­Felipe Romera, soriano de cuna e ingeniero de telecomunicaciones de formación, llegó a Málaga en los años 70 para trabajar en Fujitsu, donde llegó a ser director de su potente departamento de I+D. Sin embargo, el gran reto de su vida profesional le llegó cuando fue nombrado director general del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), que abrió sus puertas a finales de 1992 y que este año celebrará su XXV aniversario. La pequeña tecnópolis de Campanillas que arrancó con ocho empresas y 130 trabajadores es hoy una pujante plaza con 635 compañías y cerca de 18.000 empleados que une a su innegable éxito, eso sí, unos permanentes problemas de movilidad y tráfico. Romera, a sus 62 años, afirma estar dispuesto a seguir al frente del parque todo el tiempo que su consejo de administración vea conveniente, sin mostrar preocupación por el futuro. «Soy feliz trabajando en esto pero vine al parque ligero de equipaje y así sigo», afirma.

¿Han pasado casi 25 años desde la inauguración del PTA, ¿como recuerda los inicios de tecnópolis?

Málaga era otro lugar. Había algunos grupos de tecnología muy relevantes como los de Fujitsu, Alcatel o Siemens, pero era una sociedad muy difuminada, volcada en el turismo. Yo diría que era una ciudad más apagada que la de ahora. En ese sentido, los inicios del parque fueron muy complejos. Hubo dos elementos muy negativos de tensión. Uno fue un enfrentamiento entre el alcalde de entonces, Pedro Aparicio, y el rector de la Universidad, José María Martín Delgado, a cuenta de la ubicación de los edificios de las escuelas de Ingenierías, que al final fueron a Teatinos. Otro, los incentivos fiscales que el Gobierno de Felipe González dio al parque Cartuja de Sevilla en lugar de al PTA, lo que originó una gran manifestación en Málaga en defensa del parque. El estado de animo era negativo y muchos pusieron en duda que el proyecto se pudiera realizar. Todo eso se calmó y cambió cuando los Reyes vinieron a inaugurar el PTA en diciembre de 1992. A partir de ahí se nos dejó ya trabajar. Y aunque los primeros años fueron complejos por la crisis posterior al 92, que duró hasta el 96, la tecnópolis se fortaleció y empezó a crecer a velocidad de crucero.

El comienzo, en número de empresas y empleo, fue muy modesto.

Nacimos con ocho empresas y poco más de 100 trabajadores. Había cuatro edificios: el de Hughes, el de Cetecom, el BIC Euronova, que tenía en incubación a empresas como Ingenia, y la sede social del PTA. Así empezamos. Ahora somos 635 empresas y casi 18.000 trabajadores. El parque, como la economía, va a impulsos. Hasta 2008 crecimos mucho, luego con la crisis perdimos mucho empleo, y en los últimos tres años hemos vuelto a ganarlo. El dato del empleo es el más indicativo del crecimiento del parque porque la cifra de empresas está más estancada y así seguirá en los próximos años. Tenemos muchos emprendedores pero parte de esos negocios terminan muriendo mientras nacen otros. Sin embargo, el crecimiento del empleo es casi exponencial y eso significa que hemos entrado en un nuevo proceso de crecimiento que no sabemos cuánto durará.

¿Qué futuro observa?

El PTA que yo veo, y para el que tenemos las infraestructuras preparadas, puede alcanzar los 50.000 trabajadores en un plazo de 15 o 20 años. Ahora mismo estamos creciendo a un ritmo de 1.000 personas al año pero llegará un momento de boom donde creceremos entre 3.000 y 4.000 al año durante algunos ejercicios. Será el empujón definitivo para tener un gran parque. Ya somos uno de los más grandes de Europa.

En los últimos años, el crecimiento del empleo ha venido más de la mano de las multinacionales, que reúnen una parte importante del total de trabajadores del parque.

La primera ola de innovación que vivió el parque fue de emprendimiento local y duró unos 15 años. Surgieron muchas empresas, otras murieron y algunas lograron convertirse en firmas de rápido crecimiento, ente ellas Ingenia, Cetecom (que luego fue AT4 Wireless y hoy es Dekra), Airzone u Optimi (que fue comprada por Ericsson). Estas empresas, cada una en el entorno de los 200 trabajadores y con más de diez millones de facturación, fueron la imagen del parque de cara al exterior. Con la crisis económica, este modelo se apagó en parte y comenzó otro, que hemos denominado segunda ola de innovación. En esta fase, multinacionales como Accenture u Oracle y empresas como OPPlus han visto en Málaga un lugar adecuado para desarrollar sus proyectos de transformación y eso ha tirado mucho del empleo. En cuando el emprendimiento local, tenemos el edificio El Rayo Verde, puesto en marcha en colaboración con la Universidad en la ampliación del campus de Teatinos, y donde queremos que las startups locales lleguen a ser emprendedores globales.

Estas etapas del sector de la innovación parece ir cada vez más rápido.

Así es. Podríamos decir que esta segunda ola de innovación ya está pasando y que ahora vienen otras, más cortas y simultáneas, alrededor de ámbitos como el coche conectado, la inteligencia artificial, el Big Data o las smart cities. Todo esto influye en el mundo empresarial. En el PTA tenemos líderes de todos estos sectores ¿Cuál es el problema? Que necesitan gente con conocimientos nuevos que las carreras universitarias no están dando. Por eso, nuestro trabajo es intentar que los estudiantes puedan subirse a esas nuevas olas. Por ejemplo, hemos hecho un master con la UMA sobre Big Data y ya hay 14 empresas del parque interesadas por esos alumnos ¿Cómo nos irá con estas nuevas olas? No lo sabemos pero sí vemos que tenemos empresas enganchadas a ellas y eso nos genera el optimismo de pensar que el crecimiento va a seguir siendo importante.

¿Hay demasiada mortandad empresarial en el parque o es el peaje ineludible de montar negocios innovadores?

El PTA ha creado un ecosistema de innovación, un campo que tiene riesgos. Y el riesgo puede significar fracaso o éxito. El fracaso forma parte del ADN del parque. En algunos años, de cada 100 empresas que se creaban se podían morir 70. El nivel de mortandad es connatural a la innovación pero en el PTA, al final, nos ha ido bien aunque ha habido fracasos sonoros como Vitelcom o Isofotón.

Se comenta que, a pesar de ser empleo ligado a la tecnología, el PTA no se libra de la precariedad laboral ni de los bajos sueldos, ¿qué dice a eso?

Cuando analizo el empleo a nivel global, yo diría que los mayores sueldos de Málaga están en el parque. Es verdad que hay actividades dentro del PTA que tienen un sueldo bajo pero puedo asegurar que es más alto que el que hay en el entorno. Los sueldos en el parque de los trabajadores cualificados están creciendo porque hay demanda. Lo que ocurre es que se mira mucho el sueldo de las personas que entran a trabajar y no el de la evolución de su carrera. Creo que el conjunto de salarios del parque es muy bueno, por encima de la media de Málaga. Puede haber personas en el entorno del mileurismo al comenzar pero luego el sueldo sube. En cuanto a lo de la precariedad, yo creo que en el PTA, en general, hay bastante estabilidad en las empresas. Lo que pasa es que las nuevas olas de innovación están trayendo modelos de contratación distintos, por trabajos específicos y proyectos concretos.

El parque viene sufriendo desde hace años severos problemas de movilidad. El tráfico colapsa los accesos en las horas punta y pese a algunas medidas específicas no parece que haya alivio para la situación. Usted lleva años reclamando la llegada del Cercanías o del metro.

El tema del tráfico lo veo mal aunque mi percepción es que ha mejorado algo porque las empresas han esponjado el tema de los horarios de entrada y salida. Pero el problema de la movilidad en el parque es muy serio. Si con casi 18.000 trabajadores estamos así, ¿qué pasará cuando seamos 30.000 o 50.000? Las infraestructuras no se hacen en dos días. Si queremos traer el Cercanías, aun poniendo todos los recursos y la velocidad tardaremos seis o siete años. Y el metro no digamos. La lentitud de los estudios es tremenda y no parece además época de inversiones. Estamos trabajando con el Ayuntamiento y la Fundación Ciedes para determinar pequeños cambios que faciliten la movilidad en el corto plazo. Pero obviamente necesitamos transporte público de gran capacidad, el metro y el Cercanías. Los dos, sin duda. Ya tenemos problemas de aparcamiento en el parque. Hasta ahora había algunas plazas disponibles pero empieza ya a no haberlas. Estamos pensando en habilitar nuevas zonas de aparcamientos en la parte de la ampliación.

Con el brexit, Málaga se está postulando como ciudad de negocios para quien busque sede alternativa a Londres, ¿percibe que el PTA tiene ahí una gran oportunidad?

Evidentemente. El parque está empezando a verse en estos momentos en el entorno internacional. Todas las empresas que preguntan para instalarse aquí son extranjeras, fundamentalmente europeas. Todavía tenemos poca visibilidad pero en el momento en que aumente va a ser un boom, seguro. Y lógicamente, con las conexiones aéreas que Málaga tiene con el Reino Unido tenemos algo de ventaja si el brexit provoca deslocalización de empresas británicas. Tenemos terrenos y edificios para poder recibir esta demanda si se produce. Todo depende de que el nivel de confianza que las empresas tienen por Málaga, que actualmente es muy alto, se mantenga.

¿Ve al centro urbano de Málaga como competencia del PTA? Algunas empresas ven más cómodo y operativo estar en la ciudad que en el parque, por su lejanía y los problemas de tráfico.

Eso no es real. El discurso de que hay empresas que se van del parque para irse a la ciudad o que optan directamente por ella para instalarse no tiene un número importante detrás. Nosotros tenemos casi 18.000 trabajadores en el PTA ¿Cuántos hay en el centro de Málaga? Digo mil y me parecen muchos. Puede haber algunas empresas que hayan optado por el centro, pero son muy pocos casos. En el PTA hay más de 600 firmas. Y las empresas que vienen quieren instalarse en el parque. El alcalde, Francisco de la Torre, dice que hay que vertebrar Málaga como un área de innovación y yo estoy totalmente de acuerdo con él. Pero la ciudad actualmente no ofrece espacios concretos para desarrollar este tipo de actividad. Para aparcar hay los mismos problemas que en el PTA. Es decir, estoy de acuerdo en que la ciudad sea área de innovación pero en estos momentos no puede competir con el parque y con su plan de infraestructuras. Su potencia no es equiparable. Por muchos años, seremos el gran receptor de empresas tecnológicas e internacionales.

Esta semana, por cierto, el Ayuntamiento ha inaugurado el Polo de Contenidos Digitales de Tabacalera, ¿qué le parece?

Lo veo muy bien. Es fantástico además que se haya inaugurado con un nivel de ocupación muy importante. Será una excelente palanca de desarrollo para nuevas actividades. Nosotros vamos a estar muy atentos, de hecho yo he pedido tener presencia allí para poder observar a las empresas y ofertar a las de rápido crecimiento un espacio en el PTA.

El PTA tiene tres futuros edificios contenedores en cartera con 20.000 metros cuadrados de superficie prevista, ¿cuando prevén iniciar su construcción?

Estamos en ello, hemos pedido la licencia de obra y estamos buscando promotores que nos permitan financiar esa obra. Hay gente interesada, el único problema es que nos piden que haya proyectos de empresas para ubicar allí. Y al mismo tiempo, las posibles empresas inquilinas querrían ver el edificio. Es una pescadilla que se muerde la cola. Pienso que estos edificios tendrían que estar terminados en unos tres años, que es el plazo en el que iremos encontrando empresas interesadas, así que los trabajos deberían empezar el año que viene. Hablamos siempre de empresas que buscan ocupar unas oficinas en alquiler de forma inmediata. Ya nadie quiere un edificio en propiedad. El modelo del parque ha cambiado radicalmente.