Alfombra roja para el inicio de la temporada de verano con unas playas en estado óptimo. Así lo aseguró este miércoles el Gobierno central a través del subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, y el jefe de la Demarcación de Costas, Ángel González. Ambos comparecieron en una rueda de prensa conjunta para hacer balance y dar por finalizadas las numerosas actuaciones llevadas a cabo hasta ahora en los municipios costeros para acicalar unas playas que habían sido fuertemente dañadas por sendos temporales, el de febrero y el del pasado mes de abril.

Para subsanar los efectos negativos de aquellas inclemencias meteorológicas, se ha destinado a la provincia de Málaga una inversión total de 4,7 millones y se han producido movimientos de arena por encima de los 500.000 metros cúbicos. Los operarios y técnicos pertinentes habrían actuado, según lo precisado, en todos los municipios del litoral, desde Nerja hasta Manilva, y en función de las urgencias de cada municipio.

Briones se mostró satisfecho por el actual estado y se congratuló de que las playas estén preparadas para la esperada avalancha de bañistas. En este sentido, recordó la importancia de las playas para el sector del turismo e insistió en el compromiso del Gobierno central con la provincia. Desde la entrada de Rajoy en La Moncloa en 2012 hasta ahora, el subdelegado cifró el desembolso total por encima de los 15,5 millones de euros. «Es un esfuerzo presupuestario muy considerable», consideró. A tenor de las cifras desglosadas, también se volvió a confirmar la inusitada fuerza destructora que aplicaron los últimos temporales sobre la provincia. Para acicalar las playas, en esta temporada, se ha necesitado de un inversión tres veces mayor a la habitual. Los 4,7 millones contrastan así con los 1,5 millones de euros que, aseguró González, «suele ser la inversión habitual en un año normal».

En el reparto del pastel, Marbella y Estepona aparecen en lo más alto. Ambos municipios se han llevado inversiones por encima del millón de euros. Briones quiso recordar que también se trataba de los municipios que más daños habían tenido que registrar. «Allí donde se han registrado mayores daños, el esfuerzo presupuestario ha sido mayor», apuntilló Briones. Sobre las últimas actuaciones en la provincia, el máximo representante del Gobierno en Málaga aseguró que se había cerrado el círculo con un trasvase de arena desde la playa del Cable hacia Las Chapas, en Marbella, y una pequeña actuación en Algarrobo, realizada en la misma mañana de este miércoles.

En Málaga capital, Briones resaltó un saneamiento de las calas de Pedregalejo para retirar fondos desprendidos de las escolleras y aportes de arena desde la desembocadura del Guadalhorce hacia las playas de la zona de Guadalmar. De hecho, en algunas de las zonas mencionados, como en el caso de Pedregalejo, todavía se podían contemplar las máquinas utilizadas para remover la arena. Si a los movimientos de 500.000 metros cúbicos anteriormente mencionados se le suman los 400.000 en aportaciones, la cantidad total de arena movida asciende hasta los 900.000 metros cúbicos. En relación a estos movimientos, González detalló que este jueves se darán los «últimos remates» en el traslado de arena de la desembocadura del puerto del Candado hacia El Dedo. Posteriormente, está previsto que esta arena sea trasladada a la zona del Peñón del Cuervo, el próximo miércoles 28 de junio.

Obras en la Torre del Cable

El próximo 3 de julio se iniciarán las obras para reformar la Torre del Cable en Marbella. Con un coste estipulado en 130.000 euros, que se incluyen dentro de los 4,7 millones, Briones destacó el valor urbanístico de la torre para los ciudadanos de Marbella y precisó que se está esperando hasta el mes de julio para asegurarse un mar en calma. Esgrimió, en este sentido, que «los costes de la obra se dispararían si tenemos que parar la obra cada dos por tres».

Volviendo la mirada al pasado, y preguntado por los posibles errores cometidos en la prevención que pudieran haber afectado al litoral, González explicó que fueron los desbordes de ríos los que «aportaron a playas todo tipo de material, dejándolas echa un desastre y con un montón de arrastres». Además, destacó que, salvo por las inundaciones, «las playas más o menos han aguantado los embates de temporales», sobre todo en aquellas zonas donde no había demasiadas ocupaciones rígidas en la costa». Teniendo en cuenta los daños que se habían acumulado a lo largo del 2017, la sensación transmitida fue de una rotunda satisfacción.