Una inversión de 300.000 euros y la ayuda del Centro de Hidrogeología de la UMA. Son los dos ejes fundamentales que integran el último proyecto impulsado por Coca-Cola en Málaga, y con el que el fabricante de refrescos pretende restaurar los humedales en la desembocadura del río Guadalhorce. Este martes tuvo lugar la puesta de largo de este plan, que contó con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y del concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez.

Sirvió el acto también para comprobar que el agua sigue siendo uno de los principales ejes medioambientales de Coca-Cola, precisamente, porque también se trata de uno de sus principales ingredientes. Javier Guerra, responsable para mejorar los procesos en la planta malagueña, hizo alusión a los ingredientes en la medida de lo permitido. La narración de la receta secreta de Coca-Cola es una historia que el fabricante de refrescos lleva décadas cultivando.

Las especulaciones se siguen tejiendo y así corre el rumor de que solo existen dos trabajadores en el mundo que conocen, en cada caso, la mitad de los correspondientes ingredientes que componen la fórmula que da origen al universal líquido gaseoso de la felicidad. Suena un poco a novela de espías pero ayer se conoció en Málaga una importante revelación: El principal ingrediente de la Coca-Cola es el agua.

En concreto, en una relación del 90%, según aseguró la directora de responsabilidad corporativa de Coca-Cola Iberia, Ana Gascón en el prólogo del proyecto impulsado por la marca de Atlanta y que, como se ha mencionado, tiene mucho que ver con su principal ingrediente. De la mano de la UMA, la fundación de Coca-Cola financia este proyecto para la restauración de humedales en el Río Guadalhorce en Málaga.

El objetivo, según lo explicado, es realizar en los próximos tres años una aportación de 650 millones de litros de agua. Un equivalente, para precisar el entendimiento, de 260 piscinas olímpicas.

Para conseguirlo, se ha construido una tubería de un kilómetro de extensión desde la planta depuradora previamente tratada hasta la zona experimental. Se va a crear una barrera contra la intrusión del agua de mar en los acuíferos, así como la restauración de cuatro lagunas. El último objetivo, según dejó claro el director del Centro de Hidrogeología, Bartolomé Andreo, el proyecto «mejorará el ecosistema para las especies autóctonas y mejorar la biodiversidad ambiental beneficiando tanto a la vegetación como aves y anfibios».

En la actualidad, según explicó Andreo, la biodiversidad de este paraje natural de 67 hectáreas, declarado Espacio Natural Protegido en 1989, está en situación de vulnerabilidad debido al exceso de salinización en sus lagunas por cercanía con el mar y «agravado como consecuencia de estar situado en una zona industrializada y el impacto del turismo». Además de Coca-Cola, este proyecto cuenta también con ayudas por parte de la Empresa Municipal de Aguas de Málaga, la Junta de Andalucía, el Instituto Geológico y Minero de España y la organización SEO Birdlife.

La recuperación de los humedales de la desembocadura del río Guadalhorce forma parte de los proyectos que Coca-Cola lleva a cabo para reforzar su compromiso con la protección medioambiental. En la actualidad, la salinidad del agua en estas lagunas es muy elevada por su cercanía al mar. Con la realización de este proyecto, Andreo aseguró que no se trata necesariamente de añorar nuevas especies en las lagunas, sino de crear un ecosistema adecuado para las que ya existen.

Además del proyecto en el delta del río Guadalhorce, desde 2009, Coca-Cola también cuenta con proyectos en diferentes regiones de España. Entre los programas que engloban estas iniciativas, también está el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. En este caso, de la mano de WWF. O el manantial de Fuenmayor en Teruel.