La Fiscalía pide en sus conclusiones provisionales penas que superan los 80 años de cárcel para los cinco acusados de haber robado más de 181 kilos de droga, 133,4 de ellos de cocaína, en la madrugada del 13 de noviembre de 2011 del almacén de Sanidad Exterior que la Subdelegación del Gobierno de Málaga tenía en el puerto. El juicio comienza el lunes en la Sección Novena de la Audiencia Provincial y se prolongará hasta el jueves.

El fiscal señala que «todos los acusados integran un grupo de personas que se dedican de modo habitual a realizar delitos contra el patrimonio, no sólo en Madrid, donde residen, sino en cualquier otra ciudad española, siendo su número cambiante en función del objetivo previsto y de las circunstancias temporales y espaciales, realizando tal actividad de manera conjunta al menos desde 2005». Todos ellos han sido arrestados muchas veces entre 2010 y 2012, excepto uno de ellos, que era el que prestaba su nombre para figurar como titular de los coches usados en los robos.

Los cinco acusados se pusieron de acuerdo para sustraer del almacén de la dependencia de Sanidad Exterior del puerto, que depende de la Subdelegación del Gobierno, la droga allí almacenada, «si bien sólo les interesaba aquellas que causaran grave daño a la salud».

Así, a finales de agosto de 2011, los cinco acusados se trasladaron a Málaga para estudiar el depósito y ver la manera de realizar el robo. Recopilaron las direcciones de 49 depósitos fiscales de droga, entre ellos el de Málaga, cuya dirección fue hallada en un cuaderno que guardaba uno de los acusados y que fue recuperado por la Guardia Civil en Madrid en otra operación, pues estaba dentro de un coche que había alquilado su pareja.

El 11 de noviembre de 2011, tres acusados viajaron a Málaga de nuevo y en la madrugada del día 12 acudieron otra vez al puerto para repasar los movimientos planificados. Un cuarto acusado tenía un juicio rápido de seguridad vial la mañana del 12 en Madrid, tras ser detenido el 10 de noviembre. No pudo viajar con el resto, pero en esa detención previa al golpe se le incautaron una máquina para taladrar, un martillo percutor, sopletes, bombonas de acetileno y un inhibidor de frecuencia.

De madrugada

En la madrugada del 13 de noviembre, cuatro de los acusados, junto a otras tres personas más, se personaron en el puerto a bordo de tres coches: una furgoneta Iveco que había sido robada; un Mazda y un Porche Cayenne, este último con la matrícula de otro coche.

A las 5.20 horas de la madrugada, los acusados, relata el fiscal, inutilizaron el sistema de vigilancia del perímetro exterior «arrancando la centralita externa ubicada en la fachada y una de las cámaras situada en la esquina lateral, cortaron los cables exteriores que unen el almacén con la central de alarmas, fracturaron la campana acústica y penetraron en el almacén fracturando la cerradura principal, de la que extrajeron su bombín, fracturando seguidamente mediante palanca los dos candados que bloqueaban los pestillos de cierre interiores del portón».

Una vez dentro, anularon los sistema de alarma (que son ocho cámaras interiores y cuatro exteriores, volumétricos, sísmicos y alarma silenciosa) y accedieron a la cámara acorazada, para lo que en una de sus puertas hicieron dos orificios alineados en la zona central de la cara frontal, uno sobre la manivela y otra bajo la misma, con un soplete y una maza. Con ello lograron traspasar una plancha de acero, una capa de hormigón y una segunda plancha, accionaron el sistema de cierre y abrieron la puerta. Tras la primera puerta, había otra reja con una puerta, que también forzaron. Se llevaron 181,63 kilos de droga, 133,4 de ellos de cocaína. Sólo esta última cantidad habría alcanzado un valor de más de 4 millones de euros en el mercado.

La Guardia Civil los paró

Montaron la sustancia en la furgoneta y huyeron. Fueron al polígono de la Huertecilla, y le prendieron fuego al vehículo tras esconder el botín, huyendo los siete en dos coches. Uno de ellos fue multado por la Guardia Civil por exceso de velocidad. Llevaba en el maletero un martillo percutor y el inhibidor de frecuencia. Del otro coche, el Porsche Cayenne, jamás se ha vuelto a saber nada.

Están acusados de un delito contra la salud pública, uno de robo con fuerza en las cosas, un tercero de pertenencia a un grupo criminal y un cuarto de uso de documento oficial falso.