La Flipped Classroom o clase invertida es un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos dentro del aula. «Pero mis clases no son solo digitales. Mis niños también usan libretas y hacen esquemas y toman apuntes. Pero aprenden incluso con videojuegos. Enseñamos a través del juego, aprendemos a a ir superando retos y a ir consiguiendo metas. Eso produce un placer y hace que los conocimientos se te queden y los recuerdes», asegura Rosa Liarte, especialista en esta forma de enseñar usando las TIC. «Mis alumnos, en vez de escucharme a mí la lección magistral, ven un vídeo con el que aprenden y yo me dedico a explicarles y resolver sus dudas», agrega esta docente, que defiende que la tecnología es un medio muy interesante para impartir conocimientos. «El aprendizaje a día de hoy es ubicuo. Puedes saber mirando en internet. Antes había que ir a la Espasa Calpe a la biblioteca para ver si el profesor decía la verdad. La metodología es al revés», asegura Rosa Liarte.