El próximo 30 de mayo, festividad de San Fernando, se cumplen 200 años de la inauguración de la Farola de Málaga. La fecha no se eligió al azar: era la onomástica de Fernando VII, el monarca de la época.

Por este motivo, la Autoridad Portuaria prepara varios actos, aunque el más esperado tendrá que aguardar varios meses, quizás hasta el año que viene: la apertura al público de la Farola, reconvertida en Museo del Puerto.

Como explicaba esta semana Paulino Plata, presidente de la Autoridad Portuaria, primero hay que trasladar las señales de este faro al vecino Morro de Levante, «y eso permitirá habilitar la Farola». El responsable portuario calcula que el proyecto museográfico costará unos 800.000 euros.

El mayor experto de la historia del Puerto, Francisco Cabrera, académico de San Telmo, de Ciencias y de la Historia, aplaude la decisión y cuenta que supervisará el proyecto para que, ante todo, quede bien preservado el monumento.

Como adelantó La Opinión en mayo del año pasado, Puertos del Estado le publicó el libro Joaquín María Pery y Guzmán y aquella Málaga que fue (1800-1835), una biografía de este ingeniero militar y marino coruñés, autor de la Farola, que incluía un análisis de sus muchos trabajos en la ciudad, en especial en el Guadalmedina y sus arroyos, y un repaso a la Málaga de su tiempo.

A este libro, que se presentó en octubre de 2016 en la estela del 200 aniversario de la Farola, le seguirá el próximo 30 de mayo la obra Monumenta Cartographica Malacitana. Portus & Civitas, realizada junto al también académico de San Telmo, Ciencias y de la Historia, Manuel Olmedo. Se trata de un volumen de unas cien páginas con grabados y mapas que cubren casi toda la historia del puerto: desde la primera piedra en 1588 hasta el plan especial del puerto.

Parte de esta selección de planos, fruto de un trabajo de años recorriendo archivos españoles y europeos, se expondrá en el edificio de la Autoridad Portuaria.

Entre los planos estará el de la Farola, realizado por Ciro de la Torre en este siglo, «porque los de Pery no los hemos localizado por ningún lado», cuenta el académico, que cree muy probable que desaparecieran en Cádiz, a raíz de la explosión de un polvorín de la Armada en 1947.

Además, en junio la Asociaciación de Amigos de la Barca de Jábega aprovechará para presentar en el Instituto de Estudios Portuarios un nuevo número de su revista Cuadernos del Rebalaje, en este caso una monografía sobre la Farola, escrita por el propio Francisco Cabrera.

También está previsto que en su 200 cumpleaños y días sucesivos la Farola esté iluminada por un juego de luces, así como la celebración en septiembre de unas jornadas culturales, en el Instituto de Estudios Portuarios.

En concreto, Francisco Cabrera cuenta que el formato será de charlas de 30 minutos, para tratar sobre el Puerto de Málaga «en todos sus aspectos: historia, arte, ciencia y técnica, literatura...».

Por último, en octubre se presentará un cómic sobre la Farola, también supervisado por Francisco Cabrera.El coste de la Farola

Las investigaciones del académico, responsable en los 80 del rescate urgente y organización del archivo portuario, conservado entonces en unas condiciones lamentables en la Jefatura de Obras Públicas, le han llevado a conocer a fondo la figura de Joaquín María Pery, al que ha sacado del olvido, así como los aspectos más diversos de la construcción y evolución de la Farola.

Es el caso del coste actual de los 387.301 reales de vellón que constan en la factura de construcción y que, informa, equivaldrían a unos 3.300.000 euros de nuestros días. «Es barato, pero es que los jornales de los albañiles no son tantos porque son los de los albañiles especializados, la mano de obra bruta la hacían los penados, que no cobraban, lo que abarató considerablemente las obras», cuenta.

En este sentido, destaca el interés humanitario del ingeniero Pery, «que fue el primero en solicitar escisión de pena para los penados que trabajaban en la Farola y el Guadalmedina, como forma de reinsertarlos». El profesor destaca que además, Joaquín María Pery se preocupó de que los presos «comieran bien, estuvieran bien vestidos y asistidos por médicos, y eso, en 1817».

La Farola, por cierto, se construyó con piedra extraída del Monte Gibralfaro, «y posiblemente», precisa Francisco Cabrera, del cerro de San Telmo.

Y algo llamativo: en la factura de construcción de la Farola hay una partida de 8.120 reales de vellón para un relojero, por el trabajo para el mecanismo instalado, el fanal o faro giratorio.

El nombre de la Farola

Mención aparte merece el nombre popular de la Farola. Como recuerda Francisco Cabrera, es una denominación única en la Península, «porque hay otra Farola en Canarias».

En los comienzos, el farero, normalmente con su familia, tuvo que vivir en un espacio bastante reducido. Para que funcionara como vivienda más amplia, pero también para guardar instrumentos navales del puerto y pertrechos, se construyó en 1854 la planta baja, a la que se le añadió una primera planta, que quedó concluida hacia 1915.

¿Se le conoce como Farola por esa supuesta falda añadida con posterioridad? Francisco Cabrera recuerda que en los documentos previos del XVIII se le denomina «linterna» y la primera denominación de «farola» aparece a mediados del XIX. Lo que no consta es documentación que explique el porqué de este nombre.

Por eso, el experto portuario cree que podría deberse «al sentir popular, la gente empieza a bautizar las cosas y eso termina quedándose en el acervo popular».

El modelo de Cádiz

Francisco Cabrera aprovecha para comentar que a Pery, durante su estancia en Cádiz, anterior a la de Málaga, la Junta de Obras del Puerto de la ciudad le encargó instalar un fanal giratorio en la torre del castillo de San Sebastián, en un extremo de la isla. «Yo creo que vio la torre de San Sebastián, comprobó que estaba bien hecha, con el troncocono, vio que era la forma adecuada y por eso le sirvió de modelo. Es idéntica», resalta.

Dos siglos después, la Farola de Málaga, la obra de Joaquín María Pery, celebrará dos siglos transformada en uno de los símbolos más queridos.