Aún recuerdan Antonio y Teresa su primer almuerzo en La Ménsula. No fue un día cualquiera, no. Era el día en el que el establecimiento abrió sus puertas y el matrimonio, amigo desde hace años de la familia de Tomás, uno de los dueños, no dudó en visitarlo en esa fecha especial. La primera comanda que atendió La Ménsula hace justo 20 años.

Cordero malagueño y brochetas de solomillo, acompañadas por una ensalada de la casa, fue el grueso de ese primer servicio que ofreció La Ménsula al matrimonio y unos amigos. «Todavía eran pesetas, claro», explica a sus más de 80 años, Antonio Blanca, acompañado de su mujer Teresa González.

La comanda luce con orgullo enmarcada en la pared del establecimiento ubicado en La Malagueta. Aunque para los dueños del establecimiento, Tomás González y Juan Manuel Quintana, no hay mayor satisfacción que ver cómo año tras año la pareja ha seguido fiel al lugar. «Venimos todos los jueves a cenar y los domingos y festivos», detalla Antonio. Vecinos de la zona, la razón que alega este comercial jubilado para ser fiel a su cita todas las semanas recae en la calidad del producto pero, sobre todo, en el trato y cariño con el que los atienden las innumerables veces que han cruzado la puerta de La Ménsula. «Nos sentimos de la familia y como nosotros hay más clientela», sentencia.

No hay plato favorito. Sus carnes, pescados y mariscos del día o sugerencias fuera de carta elaboradas con producto de temporada siempre gustan a este matrimonio que visita el lugar desde hace dos décadas. «Una vez nos fuimos a pasar el día a Granada y al final acabamos comiendo aquí», recuerda Teresa a modo de anécdota.

La Ménsula cumple 20 años y lo hace con la misma ilusión que el primer día. La calle Maestranza vio nacer este nuevo establecimiento que se reubicó en la calle Fernando Camino, lugar desde el que ofrecen una carta variada repleta de sabores tradicionales y con una materia prima excelente que les asegura el éxito en cada uno de sus platos. No es el único y desde hace 15 años también cuentan con otro establecimiento en el centro de la ciudad, en concreto, en la calle Trinidad Grund.

La disciplina y buen hacer en la cocina es labor fundamental que se trabaja día tras día y en la que ya está inmersa la segunda generación de estas dos familias. Sin embargo, la gran baza que juega a favor de este establecimiento es el buen trato con el que reciben a cada uno de sus comensales. Para Tomás, uno de los responsables de La Ménsula, es una parte fundamental. Con una plantilla joven de unos 20 empleados la principal premisa bajo la que deben atender en cada uno de sus servicios es que deben tratarles como les gustaría que les trataran a ellos cuando salen a comer. La atención al cliente se cuida hasta el mínimo detalle y son muchos los que se sienten partícipes de esta gran familia. «Yo nunca cierro por la tarde. Me gusta que mis clientes hagan la sobremesa a gusto y no se vean interrumpidos por el personal o cualquier cosa que les haga ver que se tienen que ir», detalla Tomás.

Ejemplo de ello son los tres amigos Antonio Moreno, José Luis Baltanás y Javier Candela. Compañeros del sector de la profesión, les gusta venir entre semana cuando pueden a comer a La Ménsula a despejarse y disfrutar de la buena cocina. Mientras uno prefiere un plato de cuchara, como el potaje de espinacas, otro se decanta más por la exquisitez de las gambas de garrucha. «Aquí está todo bueno pero, de verdad, lo mejor es el trato», recalcan los clientes. Dos décadas en las que esta gran familia compuesta por personal y clientes han hecho de La Ménsula un lugar acogedor en el que la comida, acompañada de una atención de primera, sabe mejor.

La Ménsula cumple años y lo hace con ganas de seguir sumando. Para ello, sin perder su esencia y manteniendo su cocina tradicional y de la tierra, han incorporado a sus filas su segunda generación que se reparte entre la cocina y sala de ambos establecimientos. Aire fresco para el lugar que apuesta por incorporar pequeños toques de una cocina más moderna con la que llegar a todos los paladares. Lo hace de la mano de Álvaro Gónzalez que se forma en las mejores cocinas del país y viene pisando fuerte. «Es muy sacrificado pero yo he nacido para esto. Teniendo el espejo que he tenido...», expone.

Por muchos años más de La Ménsula.