La puesta en marcha del Hospital Materno Infantil como centro satélite del Banco de Leche Materna del Hospital Virgen de las Nieves en el año 2012 está permitiendo que numerosos recién nacidos ingresados en el centro sanitario malagueño se beneficien de leche materna de otras madres que la donan de forma altruista.

Aunque este centro provee a toda Andalucía de este bien preciado desde que abrió en 2010, la colaboración se ha intensificado desde que en 2012 Málaga se convirtió en el primer centro satélite de España. Gracias a ello, madres malagueñas han donado 900 litros de leche materna y más de 600 niños de la provincia han recibido esta leche, la mejor alternativa de alimentación siempre y cuando sus madres no puedan ofrecerles la suya propia.

En cinco años la cifra de madres donantes ha superado las 120, con una media de una veintena al año. La cantidad es variable, porque según cuenta la neonatóloga y responsable del punto de donación de leche materna Laura Afumicato, hay madres que han donado 200 mililitros y otras que han hecho saltar las estadísticas, como una que lleva un año extrayéndose leche materna para donar y que ya ha superado la barrera de los cien litros.

Las malagueñas que se deciden a donar son normalmente madres que han tenido a sus hijos ingresados en la Unidad de Neonatología. O bien ellas se deciden a donar de forma voluntaria o bien lo expertos las captan ante el exceso de producción de leche materna. Así, Afumicato explica que pueden hacerse la extracción en casa o en el punto habilitado para ello en la planta 3 del Materno. En cualquier caso se les entrena para que mantengan las correctas medidas de higiene ante la extracción para evitar contaminar la leche de bacterias o microorganismos. «La leche tiene que ser casi estéril y la donante tiene que ser sana, no ser fumadora y no beber alcohol», afirma la experta, que puntualiza que, a pesar de que la extracción ha de hacerse con medidas higiénicas, esta leche se procesa y analiza siempre antes de ser entregada al recién nacido que la vaya a consumir.

En este sentido, las bolsas de leche materna congeladas que se guardan en una nevera del hospital infantil se almacenan hasta su envío a Granada. Cada tres o cuatro semanas se hace el envío y, al llegar, las bolsas pasan por un proceso de pasteurización y un análisis posterior para confirmar que no tiene la conocida como bacilus cereus, una bacteria que puede ocasionar problemas a los recién nacidos.

Una vez se da el visto bueno a la leche esta se envía a los centros sanitarios en los que se da a los bebés ingresados, generalmente niños prematuros que han pesado menos de un kilo y medio de peso, y cuyas madres no pueden darle su propia leche por motivos de salud. Los receptores de esta leche suelen ser menores con patologías digestivas, enfermedades cardiológicas o de la UCI pediátrica. «La leche que se da a los recién nacidos es una leche segura», afirma Laura Afumicato, que recuerda que la leche materna siempre es la mejor alternativa frente a las artificiales. Por eso, en el Materno hay dos enfermeras de enlace que visitan las plantas de puerperio para ayudar a las madres recientes a establecer la lactancia. Estas resuelven sus dudas, les ayudan con los posibles problemas que puedan surgir como grietas o mastitis y les asesoran en lo que respecta a cómo dar el pecho o cada cuanto tiempo.

Aunque la leche materna de banco es una buena opción, Laura Afumicato recuerda que la mejor es la de la madre del niño que la recibe. Pero no siempre es posible, de ahí que desde la Unidad de Neonatología se esté formando al personal sanitario para la extracción en caso de que la madre no pueda hacerlo por una patología, aunque se ha llegado a hacer en la UCI, explica el responsable de la Unidad, Enrique Salguero.

Pese a que la subida de leche se produce entre el tercer y el quinto día después de haber alumbrado, la responsable del punto de donación de leche materna de Málaga recuerda que el calostro es la mejor de las alternativas para el recién nacido, «oro líquido», afirma. Por ello en el hospital favorecen el contacto «piel con piel» entre el recién nacido y la madre, o el padre si no es posible con la madre. «Además de crearse el vínculo se establece antes y mejor la lactancia materna», agrega.

Y es que la leche materna no solo proporciona más defensas al bebé, sino que evita la aparición de problemas relacionados con el consumo de leche artificial como la enterocolitis necrosante, la destrucción de la mucosa del intestino que afecta a bebés prematuros alimentados con esta alternativa frente a la que protege una proteína de la leche materna. También les protege de sepsis nosocomiales, de infecciones otorrinolaringológicas, alergias y disminuye la posibilidad de padecer retinopatías. «En el futuro también tienen beneficios, está comprobado que tienen niveles de coeficientes intelectuales más altos, son adultos más sanos, con mejores trabajos y menos problemas como diabetes u obesidad», apunta.

Pero los beneficios de dar el pecho no sólo benefician a la salud del recién nacido o a la relación materno filial, sino que también protege a la madre a la larga de problemas de salud, como de cáncer de mama o de ovarios. A pesar de que se confiesan firmes defensores de la lactancia materna, los profesionales del Materno proporcionan a las madres que lo solicitan la pastilla que corta la producción de leche, aunque se aseguran de que dispone de toda la información necesaria. Aún así, Afumicato admite que la cifra es baja y que disminuye cada vez más con el paso del tiempo.

En lo que respecta a las recomendaciones de alimentar al hijo con el pecho, la neonatóloga se apoya en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y a partir de esa edad complementarlo con la alimentación que se da a bebés. «A partir de los dos años ya se puede mantener el tiempo que se desee».