El plan de cobertura sanitaria presentado por la Junta desencadenó ayer también un cruce de declaraciones políticas entre el PP y el Gobierno andaluz. Los populares, a través de su portavoz parlamentaria, Carmen Crespo, acusaron a la administración de actuar con poca transparencia y volver a «echar el cierre» de la sanidad por vacaciones, mientras que la Consejería de Salud se desentendió del reproche asegurando que el partido de la oposición «tergiversa la realidad».

Crespo insistió en que «a finales de mes», cuando «ya es muy tarde», y con «poca transparencia»el consejero de Salud, Aquilino Alonso, está intentando ultimar este plan de verano, y explicó que su partido, que ha presentado una proposición no de Ley relativa a la cobertura sanitaria, intentará que no ocurra «lo del año pasado».

La representante del PP insistió que en el verano de 2016 se cerraron «plantas enteras de hospitales, quirófanos y consultas», así como se quedaron «sustituciones sin cubrir», además de que existieron centros de salud que no abrían por las tardes, urgencias colapsadas, aumento de listas de espera y una excesiva sobrecarga de trabajo para los profesionales sanitarios.

Para la mandataria popular todo estos problemas tienen que ver con que el pasado ejercicio se utilizaron 65,4 millones menos que en 2008. De acuerdo con los datos que maneja el PP, en 2016 se cerraron 2.500 camas, el 55 por ciento de los quirófanos y el 80 por ciento de los centros de salud. «Exigimos para este verano una sanidad digna», abundó.

Una situación que contrasta con la visión de la Junta, que aseguró también ayer que la sanidad seguirá funcionando con total normalidad durante los meses de verano, «como ocurre cada año, con una rigurosa planificación de recursos asistenciales que volverán a dar la respuesta necesaria a cada problema de salud de la ciudadanía andaluza», a pesar de lo que considera como «presagios catastrofistas del PP», partido al que critica por lo que en su opinión es un afán reiterado de tergiversar la realidad.