«Cuando vine aquí me dije que tenía que aprender español como fuera», cuenta. Valeria Kiselova, española de origen ucraniano de 33 años y licenciada en Ciencias Políticas, ha cumplido con creces este objetivo, porque además de aprender el idioma de Quevedo, estudió Filología Hispánica en la Universidad de Málaga y ya lleva publicados tres libros infantiles verdaderamente especiales.

Como explica Valeria, que vive en Benalmádena y está casada con un español, su hija Natasha, de cuatro años, tiene autismo «y como toda madre, le he intentado comprar cuentos pero no le gustaban». Un buen día, vio que su logopeda empleaba con Natasha unos libros con pictogramas, «que le encantaban, porque los entendía, y compré todo lo que había».

La cara de ilusión de su hija fue lo que le animó a ponerse a escribir y dirigirse a la editorial de esos libros, Geu. El resultado -hasta la fecha, porque hay dos más en camino- son los libros La princesa aprende a hablar y La princesa va al dentista. La protagonista de estos cuentos es una princesa autista que vive en un hermoso castillo y cuenta con el cariño de su madre, «pero es bastante solitaria porque no entiende el mundo que le rodea». Un buen día, sin embargo, un hada hará que comience a entenderlo.

Con los pictogramas, indica la escritora, «los niños pueden asociar una palabra con una imagen y es así como aprenden el vocabulario». Estos dos cuentos, por cierto, se van a traducir muy pronto al inglés y al francés.

El gato errante

Pero las inquietudes literarias de Valeria Kiselova también se dirigen a niños sin autismo. En este caso, el detonante del nuevo libro fue el telediario. «El cuento surgió cuando vi las imágenes de los niños que estaban muriendo mientras se dirigían a Europa. Empecé a llorar, porque soy muy sensible, tengo una niña y me puse a escribir un cuento sobre los refugiados»,detalla.

La obra se llama El gato errante, (editorial La Locomotora) está escrita en verso y cuenta con las ilustraciones de la ucraniana Nadia Malinkina, con quien contactó por las redes sociales. «Estaba buscando a un ilustrador que me gustara, porque cada libro tiene una visión y quieres que sea algo especial», argumenta.

El libro, para niños de 4 a 10 años, narra las aventuras de un grupo de gatos que escapa de un fiero tigre y busca un lugar donde encontrar la paz y la felicidad, aunque pasará penurias y tendrá que alojarse en un campo de refugiados.

El gato errante está escrito en verso porque, destaca la autora, «creo que los libros con versos llegan más a los niños porque tienen un ritmo muy especial y a veces adivinan la rima». La ilustradora se ha inspirado en el drama de Siria.

El libro lleva al final pequeño glosario, por si se emplea en clase, para que el profesor explique conceptos como el Convenio de Ginebra o los derechos humanos. Valeria Kiselova ya prepara un próximo libro sobre adivinanzas, y en verso, por supuesto.