El vocabulario malagueño se ha ido perfeccionando a lo largo del tiempo y cuenta con palabras que fuera de la provincia suenan a chino o, al menos, puede dar lugar a muchos equívocos divertidos. Los pitufos en Málaga no son azules ni tienen piernas, pedir un café puede ser un galimatías para un foráneo y muchos tienen que estar aliquindoi para que el terral no los deje guarníos. Aunque no hay que asustarse, el malagueño está siempre dispuesto a armar el pitote en cuanto se junta unos cuantos, que pueden oscilar en un número que va desde una pila de gente a una pechá.
Málaga tiene, como muchas zonas, su vocabulario. Conocerlo no sólo es un ejercicio de integrarse más en el ser malagueño, sino que rescata conceptos e historias de la ciudad de forma sencilla. Por qué a la taladradora se le conoce como 'guarrito', de dónde viene 'aliquindoi' o por qué las locas de Málaga son dulces. Hay pequeñas historias de la ciudad y la provincia que merece la pena conocer.
Y para abrir boca, si es la primera vez que llegas a Málaga, puede que te extrañe que alguien pida para desayunar "un pitufo y una nube" o que exclame que hace "pechá" de calor. Pero tranquilo, a continuación resumimos las palabras malagueñas más castizas para que puedas sentirte boquerón al 100%.Para esas amistades fuertes.