­Los colectivos de residentes británicos de la provincia de Málaga, afectados directos por el brexit, se apresuraron ayer a confirmar que el miedo y la incertidumbre están ya generalizados entre esta importante cuota de la población. Se refirieron además a «la encrucijada» de quienes están a punto de regresar a su lugar de origen y los que esperarán aún, «a pesar de las consecuencias que tengamos que afrontar aquí».

Los hay, como el presidente de la asociación axárquica Soha que lucha por la regularización de las viviendas en el interior de esta comarca, el británico Philip Smalley, que incluso votaron a favor de la salida de la Unión Europea. En su caso, «no parece que haya motivos fundados para esta incertidumbre». Pero no ocultó el malestar generalizado que existe entre sus compatriotas, «con una amplia mayoría contraria al brexit desde un primer momento».

De forma más global, la plataforma Eurocitizens, que reúne a británicos residentes en España, consideró que ayer fue un «día triste» porque la mayoría no pudieron votar sobre el brexit y ahora se sienten «rehenes y capital» en las negociaciones, con un «futuro incierto» en el que sus derechos europeos pueden expirar.

Eurocitizens lamentó que justo ayer el Consejo Europeo invocase el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que daba inicio a las negociaciones para la salida del país de la Unión Europea (UE). Para la plataforma, creada hace ahora seis meses por ciudadanos británicos que viven, trabajan y estudian en España y que están preocupados por su futuro y el de los españoles que residen en el Reino Unido, fue un «miércoles triste», especialmente porque la mayoría de nuestros miembros no pudieron votar en el referéndum por llevar más de 15 años fuera del país.

Entre los menos pesimistas, los datos de plazas reservadas para conexiones con las Islas Británicas, que incluso siguen en aumento, son un importante aval para «confirmar el escaso efecto en el turismo de las noticias vinculadas al brexit». El propio Smalley recordaba que ya España y el Reino Unido pasaron muchos años sin estar en un mismo marco comunitario común «y las relaciones fueron magníficas y se crearon vías para mantener los vínculos históricos entre ambos países».

Pero Eurocitizens insiste en que hay un futuro incierto «porque no se sabe qué pasará con los trabajos, estudios, pensiones o cobertura sanitaria» a partir de la salida de Unión Europea. En el sentido de las relaciones que se puedan establecer, recuerdan que el marco comunitario actual no es ni mucho menos el que existía hasta que España entró en el propio ámbito comunitario en la década de los ochenta.

Eurocitizens recuerda por otra parte que el Gobierno británico ha prometido «garantizar los derechos de los europeos en el Reino Unido, y así los derechos de los británicos en Europa», pero en las reuniones que esta plataforma ha mantenido con dos ministerios británicos no han conseguido «respuestas a las preguntas planteadas», por ejemplo, si estos británicos mantendrán la ciudadanía europea.

«Las personas deben de ser lo más importante en las próximas negociaciones», dice el colectivo.