«¿Para qué queremos otra playa artificial igual a otras? Si la hacemos, será inestable, cada año habrá que regenerarla y la arena en suspensión acaba con toda vida submarina», resalta Juan Jesús Martín, biólogo del Aula del Mar.

Las alegaciones del Aula del Mar han sido algunas de las que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente tuvo en cuenta para rechazar, el pasado mes de marzo, la evaluación de impacto ambiental abreviada sobre la regeneración de la playa de los Baños del Carmen. La obra prevista por Costas, dos espigones y una playa artificial, «es previsible que (...) vaya a producir impactos adversos significativos», señala la Secretaría de Estado, que pide que se haga una evaluación de impacto ambiental más ambiciosa.

La Plataforma Ciudadana en Defensa de los Baños del Carmen y asociaciones ecologistas quieren aprovechar el revés administrativo para reclamar la protección medioambiental, mediante alguna figura jurídica, del roquedal del Balneario, los restos del puerto construido para transportar las rocas de la cantera del Cerro de San Telmo con el fin de construir el puerto de finales del XIX.

Ese antiguo puerto es hoy, recalcan los colectivos, un tesoro natural obviado en los planes de reforma de los Baños del Carmen.

«Hemos estado en el filo de la navaja, ha tenido que ser alguien en Madrid quien se ha dado cuenta. Si se llega a aprobar, se sepulta el roquedal», indica Adolfo García, miembro de la asociación de vecinos de Pedregalejo, que forma parte de la plataforma. Adolfo García lamenta que el roquedal «no tenga ningún tipo de protección medioambiental», como tampoco lo tiene en sí la parcela del Balneario, reducto en Málaga capital de la siempreviva malagueña (Limonium malacitanum), una planta en especial riesgo de extinción. «¿Hay garantía de que todas estas administraciones, incluida la Junta, están dispuestas a proteger este espacio?, nosotros lo ponemos en duda», señala, y recuerda que el subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, abogó porque la administración central protegiera espacios naturales. Aquí tiene una oportunidad, al ser además terreno del Estado, argumenta el responsable vecinal.

A su lado se encuentra la arquitecta Lorena Garzarán, autora del proyecto alternativo que para los Baños del Carmen presentó, en 2014, la plataforma ciudadana y que defiende el mantenimiento del roquedal marino. «No entramos en la solución técnica pero sí pedimos que se tengan en cuenta todos los impactos que puedan surgir y se tome la solución más adecuada, la que permita su protección», sostiene.

Para Antonio Delgado, presidente de la asociación de vecinos de Pedregalejo, ante el riesgo de que una playa artificial acabe con este tesoro ecológico, «bastaría con arreglar la playa natural, que lleva ahí 80 años, para que siga otros 80».

A este respecto, Adolfo García recupera unas palabras del que fuera Jefe de la Demarcación de Costas, Luis López Peláez, ya fallecido: «La regeneración debe comprender las mínimas obras de escolleras necesarias para la conservación de la zona, respetando la zona de playa natural».

Riqueza ecológica y turística

Miguel Ángel Barba, responsable de la asociación ecologista Almijara, destaca que el roquedal «tiene debajo una infinidad de microorganismos, pequeños crustáceos y mariscos que sustentan todos los bancos de peces de los alrededores». Además, propicia la llegada de especies de aves como cormoranes, alcatraces, zarapitos trinadores y vuelvepiedras.

Juan Jesús Martín subraya también que la protección medioambiental fomentaría el turismo gracias al submarinismo, una faceta que, informa, ha respaldado el reciente Foro del Turismo de Málaga, celebrado en el Hotel Miramar. El biólogo no duda a la hora de comparar la riqueza ecológica del roquedal del Balneario con el de los acantilados de Maro, por eso reclama su urgente protección.