Pese a tener la limitación de un plan de ajuste para rebajar la deuda y de un plan económico financiero para controlar el cumplimiento del gasto, el alcalde Fracisco de la Torre ha conseguido preparar unos presupuestos municipales ligeramente al alza con respecto a 2016, tanto en la cifra total de gasto como en inversión. Para cuadrar estas cuentas al alza deberá recurrir a endeudarse con un crédito de 12 millones de euros, que prevé amortizar este mismo año con el superavit que logre.

El presupuesto pasa de largo de los grandes o medianos proyectos y no contempla ni un euro para los planes sobre el Astoria Victoria o para la remodelación del Guadalmedina o el parque de Arraijanal.

Con esta argucia, que ya puso en práctica en 2016, De la Torre y su equipo económico han elaborado un proyecto de presupuesto de 749 millones de euros en cuanto al gasto (un 2,8 % más) y de 751,3 millones de ingresos, que también suben un 2,5%.

La inversión también crece un 9,5% y se situa en 61,5 millones, de los que buena parte irán para proyecto de rehabilitación y a construcción de viviendas de VPO.

Este crecimiento a ralentí o cámara lenta de estos presupuestos, no son más que un reflejo muy aproximado de la sociedad y de la situación de crisis que aun persiste y que no permite, a juicio del alcalde, alegrías de ningún tipo ni excesos. Por ello las cuentas para 2017 siguen la misma tónica moderada de años anteriores, con una dedicación prioritaria al mantenimiento de los servicios públicos, que se llevan más de la mitad del presupuesto (400 millones); seguido del gasto social, con 82,7 millones, destinados a aliviar la situación de los ciudadanos que siguen dañados por la crisis.

Gasto social y empleo

En estos 400 millones estarían los cerca de 90 millones a Limasa para la limpieza; los más de 12 millones en el cuidado de jardines; los 26 millones en arreglo de calles y edificios; o los 18 millones en alumbrado público. Todo ello atendiendo a una política de «máxima austeridad», de la que presume De la Torre en estos tiempos.

Segunda prioridad para el gasto social y la atención a los que siguen sufriendo la crisis. 82,7 millones para este capítulo que apenas sube respecto a los 81,8 de 2016.

Otro de los ejes presupuestarios es el fomento del empleo. Este capítulo son 37,4 millones de euros para, entre otros, la rehabilitación del mercado de Salamanca. Mientras que para otros servicios públicos se han contabilizado 213,4 millones para diversas actuaciones, entre ellas, el impulso de un bus de alta capacidad para la zona Este; la continuación del bonobús familiar y otros títulos de transporte o la ampliación de la red de préstamo de bicicletas para extender el modelo a toda la ciudad.

En materia de Cultura, Educación, Turismo, Deporte e Innovación se ha previsto una partida de 51,9 millones donde destacan el mantenimiento y mejoras en museos. En concreto, para la agencia pública de gestión museística se han destinado unos 7,7 millones; se prevé 2,1 para el Museo Carmen Thyssen y tres para el CAC.El mantenimiento y mejoras Festival de Cine; la mejoras del servicio de bibliotecas y del Teatro Cervantes, además de modernización de las oficinas turísticas y campañas de promoción turística para la recuperación del mercado nacional y Andalusian Soul.

En Medio Ambiente, el proyecto de presupuestos prevé 185,6 millones de euros para, ente otros, la insonorización del túnel de la Alcazaba y la continuación de las actuaciones en Gibralfaro; el plan de sustitución del arbolado y segunda fase del proyecto de reforestación; la ampliación y mejoras en el Centro Zoosanitario Municipal; la mejora de los parques infantiles; instalación de sanitarios portátiles; la mejora de las instalaciones de los pozos de riego y del Jardín de La Concepción. En cuanto a Limasa, que tiene que prorrogarse el contrato, De la Torre explicó que se prevé un aumento de ocho millones, de los que 3,5 millones es para liquidación de la actual y cuatro para inversiones necesarias, lo que sumarían unos 96 millones.