¿Cómo disfrutar de unas vacaciones gratuitas en la Costa del Sol en cuatro pasos? Primero, vaya a la farmacia y compre algún farmaco de venta libre contra la diarrea. Guarde bien la factura porque será la prueba. Segundo, póngase en contacto con el número de contacto facilitado en una página web. De vuelta a casa, vaya a su oficina del consumidor más cercana y alegue que en su hotel le sirvieron comida en mal estado. Cuarto, siéntese en el sofá y espere a que le den la razón en el pleito, y le ingresen la correspondiente indemnización.

Es el sencillo manuel de instrucciones que se detalla en la página www.sickholiday.com y que, como su nombre indica, está dirigida a turistas con residencia en el Reino Unido que hayan sufrido alguna intoxicación alimentaria. Ficticia o no, da igual porque de lo que se trata en realidad es de sacarle el máximo partido posible a una legislación, en este caso la británica, que respalda siempre al consumidor y parte desde la presunción de la culpabilidad. Es decir, el acusado es quien tiene que demostrar su inocencia y no al revés. La página en cuestión es solo un ejemplo de las muchas que abundan por internet, aunque todos los bufetes que hay detrás comparten el mismo objetivo: ingresar una jugosa comisión en base a la indemnización pleiteada.

En clara tendencia al alza, el timo de las reclamaciones falsas empieza a ser identificado por muchos turistas británicos como una fórmula sencilla de recuperar el dinero desembolsado para pagar la estancia hotelera y disfrutar así de unas vacaciones a coste cero. En algunos casos, la indemnización supera, incluso, la cantidad desembolsada y la denuncia falsa se convierte en una inversión rentable. Un negocio que no ha pasado desapercibido por los bufetes británicos que ofrecen asistencia sobre el terreno, siempre con el principal reclamo de «no win, no fee». Es decir, que si no hay indemnización el turista no tiene que pagar ninguna minuta por lo que solo puede salir ganando.

Los perdedores y máximos perjudicados, en este caso, se encuentran en casa y son los hoteles que tienen que restar las compensaciones litigadas por los turistas británicos de su cuenta de ganancias. ¿Por qué? El presidente de Aehcos, Luis Callejón, lo explica: «A los touroperadores no les merece la pena entrar en un proceso judicial porque el coste legal del proceso suele ser mayor que la propia indemnización. La gran mayoría opta por abonar las compensaciones y luego nos las restan a nosotros de las cantidades que teníamos estipuladas con ellos». Para el máximo responsable de la patronal en Málaga, se trata de una clara situación de «indefensión» que requiere de un cambio en la propia legislación británica. «Pedimos que la denuncia, en todo caso, se tenga que efectuar en España para que nos podamos defender», exige Callejón, que habla de un fenómeno pernicioso para el sector que se está extendiendo como la pólvora: «Todos los turistas comen lo mismo y qué casualidad que la comida solo le sienta mal al británico». Por parte de Aehcos, ya se le ha pedido a la Secretaría de Estado de Turismo que tome cartas en el asunto. También se ha producido una reunión con el embajador británico, que parece haber surtido efecto. Según recoge el Daily Mail, el ministro de Justicia británico, Sam Gyimah, ha anunciado que el Gobierno británico estaría dispuesto a «tomar las acciones legales oportunas» para corregir esta situación.

Mientras que se produzcan o no, los bufetes especializados seguirán rondando a los turistas británicos en la Costa del Sol para ofrecerle «asistencia jurídica». Aunque las intoxicaciones alimentarias lideran el ranking de las quejas, el abanico de causas que darían derecho a una indemnización es abultada: Infección del oído, náuseas agudas o, incluso, el curioso diagnóstico de «enfermedades inexplicables».

Aunque en menor escala que en otros puntos de la geografía española, donde abundan los hoteles del todo incluido, el fraude de las denuncias falsas empieza a pasar factura en la provincia. «Es un hecho desgraciado que muchos turistas no puedan disfrutar de sus merecidas vacaciones al caer enfermos durante su estancia», reza la página de sickholiday.com. Para algunos, está siendo un hecho desgraciado muy rentable.