Seguimos batiendo records de baja temperatura estos días. Esta mañana nos hemos levantado con temporal (otro más) y la sensación térmica se ha desplomado !hasta los 41.7 bajo cero! Pero tenemos que salir al exterior a realizar nuestro trabajo, así como para realizar las comidas en el comedor común y para bajar al laboratorio marino. En total caminamos unos 8 a 10 kilómetros al día en el exterior. Y sí, hace mucho frío. Hablando con Eli y Conchi, estamos de acuerdo en que, en contra de lo que muchos piensan, 30 bajo cero no es lo mismo que 20, ni 40 bajo cero es lo mismo que 30. No es cierta la creencia popular de que por debajo de, digamos, 20 bajo cero, ya todo te da igual, porque estás helado de frío. Pues no, no da igual, ¡se nota la diferencia! A lo largo del día la tormenta ha ido a peor, y la sensación térmica ha caído hasta los -46.5 grados. La ropa que tenemos ya no nos aísla tanto como quisiéramos, y realmente se siente mucho frío.

Como ya he dicho anteriormente, nos encontramos en una base científica en la isla de Spitsbergen, la mayor del archipiélago de las Svalbard, en el paralelo 79º Norte. Este asentamiento, Ny-Ålesund (Ny significa Nuevo en noruego y en sueco) se fundó en 1916 como poblado minero, y pertenecía a una compañía noruega llamada Kings Bay Kull Compani AS. El nombre Kings Bay procede del fiordo que baña este asentamiento, el Kongsfjord, y así se sigue llamando la empresa pública noruega que gestiona la base. La minería de toda la isla era el carbón. En aquel momento Svalbard era una "tierra de nadie", y servía de base para los numerosos barcos pesqueros y balleneros que operaban en la zona. También era lugar de paso para exploradores del Ártico. Entre ellos hay que destacar las estancias que realizó Roald Amundsen entre 1925 y 1926. Amundsen fue el primer hombre en alcanzar el Polo Sur, en diciembre de 1911. En la primera de las estancias en Ny-Ålesund partió en avión con la intención de ser el primer hombre en sobrevolar el Polo Norte, pero se quedó a 150 km del objetivo. En 1926, partiendo también desde Ny-Ålesund, sobrevoló, por primera vez, el Polo Norte, a bordo del dirigible Norge (Noruega) junto a Umberto Nobile, llegando a Alaska al cabo de dos días. En 1928, las disputas entre Amundsen y Nobile llevaron a que el segundo dirigiera otra expedición al Polo Norte, en el dirigible Italia, desapareciendo a los pocos días. Amundsen participó en una expedición de búsqueda de Nobile y su equipo, desapareciendo él mismo a bordo de un hidroavión francés en algún lugar entre Tromsø y la isla del Oso (Bjørnøya), a medio camino entre el norte de Noruega y las Svalbard. Tenía 55 años. Aún hoy día, 91 años después de su estancia, se conserva la casa en la que vivió en Ny-Ålesund y la torre de hierro a la que se amarró el Norge. En el centro del poblado, frente a la Casa Azul, hay un busto que rememora sus hazañas.

Las Svalbard se convirtieron en territorio noruego en 1925. La minería del carbón continuó, si bien pronto empezaron los problemas, y en 1929 se cerraron las minas, y se abrió una estación de suministros a los barcos de pesca en 1933. El estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que durante unos meses en 1941 se reabrieran las minas a fin de proveer de carbón al continente. En agosto de ese mismo año se evacuó todo el archipiélago por motivo de la guerra.

Al finalizar ésta, en 1945, Kings Bay envió de nuevo un contingente de hombres con la intención de reabrir las minas. Desde ese momento permanecieron en explotación, si bien una interminable cadena de accidentes fatales llevaron a su cierre definitivo por el gobierno en 1963. Poco después, en 1966, el Norwegian Polar Institute estableció su primera base científica en este enclave abandonado, y no fue hasta 1992 que se permitió que otras naciones construyeran sus propias estaciones en Ny-Ålesund, reservándose el estado noruego, a través de Kings Bay, la gestión del poblado científico.

Tras este poco de historia, me quedan por comentar algunas cosas más breves. La pobre Eli tiene que abrirse camino hacia el laboratorio a base de palear la nieve que permanentemente se acumula en la puerta; y le toca hacerlo a ella ya que es la única usuaria en estos momentos de la instalación radiactiva. Pero, al entrar esta mañana en el laboratorio se ha encontrado, para su mayor sorpresa, que el agua que había dejado en unos recipientes dentro de la campana de extracción de gases, ¡se había congelado! (piensen en una campana de humos de una cocina,... pues es algo similar, pero cerrado por delante y por los lados con vidrios). Conchi corrió escaleras abajo (por el exterior ya que no hay conexión entre las dos plantas por el interior del edificio) para ver qué podía haber pasado, y concluyeron que la campana de extracción, al tener un extractor de gases/humos abierto al exterior, se había enfriado tanto que se congeló el agua que en ella había. Por otro lado, nuestros compañeros alemanes responsables del buceo y de la recogida de material biológico para los distintos grupos de trabajo, han tenido un día muy duro. Realizar inmersiones con el agua alrededor de los 0 grados es común, pero salir y verte azotado por vientos que han hecho que la temperatura baje hasta los 46 grados bajo cero, es algo digno de alabar y agradecer. Se congelaron las bridas de los reguladores de aire y las conexiones a las botellas de buceo. El aire exhalado se congelada formando estalactitas en las barbas y los bigotes... Nuestro laboratorio está montado, todos los equipos funcionan a la perfección, los ensayos de prueba son satisfactorios. Estamos listos para empezar los experimentos.Continuará...