Alberto Montero ha tenido que ceder el escaño que ocupaba hasta ahora en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. El secretario general de Podemos en Málaga y también diputado ha quedado relegado a ocupar un sitio en el llamado «gallinero», desde donde asistirá desde la distancia a las sesiones plenarias. La sustitución de su escaño fue trasladada a la mesa del Congreso en un escrito firmado por la nueva portavoz de Podemos, Irene Montero, y se engloba dentro de la reestructuración que ha llevado a cabo el partido tras la celebración de Vistalegre II. Con este destierro se visualizan las consecuencias de que Montero, afín al ex secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, haya apoyado hasta el final por la lista que encabezaba el propio Errejón. El escaño que ocupaba el secretario general de Podemos ha pasado ahora al exjuez y diputado por Baleares, Juan Pedro Yllanes.

Mantiene su portavocía

Este cambio de ubicación no se traduce, sin embargo, en un relevo al frente de la portavocía que ocupa Montero. El diputado malagueño seguirá como portavoz de Podemos en la comisión de Economía y Competitividad. Así lo confirmó Montero en declaraciones a este periódico, asegurando que los cambios en Podemos no afectarán a su trabajo en las comisión. «Entiendo que los bailes de escaños es en lo que se fija ahora todo el mundo», explicó que, más allá del baile de escaños, la formación se encuentra ahora mismo en pleno proceso de «recomposición».

Montero, como economista, cuenta con el punto a su favor de estar al frente de una parcela que requiere de una preparación muy específica. «Ahora mismo no tengo un recambio muy fácil», aseguró el líder de Podemos en Málaga. Montero también mantendrá su cargo como portavoz adjunto en la comisión de Seguimiento del Pacto de Toledo. Además, el también secretario general de Podemos en Málaga preside la comisión de Empleo y Seguridad Social.

A pesar de estar señalado como alguien cercano a Errejón, Montero cuenta con el punto a su favor de estar al frente de una parcela que requiere de una preparación muy específica. Aunque siempre se mostró cercano a Errejón, fuentes del partido aseguraron, en un principio, que Montero no se encontraba entre el «colectivo de errejonistas que Iglesias se ha querido quitar de encima».