A través de la historia de la humanidad, las divisas han tenido diferentes representaciones, se puede decir que han ido evolucionando hasta tener lo que conocernos ahora como billetes y monedas de diferentes denominaciones. Se ha pasado del trueque a la creación del oro y luego a la creación del dinero en papel y en metal, ahora las tarjetas plásticas y la mas nueva innovación creada en el 2009: los bitcoins, la moneda electrónica más importante del mundo.

En Málaga existe sólo un cajero de esta divisa ubicado en el centro comercial Vialia. La iniciativa del GrupoBTCbicoin, el mayor distribuidor de estos cajeros en todo España es implantarlos por las principales ciudades del país, y esto incluye a la capital malagueña que reciben millones de visitas de extranjeros, que son las personas que más usan este tipo de divisa, asegura Miguel Pabón, gerente de la compañía.

En la capital malagueña, existen varios comercios que admiten este tipo de pago, entre ellos, despachos de abogados, oficinas que ofrecen visitas (tours), inmobiliarias, escuelas de baile. Sin embargo, ninguno de ellos ha recibido el pago en tal moneda.

Amadeo Gómez, dueño de Segway, una empresa que ofrece paseos por la ciudad sobre patinetes eléctricos, creó su propio monedero hace un par de años impulsado por un amigo. «Me pareció interesante, pues como negocio turístico debemos ampliar nuestras posibilidades, pero desde que lo creé jamás lo he usado, nadie ha solicitado hacer uso de esta forma de pago». Además, para Amadeo, este sistema será solo una moda, pues «todavía hay muchas personas que preferimos el dinero en mano, en nuestro bolsillo y saber que es nuestro».

Sin supervisión

En cuanto al uso y comercialización de esta moneda, Pabón asegura que a pesar que no se use en el comercio malagueño, las cifras de uso del cajero en Málaga son buenas y por eso se ha podido mantener en el centro comercial, «de lo contrario no sería rentable para nosotros pagar el alquiler de un cajero que no se usa», además explica que esto es una cultura que lleva su tiempo, las personas son desconfiadas por naturaleza y más cuando se trata de su dinero, adaptar este nuevo modelo al sistema financiero llevará su tiempo y para eso hace falta un cambio cultural para que esta moneda sea igual a otra».

El ´bitcoin´ es una moneda completamente virtual, por lo tanto, no hay distribución física -ni impresión de billetes ni mucho menos monedas-, lo que lo hace un sistema menos costoso, y a diferencia de otras divisas, ésta no cuenta con un control o supervisión de las autoridades o bancos centrales ni intermediarios. Es una moneda completamente descentralizada y autorregulada.

La organización de esta divisa es bastante completa, pues además de contar con la página web donde ofrecen hacerse su propio monedero, explican claramente sus funciones, los pros y hasta los supuestos contras, pues los que se oponen a este sistema afirman que no es más que una pirámide, un sistema sin estabilidad y que puede, además favorecer a grupos criminales, interesados en comprar y vender productos prohibidos sin dejar rastro, facilitar el blanqueo de dinero y la compra de armas, por ejemplo.

En cuanto a esto, Amadeo Gómez, agrega que es una moneda muy inestable, «cuando creé mi monedero, un bitcoin equivalía a 600€, luego subió a 800€ y luego a 400€, ahora me dicen que está en casi mil euros, a mí no me parece confiable, un día puedes tener tu dinero y al otro perderlo».

Para Enrique González de Gor, director de Netblue Ingenieros, «el bitcoin será sólo una de tantas monedas que se pondrán de moda, pues se va a permitir el uso de monedas locales gracias a plataformas digitales como el blockchain.

Los bancos al final tendrán que aceptar esta moneda, pues es igual que aceptar otra divisa que va hacerse muy común gracias a la tecnología del blockchain, que permiten que todas las transacciones sean fieles y no se puedan borrar», gracias también a este sistema, hay empresas que también se dedican a aprovechar este sistema y ponen en marcha monedas locales, para que el comercio local produzca sus propias monedas, para González de Gor, «este tipo de monedas lo que permite es que se haga más uso del comercio local y además salirse del sistema monetario, es decir, que no está ligado a un banco central», por esto, el bitcoin es solo la punta del iceberg.

En cuanto al control de sus operaciones, para Enrique González de Gor, «si Hacienda quisiera controlar las operaciones, sería mucho más sencillo que con el dinero en efectivo. El pago digital queda registrado, por lo que el banco tiene acceso, y elimina así la fuente de la transacción ilegal que es la que se hace con dinero contante y sonante, por lo tanto no habría blanqueo de capitales y el pago de impuestos sería igual que las otras monedas».