Mira las nubes, dime qué ves y te diré lo que te obsesiona. En el caso de Fausto Polvorinos, esta ecuación le llevó a una vida que gira en torno a barómetros y veletas. Como jefe del grupo de avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para Andalucía y Melilla, es una de las personas más solicitadas de la provincia. Su experiencia en la medición es tan amplia como su abrumador currículum. La Opinión de Málaga le pone cara a una de las grandes voces del tiempo: tormentas, inundaciones, terral y otros fenómenos. Polvorinos contesta.

El reloj marca las cinco de la tarde. ¿Cuántas veces ha mirado ya al cielo en lo que va de día?

Hoy, poco, porque es un día muy aburrido. Si el día está interesante, suelo mirar al cielo cada hora. El otoño y el invierno son más interesantes que el verano.

¿Decir que cada nube es un mundo sería una definición correcta?

Yo las definiría como algo atemporal. Realmente, las nubes, hasta finales del siglo XIX, no tenían nombre. Los primeros en interesarse por ellas fueron los pintores del siglo XV. La gente, cuando veía las nubes, se imaginaba cosas. Es cierto que son un indicador para saber qué tiempo va a venir. Son un buen predictivo en todo el mundo. El cuento más corto en castellano es de Monterrosso. Dice eso de que las nubes, cuando despertó el dinosaurio, todavía estaban ahí. No es poca cosa.

En Málaga hay muchos días que no se ve ni una.

A veces, las echo de menos. Subo a la terraza del trabajo y miro hacia el norte porque las nubes se acumulan por el arco montañoso malagueño. Afortunadamente, porque de eso vivimos aquí, tenemos muchos días despejados a lo largo del año.

«El tiempo de Málaga para las próximas dos semanas». ¿Estamos ante una afirmación de rigor o simplemente se trata de echar una moneda al aire?

Más lejos el periodo de predicción, más se acerca a la moneda al aire. Cuando más cerca del periodo de predicción, más se acerca a la certeza. Si tú miras el cielo hoy, es muy fácil predecir el tiempo que hace mañana sin tener un mapa delante ni nada. Particularizando, hay situaciones anticiclónicas que son muy persistentes y permiten una proyección de una o dos semanas que puede ser muy certera. Hay situaciones, como la gota fría, en las que hay que hacer la predicción casi cada hora. Los sistemas meteorológicos son igual que las personas. Cuanto más organizado, más fácil es predecirlo. Cuanto más desorganizado, más difícil se vuelve.

¿Para cuándo unos pronósticos a largo plazo en los que se pueda confiar de verdad?

Cada vez se avanza más. La prueba de ello son las preguntas que hacen los clientes. Las personas ya no quieren saber si va a llover o no, sino a qué hora y cuánto. La meteorología, como todos los conocimientos, se asemeja a un globo. Lo que sabes, es la superficie del globo y lo que está fuera es el desconocimiento. El globo se está inflando cada vez más, a la vez que se abren los nuevos retos. Uno de ellos es la predicción a un mes o dos meses. Antiguamente, la gente decía que fallábamos mucho. Quien diga eso hoy, es una persona bastante desinformada.

¿Cuáles son los factores dominantes que causan errores en las predicciones?

Generalmente, la predicción que hacemos es una predicción determinista. Es decir, mañana va a hacer sol. Cuando se falla, pueden ocurrir dos cosas. Que nosotros hemos pensado que eso pudiera ocurrir, pero la probabilidad era muy pequeña y no la mencionamos. O que algo nos haya sorprendido totalmente, aunque eso es cada vez más difícil. En 2009, tuvimos un tornado en Málaga. Si alguien me pregunta dos horas antes que si va a haber un tornado, yo no puedo decir ni sí ni no. Sólo puedo decir que las condiciones son propicias para que lo haya.

¿Es más fácil acertar el tiempo en Málaga que en otras ciudades de España?

Depende de la situación. Acertar el tiempo en Málaga, en una situación anticiclónica, cuando llega el mes de julio, es bastante fácil. Las situaciones de inestabilidad que desencadenan en las tormentas que hemos tenido, son de las más difíciles de predecir.

Llevamos dos días de verano como quien dice y los termómetros ya han apretado de lo lindo. ¿Qué se nos viene encima?

Es difícil y fácil de decir a la vez. Venimos de un terral fresco, nada agobiante. Desde ayer, tenemos levante. Eso a corto plazo. Ahora, yo puedo decir que este verano va a ser de los más cálidos. Pero eso no es hacer una predicción. ¿Por qué? Porque desde el siglo XXI todos los veranos han sido muy cálidos. El cambio climático se está notando en toda España.

Una de las palabras de la última década es, seguramente, la que acaba de mencionar. ¿Cómo se podría definir el cambio climático para el usuario a pie de calle?

El cambio climático ha existido siempre. El clima genera vida y la vida genera cambio de clima. Insisto, siempre ha habido cambio climático. Estas fluctuaciones han sido generadas bien por manchas solares o por explosiones volcánicas. La diferencia con el cambio climático de ahora es que éste va a ser provocado por la actividad humana. Ese es el quid de la cuestión. Hablamos de un cambio climático, en definitiva, provocado por los gases de efecto invernadero.

Donald Trump se pregunta que dónde diablos está el cambio climático, que el no lo ve por ningún lado. ¿Debemos concluir que es un patán que no tiene remedio?

Para mí, es un ignorante. Yo no soy experto y menos en la política de Estados Unidos. Pero puedo decir que en el cambio climático está equivocado. Y me temo que los electores se equivocaron también al elegirlo a él.

La teoría dice que el cambio climático se traduce en calentamiento global. ¿Usted cuenta con datos que permiten constatar que ese efecto se ha producido en Málaga?

Claramente. Tenemos datos de la temperatura desde el año 1942. De los quince años más cálidos, once son del siglo XXI. Y cada vez se nota más. Desde 1988 hasta ahora, la serie nos dice que el único año en el que la temperatura no ha crecido ha sido en 1991. Entonces, hubo una explosión del volcán Pinatubo. Se llenó la atmósfera de cenizas y la temperatura bajó.

Una vez subidos a esa ola, ¿llegará el momento en el que podamos guardar los chaquetones de invierno para siempre?

Hay diferentes proyecciones, pero yo diría que sí. Dependiendo de lo que emitamos a la atmósfera, va a subir la temperatura más o menos. Las peores previsiones hablan de ocho grados.

¿Qué es la definición de buen tiempo para usted?

Que haga el tiempo que debe hacer, el que esperamos en la época que sea. Yo sé que para los urbanitas la lluvia es un coñazo, pero es necesaria. Entonces, buen tiempo, en Málaga, es que llueva en noviembre y que haga buenas temperaturas en julio, con algún que otro día de terral.

El palustre al albañil, la pluma al escritor, ¿los satélites al meteorólogo?

Desde luego. El satélite ha cambiado totalmente la ciencia de la meteorología. Hemos aprendido muchísimo gracias a ellos.

Una de las cosas que más se consulta en el móvil es el tiempo. ¿Por qué cree que interesa tanto al ser humano?

A lo largo de la historia ha habido diferentes razones. La primera era de supervivencia. Por buscar alimentos. Ahora, nos interesa por razones tan de moda como la ropa que me pongo. Las razones han ido variando según ha ido evolucionando la sociedad. Estamos en una sociedad de ocio y de dejarse ver.

¿Por qué hay que confiar más en la Aemet que en el iPhone?

En la unidad que dirijo yo, somos once personas. Todos con carrera universitaria, algunos de ellos, con expedientes muy brillantes. Contamos con los mejores medios y una experiencia media de 25 años. Luego, la gente puede elegir a quién quiera. Hasta en Estados Unidos eligen a quién quieren. De meteorología, fútbol y medicina, todo el mundo opina. Pero cuando hablamos de días conflictivos, la gente nos llama a nosotros. Por algo será.

Hay miles de personas pendientes de usted todos los días, pero nadie le pone cara. ¿Cómo lo lleva?

Bien. Muy bien. No tengo ningún interés en ser conocido. La vocación del tiempo me viene por curiosidad. El aburrimiento tiene cura y es la curiosidad. Y a mí salir en una pantalla no me provoca curiosidad alguna. Yo tengo una vocación científica.

Históricamente, las chicas del tiempo venían envueltas de cierta aureola de erotismo. ¿Alguna vez le ha llegado una carta de amor a la Aemet?

Hasta ahora, no he tenido esa suerte. O desdicha. Todo depende según como se mire el asunto.

¿Qué opinión le merece la evolución que ha experimentado la presentación del tiempo en la televisión?

Pues ha pasado como en la meteorología, que ahora todo tiende a ser más visual. Creo que la duración de los espacios es excesiva. Pero esa es mi opinión. La gente parece que piensa lo contrario.

¿Qué peso tienen la física y el cálculo en la predicción del tiempo?

Ambas son fundamentales. La carrera que mejor se adapta a la meteorología es la de Física. En todo caso, la meteorología ha cambiado mucho. La primera vez que se resolvió una mapa del tiempo, eso fue después de la Segunda Guerra Mundial, se necesitaron tres días. Ahora, le damos a un botón y tenemos la previsión para hoy y mañana.

¿Cuánto tienen ustedes de topógrafos?

Para los que nos especializamos en una zona, es algo imprescindible. Tienes que saber geografía. El terral no existiría sin geografía.

¿Qué es el terral exactamente? Hay muchas definiciones flotando por ahí en la atmósfera popular.

El terral es viento de tierra. La gente, cuando le puso el nombre, sabía lo que decía. La gente no era ignorante. Es un aire que desciende de las zonas altas de Málaga hacia el litoral, por los valles orientados de norte a sur. En la atmósfera, cuando el aire desciende, se calienta un grado por cada cien metros.

Este año, Málaga ha registrado fenómenos climatológicos muy adversos, con tormentas que han provocado graves inundaciones. ¿Tenemos que contar con que se repitan en los próximos meses?

Sí, por supuesto. Estamos en una ciudad algo peligrosa para las inundaciones porque tiene dos tipos de ella. Una, que puede tener cualquier otra ciudad de España, que es la provocada por precipitaciones que caen en los ríos que pasan por la ciudad. Pero, además, Málaga tiene una situación en la cual sufre inundaciones por precipitaciones que caen justo en la ciudad. En ese sentido, lo digo con tranquilidad, porque es algo que ha ocurrido aquí toda la vida. Son las lluvias torrenciales del Mediterráneo.

¿Cuál es la situación meteorológica más complicada de predecir en la provincia de Málaga?

Cualquier situación que dé lugar a tormentas. Cuando hay situaciones de tormenta, nosotros avisamos. Sabemos que va a haber tormenta, pero no sabemos dónde se va a producir. Es como una bola de ping pong que la echas a botar en un cuarto. El año 89, cuando hubo la famosa inundación en el Aeropuerto, la gente de El Palo no se lo creía.

¿Qué tienen las tormentas de fascinante a nivel científico?

Es uno de los fenómenos más importantes dentro de la meteorología. Al final, lo que hacen es relajar la energía que se va acumulando en la atmósfera y el tiempo se estabiliza. Es donde se desarrollan las fuerzas de la naturaleza más potentes que hay.

¿En relación al tiempo en Málaga, ¿hay algo a lo que usted le teme, especialmente?

Lo más complicado para nosotros son las lluvias torrenciales. Porque producen perdidas de vidas. Si no fuera por ello, casi que podríamos decir que las lluvias torrenciales son buenas. Aquí, o llueve de esta manera o no llueve. Estamos condenados a ellas.