­En una habitación oscura y pestilente, la humedad sube por las paredes. En un rincón, una cama ajada, con el colchón vencido. Los enchufes desnudos, sin carcasas protectoras. Así llevan meses. Y en el techo, restos de heces arrojadas por un interno. Nadie pinta. El mantenimiento corresponde a la Diputación, institución de la que depende el centro de discapacitados Guadalmedina. Pero vive una situación de abandono total que ayer fue denunciada por el PSOE tras realizar una visita y descubrir todos los desperfectos.

Ratas por fuera, cucarachas por dentro, mobiliario antiguo y roto, salas de aislamiento que ya no pueden usarse, cocina oxidada... El portavoz del grupo socialista, Francisco Conejo, y la diputada socialista Toñi García, dedicada a temas de atención especializada en el organismo supramunicipal, no salían ayer de su asombro y comenzaron a hacer fotografías para criticar esta situación de desidia y acusar al equipo de gobierno de Elías Bendodo de «insensibilidad con las políticas sociales, mientras anuncia a bombo y plantillo la construcción de un restaurante y una tienda en la plaza de toros o la inversión millonaria por traer el Basque Culinary Center a Málaga».

Sin embargo, la diputada de derechos sociales, Lourdes Burgos, recordó que la Diputación invirtió el pasado año en este centro 113.000 euros y este año tiene prevista otra partida de 50.000 euros «para ir renovando mobiliario y embellecer el centro». Un edificio antiguo que asiste a «graves afectados». Del mismo modo, Burgos recuerda que las competencias en materia sanitaria corresponden a la Junta «y cuando quieran le cedemos el centro de forma amistosa». Y sostiene precisamente que cumple con la normativa de higiene y salud y todas las inspecciones que le hace el Gobierno andaluz.

Conejo describe un panorama dantesco. Y anuncia que su grupo solicitará un plan de choque integral de este centro y una auditoría para comprobar la situación de los demás centros asistenciales que tiene la Diputación en la provincia.

Conejo señala que a pesar de la insistencia de la plantilla de auxiliares que se encarga de la atención de los internos, en total 35 personas con problemas psíquicos y la mayoría de ellas sin familiares, por solicitar nuevas inversiones, la Diputación no aporta dinero para corregir estas deficiencias. Además, hay trabajadores de baja que no tienen sustituto y los que quedan se ven obligados a hacer turnos dobles de 15 horas «y alguna ocasión hasta de 25», añade Conejo, que recuerda que son enfermos que necesitan atención permanente, «porque pueden llegar a autolesionarse».

El centro también ha estado casi un año sin psicólogo y sin trabajadora social, «ahora tienen a dos profesionales con contrato de tres meses prorrogables, a pesar de que la psicóloga está supliendo una baja por jubilación y hay que tener en cuenta que tantos cambios suponen un trastorno para estos internos», agrega. Desde noviembre tampoco tiene fisioterapeuta.

Asimismo, el PSOE censura que desde que está el PP en la Diputación, estos enfermos no tienen vacaciones, «que antes se pagaban y les venían muy bien porque les servía de respiro salir unos días del centro».