De siete agresiones en 2015 a 25 en 2016. La cifra de insultos, amenazas y lesiones recibidas por los médicos malagueños se han triplicado en un año, una cifra que, según el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque, obedece a las esperas en consulta, a no recetar lo propuesto o a que la atención no cumpliera las exigencias.

Como es habitual, el Colegio de Médicos ha presentado los datos que la Asesoría Jurídica recoge a través de su teléfono de atención al colegiado. Estos señalan que todas las agresiones se han dado en el sistema sanitario público y que del total, 18 se dieron hacia varones y siete a mujeres. La gran mayoría se produjeron en los centros de Atención Primaria y a los propios médicos de cabecera de los agresores.

«Esto es solo la punta del iceberg», lamentó el presidente de los galenos, que señaló que los profesionales están llegando a acostumbrarse a esta situación porque, afirmó «pagan los platos rotos del sistema». Por su parte, el presidente del Sindicato Médico, Antonio Martín, apuntó a que los médicos perdieron la confianza en la empresa porque no se sienten «protegidos».

El director de la Asesoría Médico Laboral del Colegio de Médicos, el doctor José Miguel Pena, habló del shock postraumático e informó de que los sanitarios están especialmente expuestos a las agresiones como consecuencia de ser la cara del sistema. Asimismo, señaló que los resultados de una tesis doctoral que ha dirigido han arrojado resultados muy llamativos, como que el 33% ha sufrido violencia o maltrato a muchos niveles. En el caso de las mujeres, muchas han sufrido descalificaciones sexistas. El estudio, en el que se ha entrevistado a 250 médicos de la provincia, arroja el dato de que el 65% de los encuestados opina que la situación se mantiene en el tiempo.

El doctor Pena es psiquiatra y profesor de la Universidad de Málaga, donde mediante un convenio en el que observó que muchos de los problemas que sufren los profesionales se derivan de la actividad, «cuyo gran conveniente eran las agresiones», dijo, al tiempo que apuntó a que si el galeno se encuentra en un ambiente agresivo esto hace que se muestre de forma diferente.

Por su parte, el jefe de la Asesoría Jurídica del Colegio, el letrado José Enrique Peña, destacó la experiencia que tiene el gabinete jurídico del Colegio de Médicos en llevar este tipo de casos y explicó que la mayoría de las sentencias son favorables. Además, los jueces tipifican los delitos como atentado a la autoridad ya que el médico es agredido durante el ejercicio de su profesión. «Es golpeado o insultado mientras da un servicio a la sociedad y eso la justicia lo penaliza con más fuerza», declaró. De hecho, Peña considera que parte de la reducción de casos obedece a la forma de penalizar a los agresores y, también,a la publicidad de las penas y castigos impuestos a quienes agredieron o insultaron a los médicos, lo que puede haber frenado a quien en un momento dado hubiera estado dispuesto a agredir. Además, recordó que el paciente que agrede de forma física o verbal a un médico recibe una orden de alejamiento, por lo que cambia de centro sanitario, lo que, a su juicio, otro motivo más cohibir a quien pueda pensar en cometer una agresión. Desde que el Colegio de Médicos de Málaga creó el teléfono de atención a los médicos (el 650 094 444) en el año 2007, la cifra anual ha sido variable. El año en que más se contabilizaron fue 2010 con 42 y, el que menos, 2015 con un total de siete. Para el presidente del colectivo es difícil hallar un único factor pero está seguro de que una parte de ello es «la politización de la sanidad».

En opinión del máximo representante de los médicos malagueños, una agresión en consulta, ya sea física o verbal, desconcentra al facultativo «como mínimo durante el resto del día», dijo. «Es decir, que un solo paciente nos insulte, algo que, por desgracia, es bastante habitual, hace que el resto sea atendido por un médico que no se encuentra al 100 por 100. Nuestros colegiados deben romper con la idea de acostumbrarse a sufrir agresiones», agregó.