Málaga ha encontrado en la actividad crucerística de su puerto un auténtico motor económico que apuntala su apuesta turística de manera decisiva, haciendo buena la apuesta hecha en su día por la Autoridad Portuaria, que ha invertido en los últimos 20 años un total de 35 millones de euros en mejorar las instalaciones con la construcción de las nuevas terminales del dique de Levante y del Palmeral de las Sorpresas. Como contraprestación, los cruceristas facturan 25 millones de euros, que quedan en la ciudad cada año. Las oportunidades de negocio no han tocado techo, ni mucho menos. Y ahora los objetivos del puerto se resumen en combatir la estacionalidad, explotando sus fortalezas para convertirse en puerto base de invierno.

En el foro Cruceros en Málaga, presente y futuro, organizado ayer por La Opinión de Málaga en el Instituto de Estudios Portuarios con el patrocinio de la Autoridad Portuaria y la colaboración de Cadoil Trading, ODT y City Sightseeing España, empresarios y profesionales del sector analizaron la evolución del turismo de cruceros y su impacto en la ciudad de Málaga.

El director de la Autoridad Portuaria de Málaga, José Moyano, que participó en la mesa redonda moderada por el periodista Miguel Ferrary, señaló que el puerto de Málaga saldó el 2016 con 445.000 cruceristas, un incremento del 6% en el número de pasajeros respecto al año anterior, y un 8% más de aumento de las escalas, hasta alcanzar las 251, de las que un 21% de los casos utilizaron el de Málaga como puerto base, es decir, de origen o fin de los cruceros.

La previsión para 2017 es aún más optimista, con posibilidad de superar los 500.000 cruceristas, que consolidarán al de Málaga como el segundo puerto peninsular, a gran distancia todavía, eso sí, del de Barcelona. El propio Paulino Plata, presidente de la Autoridad Portuaria, insistió también en que la vocación del puerto todavía tiene muchas oportunidades por explotar, que redundarán en beneficios para la ciudad. Sobre todo para el comercio (aunque en los últimos años se ha visto reducido el gasto) y la restauración.

Y todo ello contando con el importante y hasta inesperado crecimiento de las rutas marítimas de Asia, que han restado turistas y flota en los destinos tradicionales del Mediterráneo, como destacó Susana Gutiérrez, directora de las terminales de cruceros de Málaga.

Por sus conexiones, con un aeropuerto internacional a escasos 15 minutos del puerto, con AVE y otros sistemas de transporte que favorecen la intermodalidad, por sus instalaciones de primer nivel -de las mejores de Europa según admiten los propios tripulantes de los barcos-, y por ser un destino con gran capacidad hotelera, seguro y con la posibilidad de ofrecer escalas a otros puertos y excursiones a otros puntos de Andalucía, el puerto de Málaga ofrece razones suficientes que, unidas al buen clima de la provincia, compensan las posibles debilidades que ofrece su localización, sobre todo para unir destinos más alejados del Mediterráneo oriental, para ser el puerto base de invierno de Europa, sirviendo de enlace de rutas hacia el Mediterráneo, el Atlántico (Madeira, Canarias, Las Azores, Lisboa, Oporto...) y combinadas, como se encargó de destacar en el debate Chencho Benítez, jefe regional de Andalucía y Extremadura de Royal Caribbean.

De hecho, los puertos de Málaga y de Tenerife trabajan de manera especial en la potenciación de rutas atlánticas de cruceros que tengan a ambos puertos como cabecera de las mismas, fomentando así dicho tráfico en sus instalaciones y propiciando la desestacionalización, es decir, ampliando la campaña a los doce meses del año.

Este modelo de cooperación es clave para conseguir esta meta, a juicio de Javier Hernández, director general de Turismo del Ayuntamiento de Málaga, que destaca también el trabajo conjunto ejemplar que llevan a cabo las administraciones cada vez que se celebra una feria.

Málaga acogerá en 2020 el Seatrade Cruise Med, la gran cita de cruceros a nivel mundial y que servirá para potenciar aún más el destino dentro del ámbito Mediterráneo.

Del mismo modo, el puerto de Málaga ha retomado recientemente el servicio de bunkering por gabarra, es decir, de suministro de combustible a los grandes buques, lo que favorece también los intereses del puerto para convertirse en destino de origen de cruceros.