El pasado 4 de marzo más de 60 personas, en su mayoría socios de Tran-Bus, visitaron el Museo del Transporte de Madrid. Como destaca José Ramón Rodríguez, presidente de Tran-Bus, «las instalaciones son impresionantes, pero al ver la sala donde tenían los uniformes, billetes y maquinaria, resulta que nosotros tenemos muchísimo material», cuenta.

Hace unos días que, como siempre en su tiempo libre, el presidente de Tran-Bus transportó al volante, de Sevilla a Málaga, un autobús Renault City-Class, de los años 90, que funcionó en la capital andaluza y que llenará un hueco en la colección de transporte antiguo de este colectivo sin ánimo de lucro, pues en nuestra ciudad hay dos City-Class de los 90 pero sirven de adorno en el Skate Park junto al Parque del Norte: «Están vacíos, no tienen motor ni aire acondicionado, son irrecuperables», señala. En cuatro horas, este modelo antiguo, que en Málaga circuló con el color pistacho de la EMT de los años 90, viajó de Sevilla a nuestra ciudad.

Fundada en 2006, Tran-Bus está formada en su mayoría por trabajadores y extrabajadores de la EMT. En estos 11 años de vida han conseguido hacerse con 17 modelos del transporte público de Málaga, muchos de ellos ya restaurados, entre ellos el famoso tranvía de 1922 que hoy descansa en la plaza de las antiguas cocheras de Pedregalejo, junto al arroyo Jaboneros e incluso un turismo, un Renault Super 5, idéntico al que en los años 80 transportaba a mecánicos e inspectores de la EMT.

Con todas estas piezas e incluso con prototipos de autobuses del futuro con los que podría contar, el colectivo considera que «hay bastante material para hacer algo interesante en Málaga». En concreto, Trans-Bus plantea poder mostrarlas en las futuras instalaciones de la Empresa Malagueña de Transportes, que proyecta trasladarse a una gran parcela junto al auditorio del Cortijo de Torres.

En concreto, el presidente de Tran-Bus aboga por que el Ayuntamiento tenga visión de futuro «y si van a ser las instalaciones de los próximos 30 años, qué menos que tuviéramos un rinconcito». En concreto, precisa que serían necesarios «ocho o nueve mil metros cuadrados», con el fin de organizar visitas y mostrar este patrimonio histórico. José Ramón Rodríguez tiene claro que «el cliente nuestro del mañana es el niño de hoy y si nosotros no los cultivamos no tendremos clientes mañana; si no te creo ese gusanillo de subirte al autobús, mañana te estás buscando una moto o un coche».

El responsable de Tran-Bus cree además que sería una oferta rentable económicamente, aparte del valor extra que le daría a la EMT. Además del ejemplo de Madrid, pone el de Barcelona, ciudad en la que el transporte metropolitano también cuenta con un espacio en el que preserva vehículos históricos y por otro lado, la entidad encargada de la gestión se ha constituido en fundación y organiza un rally anual de autobuses históricos. «Creo que también Tranbús está abocada a convertirse en fundación», destaca el presidente. En la actualidad, Tran-Bus sufraga la mayoría de sus proyectos con los dos euros mensuales que pagan sus cerca de 160 socios.

Por otro lado, del 20 al 24 de septiembre de este año el colectivo organizará la segunda edición de La Movilidad es cosa de todos, en la plaza de la Marina, con un repaso al pasado, presente y futuro del transporte público y que incluirá el nuevo autobús del Málaga C.F.. El año pasado recibió 20.000 visitas.

Respuesta de la EMT

El gerente de la EMT, Miguel Ruiz, respondió que la propuesta de Tran-Bus «es una buena idea», puesto que los futuros terrenos ocuparán 60.000 metros cuadrados. No obstante, también precisó que se trata de una idea que necesita madurar: «Es un tema que está un poco verde aún».