El protocolo dice que Bell 412 necesita 15 minutos para echarse a volar rumbo al infierno, pero el compromiso y la experiencia de los pilotos del Infoca suelen robarle al tiempo algunos minutos que pueden ser cruciales para extinguir un incendio forestal. Durante los más de 10 años que lleva como piloto en la base de la Brica de Cártama, Juan Carlos Fernández de la Cueva se las ha visto ya de todos los colores. «El incendio de Barranco Blanco es el más grande al que me he enfrentado en cuanto a devastación, pero ha habido otros más complicados por la orografía o condiciones meteorológicas», reconoce. Él es uno de los responsables de que el H7, como ellos lo denominan, responda como la seda todo el año, aunque la proximidad de la campaña que empieza el próximo jueves es una motivación extra para pulir detalles que le permita primero transportar a las brigadas que van a luchar cara a cara contra el fuego e, inmediatamente después, buscar agua para arrojarla justo sobre las llamas en el menor tiempo posible.

El director del Centro Operativo Provincial (COP) del Infoca en Málaga, Adriano Vázquez, explica que la Brica de Cártama es una de las tres bases de carácter regional que hay en Andalucía junto a las de Jerez del Marquesado (Granada) y Escacena del Campo (Huelva). La base malagueña, situada junto al río Grande, está formada por cuatro cuadrillas. Cada una está compuesta por 11 personas y lideradas por uno de los tres técnicos de Operaciones que se reparten los turnos. Tras el aviso, el grupo que está de guardia sale disparado de la base con todo su material y se coloca, en dos filas y rodilla en tierra, a unos cincuenta metros frente al helicóptero esperando la orden del piloto para embarcar por los dos laterales del aparato. Segundos después, el H7 se pierde en el horizonte y vuelve para dejar a la cuadrilla en un lado de la pista en el que hay un incendio ficticio.

Con la misma formación y posición corporal, el equipo espera a distancia a que tres de ellos desplieguen el helibalde, el recipiente que todos llaman bambi y que Juan Carlos tendrá que llenar de agua para lanzarla sobre las llamas. Una vez que la nave se aleja, el grupo se posiciona sobre el terreno para luchar contra el avance del fuego con sus azadas, la herramienta preferida por los efectivos de nuestra provincia por su poder de corte y arrastre. El técnico de operaciones de la brigada, Francisco Javier Cantero, que coordina sobre el terreno los movimientos del grupo y se mantiene en contacto directo con el Bell 412 mientras los pilotos buscan el remanso de un río o un arroyo cercano, balsas, albercas o piscinas próximas para llenar el bambi, destaca la importancia del trabajo en equipo frente a la rapidez con la que es capaz de avanzar el fuego si este tiene a favor variables tan determinantes como la velocidad y dirección del viento, el grado de estabilidad atmosférica 0 el tipo de vegetación afectada. Aunque afortunadamente estos factores no coinciden siempre, los miembros de la Brica de Cártama han visto cómo el fuego ha llegado a avanzar 10 metros por minuto sin viento, mientras que con una buena brisa puede ayudar a arrasar más de 30 metros en el mismo tiempo. La mayor velocidad de propagación, según los expertos, se suele dar en las laderas, cuando el viento empuja al frente cuesta arriba con una gran facilidad. «Aquí decimos mucho que a veces parece que arden hasta las piedras. A simple vista parece que no hay vegetación, pero ves que el fuego avanza y avanza», dice Adriano. El director del COP explica que en ocasiones es inútil luchar contra las llamas en esas condiciones en las pendientes y que lo más provechoso es pensar en un nuevo objetivo. «En la cumbre siempre hay una oportunidad», advierte.

Al otro lado de la pista, el piloto llena el bambi en una alberca de las instalaciones como si los eucaliptos que tiene a su alrededor no existieran. Tras recorrer los aproximadamente 1.000 metros de pista con las alforjas llenas, la tripulación descarga los aproximadamente 1.200 litros de agua a escasos metros de la brigada como si lo hiciera sobre el frente de fuego. Juan Carlos repite la maniobra un par de veces, aterriza para recoger a la brigada y vuelve a despegar para posarse definitivamente en el punto inicial. Hasta el próximo entrenamiento o hasta el próximo incendio. Aunque las brigadas ya han cubierto varios incendios de poca entidad, son conscientes de que lo más difícil está por llegar. Sobre todo en las zonas interfaz, aquellas que mezclan personas, viviendas y masa forestal. En este sentido, Adriano asegura que este es un problema añadido en prácticamente toda la Costa del Sol, aunque hay zonas especialmente sensibles como Mijas, la Sierra de Alhaurín o los Montes de Málaga. De la Axarquía, por su parte, Vázquez destaca la poca accesibilidad que ofrece el terreno a los medios de extinción.

Prevención

Los deberes están hechos. Desde el pasado mes de noviembre, el Infoca, a través de los Planes de Prevención de Incendios Forestales (PPIF), comenzó a trabajar en un plan de prevención (desbroce, cortafuegos, etc) valorado en 1,8 millones de euros que ha ejecutado en 39 municipios, incluida la capital. El plan se ha extendido por 53 montes públicos a través de 148 actuaciones que han abarcado una superficie de 966 hectáreas, según datos de la Delegación de Medio Ambiente de Málaga.

En cuanto a la previsión para este verano, desde Infoca son muy prudentes y lo dejan en manos del contexto meteorológico. A priori, las precipitaciones registradas en la primera quincena de mayo sobre casi toda Andalucía ha atenuado el peligro inminente de incendio, «pero a la vez hará que prolifere el combustible fino (pasto) que es un buen iniciador y propagador del fuego».

Cuando la campaña comience el jueves, el dispositivo de Infoca de Málaga ya contará con otros dos helicópteros idénticos en los Centros de Defensa Forestal (CEDEFO) de Ronda (3 técnicos de operaciones; 21 grupos de especialistas; 5 grupos de apoyo; 5 vehículos contra incendios; y un vehículo nodriza) y Colmenar (3 técnicos; 13 grupos; 2 grupos de apoyo; 5 vehículos contra incendios y un vehículo nodriza), los otros dos vértices del triángulo sobre el que girarán los trabajos de extinción en la provincia. En el aeropuerto, por su parte, hay posicionados dos aviones anfibio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente capaces de descargar 5.000 litros de un tacada.Fases entrenamiento

La práctica tuvo lugar el 19 de mayo en la Brica de Cártama, que cuenta con una pista de unos 1.000 metros.

1. A pie de pista

El técnico de Operaciones y el piloto del helicóptero plantean el ejercicio minutos ante del mismo.

2. Llegada

El helicóptero despega con el bambi que ha desplegado la brigada nada más descender del aparato para cargarlo de agua.

3. La brigada en el frente

La cuadrilla, formada por 11 personas y el técnico, trabaja con sus azadas en la línea de fuego.

4. Carga de 1.200 litros de agua

El piloto busca una alberca para llenar el bambi de agua y regresar al punto en el que está la brigada. Arrojará en torno a 1.200 litros en vuelo rasante con gran precisión.

5. Regreso

Tras lanzar agua varias veces, el piloto recoge a la brigada y vuelve al punto inicial.