­La empresa de abastecimiento y saneamiento de Málaga capital, Emasa, ha incorporado a su laboratorio un nuevo equipo capaz de mejorar la detección de compuestos, incrementando con ello la seguridad tanto para los ciudadanos como para el medio ambiente. Esta medida ha supuesto una inversión de 121.000 euros.

El nuevo equipo, que consiste en un cromatógrafo de gases con espectómetro de masas de triple cuadrupolo, es «uno de los más avanzados que existen actualmente en el mercado», según explicaron, lo que le permite detectar y cuantificar componentes a niveles muy bajos de concentración de diez gramos por litro.

El laboratorio de Emasa desarrolla desde hace años métodos para determinar la existencia de algunos de los compuestos como los plaguicidas organoclorados, organofosforados, triazinas y compuestos orgánicos volátiles. Se trata de microcontaminantes o contaminantes de presencia emergente y de naturaleza química que están presentes en el medio ambiente, según informó el Ayuntamiento en un comunicado.

La procedencia de estas sustancias es muy diversa, tales como productos farmacéuticos, productos de limpieza diaria, sustancias originadas en el drenaje de superficies urbanas como plomo y mercurio procedentes de la deposición de la contaminación atmosférica, o hidrocarburos y aditivos del tráfico rodado. También pueden provenir de sustancias derivadas de actividades agrícolas, ganaderas, y otras tales como productos fitosanitarios y biocidas. Hasta el momento no existe una evidencia experimental definitiva sobre la toxicidad de esos componentes en bajas concentraciones ni sobre su comportamiento, transporte o efectos.