con las termas, o baños públicos; sin embargo, el lugar de su hallazgo lo vincula más bien con una las habitaciones de las domus o viviendas de la élite que circundaban el foro de la ciudad. El medallón central representa el nacimiento de la diosa Venus, que reposa sobre una venera bajo la que aparecen dos delfines afrontados. Alrededor se encuentra una orla con ocho aves campestres. Por encima y por debajo del panel se desarrollan otros con motivos geométricos, viéndose bordeado todo el salón por una cenefa de guirnaldas.