¿Hotel sí? ¿Hotel no? La dialéctica se ha vuelto a poner en marcha. El debate ciudadano sobre un gran proyecto en Málaga empieza a coger fuerza, en esta ocasión con motivo del proyecto del hotel de cinco estrellas proyectado en el dique de Levante del Puerto de Málaga. Las redes sociales se han convertido en el altavoz ideal de los colectivos que se oponen a este proyecto y que fundamentan sus argumentos en el impacto visual que supondrá para la ciudad su construcción, con una altura de 170 metros en la bocana del Puerto. Por otro lado, el proyecto cuenta con el aval de las administraciones, como el Ayuntamiento de Málaga, que ya planteó en 2012 la conveniencia de construir un gran hotel en esa parcela, junto a la terminal de cruceros y alejada de la ciudad. El arquitecto responsable del proyecto, José Seguí, además apunta que la competencia visual del hotel serán las grúas del puerto y, en todo caso, La Malagueta «una de las grandes aberraciones sufridas por Málaga».

Pero antes de pasar a los arguments y las posiciones, conviene recordar en qué punto se encuentra el proyecto. Tras hacerse con la concesión de la parcela en concurso público, el grupo catarí Al Bida, promotor del hotel, está pendiente de iniciar la tramitación urbanística, que supone superar el informe de impacto mediambiental, la modificación del Plan Especial del Puerto, la aprobación de la Dirección General de Puertos y el visto bueno del Consejo de Ministros. Parece que estos pasos administrativos se solventarán sin problemas, vista la experiencia de otros proyectos similares como el hotel-vela de Barcelona. No obstante, queda por delante alrededor de un año y medio de tramitación.

Los problemas para este proyecto no parecen que vayan a venir por este lado. El proceso está reglado por una ley nacional y el criterio urbanístico municipal para esa parcela se cumple, incluso quedando por debajo en las magnitudes previstas por el Ayuntamiento.

Debate ciudadano

El proyecto hotelero, en cambio, sí tendrá que vencer la resistencia de un grupo ciudadano en el que participan varios colectivos de defensa del patrimonio de la ciudad, la Academia de las Ciencias y personalidades a título individual, que se han organizado en el movimiento ´Defendamos Nuestro Horizonte´. La recogida de firmas le ha hecho llegar a las 2.000 adhesiones en apenas dos semanas, se quieren reforzar a partir del 17 de marzo con el encuentro organizado en el Instituto de Estudios Portuarios a las 19.00 horas para decidir nuevas acciones.

Sus argumentos principales se basan en el impacto visual que ejercerá este rascacielos a los principales monumentos de la ciudad y al perfil de Málaga desde el mar. Además, apuntan a los problemas de movilidad que generará la actividad hotelera en el dique de Levante, con un acceso limitado.

El manifiesto publicado por este movimiento insiste en que «rechazamos el rascacielos por el altísimo impacto paisajístico que tendría sobre la bahía de Málaga, la fachada marítima de la ciudad y sus principales hitos paisajísticos: Catedral, Alcazaba, La Farola y Gibralfaro, así como apostamos por conservar el uso público de ese espacio portuario».

La Academia Malagueña de Ciencias ya se pronunció en contra del hotel antes incluso de que se organizara el movimiento ciudadano. De hecho, apunta en su informe que es aconsejable plantear el edificio en otro punto de la ciudad y plantea que esa parcela se quede para uso público.

Defensa

José Seguí, arquitecto responsable del proyecto argumenta que precisamente el diseño limpio y esbelto del hotel mitiga el impacto visual y que, en todo caso, sólo afectaría al espacio portuario «con sus grúas y silos» o La Malagueta. «La Alcazaba y la catedral se encuentran a dos kilómetros del hotel, que no les afecta», apunta el arquitecto.

Por otro lado, deja claro que el proyecto se ajusta a los requisitos legales y recuerda que se construirá sobre terreno portuario «en régimen de concesión», por lo que el suelo nunca deja de ser de propiedad pública.

El Ayuntamiento de Málaga lleva cinco años defendiendo la opción de construir allí un hotel en altura, opción que cuenta con el apoyo de la Autoridad Portuaria e, incluso, del Gobierno, que ha anunciado que apoyará este proyecto.

A favor

Defensa de la inversión y de la ubicación

A favor del hotel se sitúan las administraciones implicadas en su tramitación, que consideran que la ubicación es adecuada para una construcción en altura por disponer de mucho espacio libre alrededor. El arquitecto José Seguí advierte de que el edificio está a dos kilómetros del centro partrimonial de la ciudad, por lo que no afecta a su visión. Además, indica que se están cumpliendo con los requisitos legales y urbanísticos que ha exigido la administración. Seguí se mostró además muy crítico con el montaje fotográfico que se ha realizado con el hotel, considerando que no se ajusta a la realidad y animó a abrir un debate ciudadano sin adulterar sobre este proyecto.

En contra

Impacto en el horizonte y problemas de movilidad

La postura contraria al hotel del Puerto se organiza con el impulso del informe de la Academia Malagueña de Ciencias, que pide el cambio de ubicación de este edificio y que se reserve ese suelo para uso público y cultural. En menos de un mes se ha puesto en marcha el movimiento ´Defendamos Nuestro Horizonte´, que critica el impacto que tendría este edificio en la fachada marítima de la ciudad, tapando la visión desde el mar del conjunto patrimonial de la Alcazaba, Gibralfaro y Catedral. Además, advierte de que su altura es similar a la del monte y que su actividad creará problemas de tráfico en todo el entorno de La Malagueta, por lo limitado de los accesos existentes en la zona.