AGUA. La provincia de Málaga tiene un consumo medio anual de 120 hectómetros cúbicos, de los que la mitad se lo lleva la capital. La temporada alta, la que va de junio a septiembre, es la que acumula una mayor demanda de abastecimiento, por el aumento de la población en toda la franja litoral debido al turismo. La provincia ha entrado a este verano en una situación de prealerta de sequía por el estado de sus embalses, que notan la falta de lluvias de los últimos meses. En principio, las reservas existentes garantizan el suministro para todo el verano, pero Málaga puede llegar al otoño con su caudal bajo mínimos.

AGUACATE. La comarca de la Axarquía es una de las áreas agrícolas españolas donde más esfuerzos en investigación y desarrollo se han realizado en los últimos cincuenta años. Bien es cierto que los orígenes del centro experimental de la finca La Mayora, situada en el término municipal de Algarrobo, hay que buscarlos en el interés del Gobierno alemán de entonces por hallar en el territorio europeo más templado un espacio en el que desarrollar nuevas variedades. De sus algo más de 50 hectáreas salieron primero, en los 70, los primeros brotes para poder implantar el fresón en Huelva. Y mucho después, a finales de los 80, se sentaron las bases para que la Costa del Sol oriental se convierta en «una productora multimillonaria» de aguacates y mangos. Ya son casi 50.000 toneladas las que se comercializan en La Mayora.

ALAMEDA. Ha sido durante años una barrera de tráfico y autobuses que ha condenado al ahora denominado Soho al olvido y abandono, casi precariedad. Los esfuerzos municipales por recuperar estas calles se siguen topando con el obstáculo que supone la actual configuración de la Alameda, donde reina el tráfico y se penaliza al peatón. El proyecto de peatonalización de los laterales, que han encontrado en la obra del metro la excusa ideal para llevarlo adelante, promete que para 2019 nos encontremos con una Alameda amable, agradable de pasar, con poco tráfico y conectada con el metro. Será la segunda gran transformación urbana del Centro en apenas veinte años.

BALONCESTO. Pocas ciudades en España y en Europa pueden decir que viven más entregadas que Málaga al deporte de la canasta. Y no solo al de élite, también al baloncesto base. Al de las pistas polideportivas de los colegios y de los pabellones. Miles de niños y niñas practican cada año el básket en los diferentes clubes y escuelas que jalonan la capital y toda la Costa del Sol. El Unicaja es la cabeza visible de todos ellos. Un club, con ya 40 años de historia, que lleva el nombre de la ciudad por las cuatro esquinas del Viejo Continente. Málaga es una ciudad de baloncesto, como se demuestra cada noche que el Martín Carpena acoge un gran partido continental o de la Liga Endesa. El deporte y Málaga, siempre muy unidos.

BANDERAS

. De haber nacido en la Málaga fenicia, Antonio Banderas habría sido ascendido a deidad del Mundo Antiguo, por la mayoritaria simpatía y admiración que despierta entre los malagueños. La admiración no se sustenta en su capacidad artística, de la que ha dado cuenta en España y en Estados Unidos, sino en la constatación de que, pese a formar parte del grupo de grandes estrellas del Séptimo Arte, no se ha convertido en un ser arisco, endiosado y encantado de conocerse. Antes al contrario, Antonio Banderas es el ejemplo de que se puede vencer la vanidad y la estupidez con sencillez e inteligencia. La ciudad ha asistido a la evolución de su caché y ha comprobado, aliviada, que no solo no se lo tiene creído, sino que además no se olvida ni de su ciudad natal ni de sus tradiciones. De este modo, quizás sin pretenderlo, siendo normal y cercano, Banderas ha terminado por encarnar el prototipo de malagueño, un ideal que sólo él representa. Por eso, cuando en los últimos tiempos se ha topado con el mundillo urbanístico malaguita y con unos políticos imprudentes, este malagueño normal ha dejado constancia de su cabreo y muchos de sus paisanos han querido desagraviarle con su apoyo incondicional, aunque eso implicara obviar las reglas de juego. Lo quiera o no ya es un símbolo. Un aplaudido profeta en su tierra.

CARNAVAL. Del olvido y la mala imagen a lucir el lema La Fiesta del Invierno Cálido. De recibir la espalda de la mayoría de los malagueños a ser objeto de curiosidad, consulta de horarios y de caras de atención. El Carnaval ha sufrido una notable transformación que le han situado en un lugar idóneo para su crecimiento, ganando en prestigio y calidad. Ahora es un referente, una fecha esperada y participada por muchos. Ya no se habla con la boca pequeña cuando se está en el Carnaval de Málaga. Ahora, el Carnaval da prestigio y eso que todavía queda mucho por andar.

CATEDRAL

. La Catedral ya cuenta con un plan director (la de Málaga era la única que no contaba con un documento de estas características). Aún espera el visto bueno de la Junta de Andalucía. En la teoría y en la práctica supone un diagnóstico de las necesidades del primer templo de la diócesis en el que establece una hoja de ruta para subsanar las deficiencias y solventar los problemas que presenta. Pero también para conseguir la financiación necesaria para llevar a cabo estos trabajos o para llevar a cabo acciones de mantenimiento, de restauración, de difusión y promoción, de investigación... . La Catedral es un edificio vivo, contemporáneo, con uso. No como un monumento petrificado, estático. Le falta prácticamente un tercio por construir respecto al proyecto original. No solo es la torre. Juan Manuel Sánchez de la Chica es, desde el pasado mes de enero, el arquitecto de la Catedral, tras el nombramiento efectuado por el obispo Jesús Catalá.

CENTRO. Málaga nunca ha sido capital de califato, ni reino de taifas, ni siquiera tuvo relación comercial con las Indias, pero su Centro tiene un valor inigualable en su conjunto. No hace ni 20 años, el casco histórico de la ciudad parecía la boca del lobo. Los males de la movida, la escasa seguridad, y el mal estado de los inmuebles provocaron que muchos vecinos se trasladaran a barrios en expansión. Fue a partir de 2002, cuando el Centro volvió a repoblarse, sobre todo por parejas jóvenes, atraídas por la restauración de los edificios promovida por la Oficina de Rehabilitación y la revitalización comercial de sus calles. La fórmula, sin embargo, parece haber tocado techo ya que a pesar del boom económico, desde hace un tiempo, el Centro vuelve a perder residentes, 200 en los últimos dos años. Las zonas más afectadas por este despoblamiento son las calles Beatas y Tomás de Cózar, donde se concentran bares y locales de ocio. Además, alquilar una vivienda por larga temporada se ha convertido en una misión imposible. Desde hace unos meses la ciudad vive inmersa en una situación hasta ahora desconocida, en la que apenas hay viviendas para arrendar a los residentes o aquellos que quieren vivir en ellas y las que hay, han subido los precios ante la fuerte demanda que experimenta el sector por los apartamentos turísticos.

DESEMPLEO. El paro presenta desde hace tres años una tendencia sostenida a la baja en Málaga pero las cifras doblan todavía el volumen de desempleo que había antes de la crisis, cuando la tasa de paro era solo de alrededor de un 10% de la población activa. La provincia tiene actualmente con 152.448 desempleados inscritos en los servicios públicos de empleo, 21.430 menos que hace un año y presenta además el menor número de parados a estas alturas del año desde 2009. La tasa de paro es del 26%. En los años más duros de la crisis, la cifra de parados llegó a superar los 218.000 parados y la tasa de desempleo se situó en el 36%. Hay sin embargo hay todavía cifras muy desalentadoras que hablan de la imperiosa necesidad de generar más empleo: el 55% de los parados de Málaga (unas 83.500 personas) no cobra ya ningún tipo de prestación y la cifra de parados de larga duración (personas que llevan más de un año buscando trabajo) es de 74.758 personas. Los jóvenes y los mayores de 45 años son dos de los colectivos más afectados por el desempleo.

DÓLMENES. Antequera lleva años teniendo una preciosa y valiosísima construcción prehistórica: los Dólmenes. Quienes los han visitado saben lo importante que son estas construcciones funerarias, o eso parece, para los malagueños y los antequeranos, pero hace relativamente poco fueron declarados Patrimonio de la Humanidad con la Unesco y pasó como con el Museo Picasso de Málaga: ahora sí nos sentimos orgullosos de algo que, tal vez, habíamos tratado poco antes. Ello ha supuesto no sólo una revalorización de la marca Antequera en la provincia, sino de la propia marca Málaga, porque los Dólmenes contribuyen a crear conciencia colectiva y nos ayudan a mirar al pasado del que todos provenimos.

EDUCACIÓN. Los cambios en educación son muy lentos, por lo que las asignaturas pendientes siguen siendo prácticamente las mismas, legislatura tras legislatura. La carencia de infraestructuras educativas en algunos municipios de la Costa del Sol y los barrios de expansión de la capital, sometidos a una fuerte presión demográfica provoca que falten plazas escolares y en muchos casos los niños tengan que ser escolarizados en barracones o en espacios comunes de los colegios, reconvertidos en aulas. Llamativo es que en Teatinos hayan sido necesarios más de 15 años de reivindicaciones y movilizaciones de los vecinos para que el tan demandado instituto sea siquiera licitado. O clamorosa es la escasez de pupitres en zonas como Los Pacos, en Fuengirola. Andalucía, además, continúa observando con impotencia cómo el informe PISA sitúa a la región a la cola de la enseñanza en España, con los peores resultados en comprensión lectora y matemáticas.

EMPRENDEDORES. Málaga cuenta con un potente ecosistema emprendedor conformado por organismos como los CADE de la Junta de Andalucía, Promálaga del Ayuntamiento de Málaga, el proyecto The Green Ray de la Universidad y el Parque Tecnológico (PTA), la incubadora BIC Euronova o el Polo Digital de Tabacalera, un espacio que alberga además hay iniciativas como el espacio de coworking La Farola de Andalucía Open Future. Empresas como el grupo Top Digital tiene también su propia aceleradora de proyectos (Sprita) para alentar a las numerosas startups malagueñas. Por otro lado, la Asociación de Jóvenes Emprendedores de Málaga (AJE) es una de las que más asociados tiene de España (650), sólo por detrás de Madrid, un dato que ratifica el dinamismo de una provincia que tradicionalmente viene generando desde hace décadas una de cada tres empresas que se crean en Andalucía. Del talento malagueño dan muestra en los últimos años firmas como Freepik, Uptodown, Virus Total o Resultados de Fútbol, con exitosos modelos de negocio. EL principal obstáculo al que se enfrentan los emprendedores es la dificultad de acceso a la financiación, por lo que se está tratando de potenciar las redes de business angels y el capital riesgo como alternativa al tradicional canal bancario.

ESPETOS. El olor te llama y el espeto te atrapa. La sardina es la reina de este arte malagueño. Desde las barcas de los chiringuitos a la mesa. Las sardinas ensartadas en una caña con las virtuosas manos de un moraguero aspiran a ser incluso patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO. Pero no pongamos taras al espeto. Que la mar se encela: calamares, salmonetes, urtas, pulpos o doradas se transforman y potencian su sabor cuando pasan del fuego de la sartén o la plancha a las brasas del espeto. Una dimensión malagueña cien por cien.

FAROLA. El domingo 30 de mayo de 1817, Málaga inauguraba el faro que se iba a convertir en uno de los símbolos más populares de la ciudad, aparte de que, unos 30 años más tarde, ya hay constancia escrita de que era conocida por los malagueños como La Farola. Fue construida con piedra del Monte Gibralfaro por presidiarios, lo que abarató los costes de la obra: alrededor de 3,3 millones de euros de nuestros días. En 2017 la ciudad conmemora el bicentenario de esta construcción. Los actos se prolongarán durante todo el año, con presentación de libros o exposiciones. Además, está previsto que la Farola se abra al público para acoger el Museo del Puerto. Para ello, la Autoridad Portuaria ya tiene presupuestado para la segunda mitad de este año o el primer semestre de 2018 el traslado al dique del puerto de todos los instrumentos técnicos de este faro dos veces centenario.

FERIA. La fiesta del sur de Europa, la que no exige etiqueta ni invitaciones, la que tiene dos caras, la que no descansa ni de día ni de noche, la que aborda el Centro Histórico y se pasea por el Cortijo de Torres, la más moderna y la que lucha por que no se pierda lo tradicional. Agosto siempre reserva en Málaga una semana larga para que sus ciudadanos y, muy especialmente, los visitantes sientan la hospitalidad y disfruten sin complicaciones. Como en todos los grandes acontecimientos, siempre hay una cara B, una faceta menos luminosa, pero lo cierto es que hoy nadie imagina un verano malagueño sin su Feria. Habrá nuevas fórmulas e ideas, nuevas maneras de reinventar la rueda, pero la equis en ecuaciones tan sencillas como ésta (música, bailes, bebidas frías, amigos y calor) siempre son agradable y fácilmente despejables. Desde luego, Málaga y los malagueños saben cómo divertirse: que se lo pregunten a los millones de feriantes que se contagian todos los años del espíritu festivo.

FESTIVAL DE CINE. Una de las primeras piedras de la transformación cultural de Málaga vino de la mano del cine, concretamente del cine en español: cuando pocos, muy pocos apostaban en serio por el celuloide nacional, el Ayuntamiento destinó una importante partida presupuestaria para que nuestros cineastas tuvieran una plataforma desde la que presentar sus producciones. La ciudad desplegó entonces una inmensa alfombra roja, desde la calle Larios hasta el Teatro Cervantes, para que nuestras estrellas tuvieran un cielo en que brillar y los ciudadanos, por qué no, se sintieran estrellas por un día. Ahora, con la mayoría de edad cumplida, habiéndose convertido en la casa del cine español por derecho y abrazando también al cine latinoamericano desde hace un año, podemos decir que Málaga necesita al cine español y el cine español necesita a Málaga; un binomio, más que nunca, imprescindible.

GASTRONOMÍA

. Málaga es sol y playa, pero también gastronomía. Su dieta mediterránea adereza al malagueño, pero también atrapa al visitante con su variedad de sabores y olores. En la cuna del pescaíto frito, los espetos o el ajoblanco, cada estación tiene un plato típico, pero también cada lugar tiene una denominación de origen. Del mar a la montaña, y del plato a la boca. Pero si rica es la cocina malagueña, más lo son los lugares donde degustarlos. Del chiringuito a los restaurantes con estrellas Michelín, pasando por tascas, freidurías o anónimos bares que cuidan el detalle de cautivar con el paladar. Frescura, alegría y felicidad también en la mesa.

GUADALMEDINA. En realidad, el Guadalmedina se comporta como un extraño Guadiana, porque puede desaparecer durante meses o años hasta que unas lluvias torrenciales o un historiador metamorfoseado en mosca cojonera lo devuelven a la agenda política. No hemos tenido suerte con el Guadalmedina. Se trata de un río feo y traicionero con cuyo cauce nadie sabe muy bien qué hacer. Durante siglos, ha causado muerte y destrucción y algún experto anuncia que podría volver a la carga si no se resuelve el problema de una avenida extraordinaria. A lo largo de la historia ha protagonizado estudios, proyectos, anteproyectos y concursos fatuos por la nula plasmación en la realidad. Los malagueños convivimos con un loable apaño del cauce final del río desde tiempos de Pedro Aparicio, mientras se prepara una brumosa reforma que, todo apunta, se limitará al exorno floral, peatonal y ciclista del cauce, sin entrar en honduras hidrológicas. Pero desde tiempo inmemorial, todo lo que rodea el Guadalmedina han sido palabras que terminan río abajo. Lo único que parece haber cuajado en este veterano desfile de buenas intenciones es la metáfora de «cicatriz de Málaga». Por eso se busca con urgencia un experto en cirugía estética.

HOSTELERÍA. La hostelería para los malagueños es sinónimo de empleo, que no riqueza. Durante los años en los que la construcción se desinfló, el periodo del boom inmobiliario y la crisis posterior (2008-2015), fue el único sector que seguía generando trabajo. Más de 70.000 malagueños trabajan en bares y restaurantes y la proliferación de marcas gastronómicas autóctonas y foráneas ha sido muy importante en los últimos años, sobre todo en zonas como Pedregalejo, El Romeral y, sobre todo, en el Centro Histórico, lo que ha acarreado otros problemas como la excesiva ocupación de la vía pública de las terrazas o el ruido, quejas de los vecinos. Pese a todo, el boom hostelero, que va de la mano del turístico, sigue generando empleo, aunque muy precario.

INMIGRANTES. Se olvida con frecuencia que el callejero de Málaga está formado, en una gran proporción por los apellidos de inmigrantes extranjeros y nacionales que, tras abandonar su país de origen o su región, se afincaron en nuestra ciudad, prosperaron y forjaron la ciudad que disfrutamos hoy. Málaga fue, hasta finales del siglo XVIII, una anodina ciudad del Reino de Granada cuyo único logro fue alcanzar con rapidez la irrelevancia, en comparación con una larga lista de poblaciones andaluzas con más fuste y prosperidad. La apertura del puerto de Málaga con el comercio con América marcó un antes y un después en el desarrollo de la ciudad, que en pocas décadas se transformó en la segunda ciudad más industrializada de España. Ese salto adelante fue posible gracias a los Heredia, Loring, Larios, Wittemberg, Scholtz, Gálvez, Gross, Orueta, Huelin, Temboury, Grund€ inmigrantes con ambición y una mentalidad abierta que forjaron la Málaga moderna. Los inmigrantes siguen llegando con las mismas ganas de prosperar y de paso, de mejorar Málaga. Contamos con una importantísima colonia de paraguayos, convivimos con alemanes, ingleses, marroquíes, colombianos, argentinos, senegaleses, que enriquecen nuestra ciudad y la alejan de una visión provinciana y cerrada. De una Málaga que dejó de ser irrelevante desde tiempos de Carlos III.

JUSTICIA. Málaga tiene desde octubre de 2007 la Ciudad de la Justicia, el mayor edificio administrativo de Andalucía, aunque si ha pasado a la historia es por haber acogido en los últimos años grandes macroprocesos contra la corrupción política y urbanística tales como los casos Malaya, Minutas o, el más famoso de todos, el que implicó a la cantante Isabel Pantoja. Para los malagueños, los macroprocesos han sido compañeros de viaje a lo largo de los últimos años, porque el primero, Malaya, estalló en Marbella y luego han sido numerosos los procedimientos en otras localidades más allá de Marbella: ahí se enmarcan, por ejemplo, los casos Astapa, en Estepona, Arcos, en Alcaucín, o Almexia, en Almogía. Pero para los malagueños la justicia también es algo parecido a lo que ocurre en el resto de España: retrasos interminables en todos y cada uno de los asuntos que les atañen, la precariedad en la administración por falta de medios humanos y materiales y la escasez de juzgados. De hecho, no se crea ninguno en la provincia desde 2008. También relacionan losmalagueños la Justicia con los procesos concursales de grandes empresas tales como Aifos, que duró cinco años y acabó arruinando a cientos de personas o las demandas por cláusulas suelo y participaciones preferentes.

KILÓMETROS. Vías y traviesas del AVE y del metro cruzan la provincia y la ciudad. Son muchos los que se han construidos, cambiando las conexiones de Málaga por tren desde que en diciembre de 2007 entró en servicio el AVE. Esto ha dejado una infraestructura de tren convencional que todavía está por explotar para mercancías. El metro, pese a los obstáculos municipales, puede ser otra de las grandes transformaciones en las costumbres de movilidad de Málaga, que aspira con él a convertirse en una ciudad moderna donde el coche no sea protagonista y se opte por opciones más amables. Eso sí, siguen pendientes los kilómetros de vías hasta Marbella y Estepona. Primera necesidad, última prioridad.

LIMPIEZA. La limpieza en Málaga es una asignatura pendiente en la que parece ahora que el modelo de propiedad de la empresa puede ser la clave. Tras años de gestión mixta, pública y privada, el alcalde de Málaga cavila la opción de municipalizarla completamente, para espanto de una parte importante de sus concejales y de su partido, que optan por la privatización. Le apoya la oposición, menos Ciudadanos, que prefiere privatizar por servicios. En ese debate siguen enredados, aunque quizás la clave sea más la gestión adecuada, más que la propiedad. E incluso la educación, porque por muchas escobas que haya, las calles no estarán más limpias si no tiramos menos papeles al suelo.

LITORAL. La provincia de Málaga suma más de 160 kilómetros de franja litoral, en las que acumula una oferta amplia y variada. La Costa del Sol se divide en la parte Occidental, desde Torremolinos al límite con la provincia de Cádiz, y la Oriental, en la Axarquía, que se alarga hasta la frontera con Granada. El litoral occidental es el que acumula más turistas y una oferta más tradicional, mientras que en la Axarquía se nota menos la influencia del boom urbanístico y es posible encontrar aún espacios naturales como los acantilados de Maro-Cerro Gordo.

MAJARÓN. Palabra señera del vocabulario malaguita, proviene del árabe mahrum («desgraciado») y dada su popularidad cuenta con su propio superlativo, que se forma cuando a majarón le añadimos un peculiar adjetivo calificativo y se convierte en «majarón perdío» (sin la d intervocálica). Además, de la familia del majarón forman parte «majareta» y «majara» con idéntico sentido. La palabra majarón hace referencia al individuo con fama ganada a pulso de que le falta un tornillo, existan o no evidencias médicas que confirmen que estamos ante un desnortado. No existe una explicación genética al alto número de majarones que pulula por Málaga, personas excéntricas, en ocasiones con exceso de locuacidad y extroversión, capaces de los actos más insospechados y que, con demasiada frecuencia, suelen exhibir un tono de voz similar al del cañón Gran Berta de la I Guerra Mundial. Por su denodado afán de protagonismo suelen perseguir el ascenso social, así que en ocasiones los encontramos en los puestos más señeros de la sociedad. De la abundancia de majarones se ha contagiado el desquiciado desarrollo urbanístico, que nos ofrece joyas como un hotel que tapa la Catedral, barrios colmena en las zonas más pobladas y una llamativa racanería a la hora de planificar las zonas verdes. Propio de majaras.

METRO. El metro para el malagueño, o el suburbano, como le gusta decir a las administraciones, es todavía un extraño compañero de viaje. Las obras empezaron en 2006 y hoy, en forma de uve, une la Estación María Zambrano con el Martín Carpena y la ampliación de la Universidad. En principio, debería haber llegado hasta la plaza del General Torrijos, pero la Junta y el Ayuntamiento, como se hacen las cosas aquí, llevas años peleándose por llevarlo hasta Torregorda y extenderlo, tras otro acuerdo que deshacía el primero de 2003, hasta el Hospital Civil, aunque en superficie. Este concepto de superficie es curioso, porque sale más barato hacerlo por arriba, aunque el Ayuntamiento lo quiere todo porabajo. Mientras más kilómetros de metro haya, más usuarios y más rentable será la infraestructura, aunque no se sabe bien por qué, pese a que se pide, nadie ha pensado en llevarlo al Palo y a Ciudad Jardín o extenderlo al PTA. Todo eso, tendrá que hacerse, aunque quedan muchos años de peleas institucionales entre unos y otros. En un determinado momento previo a 2006, en el que todos los malagueños parecían ingenieros, llegó a haber un debate enconado sobre si hacer el metro con muros pantalla o con tuneladora. Ahí está el mítico reportaje de este periódico que se tituló «¿Topo o excavadora?»

MUSEOS. Como dijo Thomas P. Campbell, «en un mundo como el actual, compuesto por reproducciones y saturado con tecnología digital, los museos son lugares poblados de objetos reales, son edificios cargados de autenticidad». Pero la función de un centro artístico va mucho más allá de erigirse en patrimonio, refugio y búnker de lo mejor de nuestro pasado y presente; bien concebidos y estratégicamente diseñados pueden ser elementos dinamizadores, transformadores y creadores de oportunidades, de futuro. Así lo ha entendido Málaga, con una decidida apuesta por los museos como motor del turismo cultural, o sea, como un factor económico de primera magnitud, que trasciende el valor puramente estético, el alimento espiritual. Al final, de alguna manera, los lienzos que cuelgan en las pinacotecas son, en realidad, espejos enmarcados, cristales que nos reflejan a nosotros mismos pero también nuestras ambiciones y fracasos, nuestros sueños y pesadillas, alegrías y miedos... Lo que somos como individuos, como grupo y como ciudad.

NIÑOS. En los años previos a la crisis, Málaga volvió a vivir un repunte en el número de nacimientos, gracias a la llegada de población inmigrante y la mejor coyuntura económica. Esta situación se ha revertido en los últimos años, al tiempo que se reduce el número de hijos por familia y se retrasa la llegada a la maternidad. Según los últimos datos del padrón, Málaga suma 1.626.518 habitantes, de los que 261.542 son menores de 14 años. La franja litoral y el área metropolitana son las zonas que concentran más población en la provincia, mientras que el interior sigue notando el efecto del envejecimiento y la despoblación.

ONG. Málaga es una ciudad netamente solidaria. Las cientos de asociaciones que componen el tejido asociativo dan muestra de ello, ateniendo siempre a los más vulnerables y prestando en muchas ocasiones servicios que deberían ofrecer las Administraciones. Estas entidades prestan una magnífica labor a todos los niveles gracias a los voluntarios, que de forma desinteresada regalan su tiempo y sus recursos por las buenas causas.

PTA. El Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), situado en Campanillas, cerró el año 2016 con las mejores cifras de su historia en facturación conjunta, empresas instaladas y empleo. El ejercicio consolidó lo que sus rectores vienen denominando como la «segunda ola de innovación» del recinto, y que combina la aportación de las grandes multinacionales del parque, el goteo de nuevas firmas extranjeras que van llegando al recinto y el empuje de los empresarios locales y de las startups malagueñas. El PTA, que este 2017 celebrará su XXV aniversario, clausuró así el pasado ejercicio con 17.776 trabajadores, un 5,97% más que el año anterior (la subida es de un millar de empleos), mientras que la facturación conjunta de sus empresas ascendió a 1.758 millones de euros, con un alza del 8,17%. En cuanto al número de empresas, las 635 firmas instaladas a finales de 2016 suponen un ligero incremento sobre las 620 con las que culminó el año 2015.

PUERTO. En transformación desde 1999, sigue luchando por encontrar un modelo estable en sus tráficos. La apuesta por los contenedores ha sido fallida y ha vuelto a los tráficos tradicionales de graneles, con bastante éxito, mientras sigue explotando los cruceros con buenos datos, y busca servicios como el bunkering o los astilleros para atraer más actividad económica. El problema sigue siendo la regeneración urbana de espacios sin uso: El puerto deportivo, el solar donde iba el auditorio, el Muelle de Heredia o la esquina de los muelles 1 y 2 siguen sin encontrar solución por la falta de inversiores. Y donde hay inversores, para el hotel del Puerto, hay un movimiento ciudadano en contra.

QUIMIOTERAPIA. En Málaga tener una enfermedad oncológica es símbolo de lucha y esperanza. Los centros sanitarios de la capital ofrecen toda una cartera de servicios para frenar el cáncer, porque los hospitales cuentan con grandes profesionales no sólo implicados a nivel asistencial, sino que también en investigación, clave para entender el futuro de esta enfermedad que, apuntan, terminará cronificándose. Los laboratorios del Ibima, Fimabis o de la Uma demuestran el grado de compromiso de los profesionales, que se esfuerzan por poner un código a esta enfermedad para que el tratamiento sea certero y lo más personalizado posible.

ROSALEDA. Apasionada y sentimental, pero también entregada y futbolera. La Rosaleda, el recinto de culto para el malaguista y la casa del Málaga CF, es también el templo por donde asoman los sueños que cada domingo se colorean de blanco y azul. Es el escenario donde se representa la función más esperada por los aficionados. Gritos, goles, abrazos o lamentos. Todo tiene cabida en el coso blanquiazul, que ha cumplido 75 años con la mejor de sus galas y tras vivir historias en Champions, ascensos, descensos o partidos para recordar. La memoria del estadio de la avenida de Martiricos es alargada, como la pasión que muestran sus ruidosos aficionados cada partido.

SANIDAD. La sanidad en Málaga goza de un buen estado de salud gracias a sus profesionales, que pese a los recortes de los últimos años o la reducción de personal, no han dejado de poner su mejor cara para atender a los pacientes. Los hospitales públicos dan muestra a diario de que la mejor sanidad puede ser accesible a todos, si bien la privada gana terreno situando a Málaga en la tercera posición del país en lo que a recursos se refiere. La provincia necesita mejorar, tanto en la recuperación de personal y de sus propios derechos, como en infraestructuras para sacarla del último pueso en listas de espera de quirófano, consultas o diagnósticos.

SEMANA SANTA

. La Semana Santa de Málaga es un gran ritual que dura siete días y que viene celebrándose desde hace cinco siglos. Un fenómeno de masas capaz de cambiar una ciudad, que refuerza su propia identidad gracias a las cofradías y que sirve para que más de 80.000 cofrades manifiesten públicamente su fe. Un compendio de religiosidad popular, respeto a la costumbre, cultura y arte que colabora de forma decisiva en la economía local. La gestión de las cofradías es absolutamente altruista y se basa en el voluntarismo y la vocación de servicio a los demás. Las cofradías, aunque parezcan entidades inmovilistas y ancladas en el pasado, no han dejado de actualizarse. No se entendería de otro modo una supervivencia de más de 500 años. La acción de las hermandades se asienta en tres pilares: culto, formación y caridad, colaborando a veces de forma decisiva en paliar las necesidades de muchas familias. Ejemplo de ello es el economato de la Fundación Corinto. En los últimos años, la Agrupación de Cofradías, entidad que aglutina a las hermandes de pasión, fundada en 1921 y pionera en España, estudia un revolucionario plan integral de la Semana Santa, que afectará a un itinerario oficial que apenas ha variado en 90 años, y que permitirá dar respuesta a los numerosos problemas de horarios planteados desde hace años.

SOHO. Si un malagueño escucha Soho pensará, posiblemente, en la almendra urbana que va desde el Muelle Heredia hasta la Alameda, un entorno muy degradado que el Ayuntamiento y unos cuantos empresarios se han empeñado en convertir en el corazón de la cultura alternativa malagueña. Sin embargo, algo no funciona, porque pese a que el Ayuntamiento ha peatonalizado buena parte de este barrio y algunas empresas de restauración y culturales se han instalado en la zona, no tiene tirón alguno ni entre los vecinos ni entre los visitantes salvo por los que van al CAC. Si usted pregunta qué es el Soho para los malagueños, muchos dirigirán su vista hacia Lagunillas, una degradada vía urbana que se ha revalorizado no por las administraciones, sino por las asociaciones vecinales y culturales y algunos empresarios que sí se han interesado por convertir la zona en un foco cultural.

SOL. La provincia tiene una temperatura media anual de 18,5 grados, según los datos de la Aemet, con julio y agosto como los meses de más calor, superando ambos los 30 grados diarios de media. Málaga suma más de 2.900 horas de sol al año y su excelente clima la convierte en un destino ideal para el turismo, tanto para los visitantes nacionales como para los extranjeros, ya que su temporada alta gracias al buen tiempo se alarga desde Semana Santa hasta el mes de octubre. La precipitación media acumulada anual es de 534 litros por metro cuadrado, si bien en estos últimos años de sequía la provincia está muy por debajo de la media.

TEMPORALES. De Levante, de Poniente o de Terral. El primero suaviza las temperaturas, calienta el agua del mar y pone a los amantes de los deportes extremos como el surf con las orejas tiesas. El Levante trae olas a Málaga y eso no se puede desaprovechar. El Poniente refresca y deja uno de los atardeceres más impresionantes que cualquier persona puede contemplar con un cielo rojo fuego que te deja sin hipo. Y el Terral, el temido terral. Un temporal del que se trata de huir pero cuyo calor te atrapa y te condena. El primer Terral te anuncia la llegada del verano y hasta bien entrado septiembre te puede sorprender. Te enfría el agua y te caza siempre en un día de Feria, no falla.

TRASPLANTES. Son la cara más amable de la sanidad. Los hospitales públicos sacan músculo cada vez que se dan las estadísticas de los trasplantes, demostrando que la solidaridad no tiene límites y que no se olvida incluso tras fallecer un ser querido. En 2016 el Hospital Regional Carlos Haya fue el que más trasplantes de riñón hizo de todo el país, además de haber logrado otros hitos, como multiplicar las donaciones de médula ósea gracias a la campaña Pablo Ráez, fallecido en febrero por una leucemia.

TURISMO

. Desde los días ingenuos de las suecas y los guateques, pocas palabras han tenido en Málaga tanto éxito y recorrido. Hasta el punto que dejarla fuera significaría descoyuntar la frase, hablar de una provincia coja en su identidad, radicalmente distinta. El turismo es cadencia de esta tierra, fuente de recursos, historias de fama y de leyenda. También sujeto intercambiable. Incluso, de su otro nombre, la Costa del Sol, que nació emparentado con los primeros golpes de popularidad de la industria. Más que una actividad económica, el sector representa con autoridad y con voz propia los últimos setenta años. Su impronta, sin ir más lejos, define y regula el paisaje, el temperamento cultural y urbanístico. E incluso se deja notar en un entramado social cada vez más enriquecido por las muchas generaciones de visitantes que decidieron dar el salto y convertirse en vecinos. Actualmente, los números son incontestables. El turismo forma parte indisociable de la biografía de Málaga, pero también de su futuro. El sector ha tomado las riendas de la economía. Ya sin rubor e imponiendo sus planes y su estilo al resto de actividades. Y garantizando, de paso, la salida de la crisis.

UMA. La historia de la UMA no se entiende sin Málaga y el impuso decisivo de todos sus ciudadanos. El proceso comienza en 1968 con la creación de la "Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga", aunque hasta el 18 de agosto de 1972, mediante decreto, no se aprobó su fundación. Las facultades de Ciencias Económicas y Empresariales y de Medicina serían las primeras. Hoy, la UMA, con José Ángel Narváez como rector, es una de las instituciones con mayor reconocimiento social de la provincia, donde estudian unos 38.000 alumnos y con más de 2.300 profesores. Su catálogo de titulaciones alcanza los 67 grados (cinco de ellos dobles), además de los programas de doctorado, los másteres y otros postgrados. El presupuesto anual supera los 227 millones de euros, dedicando cada vez más recursos a las becas para evitar que ningún alumno se vea obligado a abandonar su carrera por motivos económicos. Y sobrevive con una deuda de la Junta que aún es de 110 millones.

UNICAJA BANCO. La entidad debuta en Bolsa este 30 de junio con la emisión de 625 millones de nuevas acciones que supondrán el 40,3% de su capital. Unicaja utilizará lo que recaude en la emisión por un lado, a devolver al FROB los 604 millones de euros en ayudas públicas que Ceiss recibió en su momento y también a financiar la compra del 21% que el FROB mantiene en esa entidad, con un valor de 62 millones. El resto de lo que obtenga se destinará a reforzar la posición de capital y para fines corporativos generales. El salto al parqué reforzará sin duda el papel del equipo de gestión de la entidad, que ha resistido la época más dura del sector sin haber sido absorbida por un banco más grande y habiendo crecido en dimensión con la compra de Ceiss. Unicaja es, además, la única de las antiguas cajas andaluzas que mantiene su sede en la comunidad. El banco cuenta con 56.000 millones de euros de activos a 31 de marzo de 2017, junto a 1.259 sucursales y más de 3,1 millones de clientes. El 82% de sus oficinas está en sus regiones de origen donde cuenta con importantes cuotas de mercado. En 2016 y en los tres primeros meses de 2017, ha registrado un beneficio neto atribuible a sus accionistas igual a 142,1 millones de euros y 52 millones respectivamente. Tras la salida a Bolsa, la Fundación Bancaria Unicaja seguirá como accionista principal con un peso del 51,7%.

VINO. El vino malagueño, como el café, se puede pedir de muchas formas diferentes y cada tiene una peculiaridad, un aroma, un sabor, un color diferente. Cada uno, además, combina con una fiesta, un plato, un momento. Un moscatel, un Pedro Ximénez, un Pale Cream, un pajarete... Cada uno con una procedencia: Axarquía, los Montes, la Serranía... Hay vinos y vinos. Y, cada día, con una mayor calidad y más reconocidos. Tintos de Ronda, premiados internacionalmente. Enólogos y sumillers se incorporan al día a día de toda la provincia. Vino y Málaga. Dos términos cada día más ligados.

WATIOS. Málaga ha impulsado en la última década su producción de energías renovables, aprovechando sus condiciones climatológicas. La potencia en instalaciones renovables en la provincia es de 774,05 megawatios, según datos de la Junta de Andalucía. habiéndose multiplicado por más de cuatro en los últimos diez años. Málaga suma 23 parques eólicos con 569,7 megawatios, por lo que ha multiplicado por diecisiete su potencia eólica en lá última década. Los picos de consumo más altos se registran en verano, cuando las altas temperaturas disparan la demanda energética por el uso de aires acondicionados y ventiladores. El verano pasado, en agosto, se llegó a superar los 1.300 megawatios de demanda en un día.

X- LAS INCÓGNITAS. Málaga ha crecido mucho en la última década y cuenta con nuevas infraestructuras, pero sólo han servido para recuperar parte del tiempo perdido. Falta la conexión ferroviaria litoral con Marbella y Estepona, la llegada del Corredor Ferroviario Mediterráneo y Central, culminar la unión con Granada y mejorar la conexión con el Puerto. Pero la lista de temas pendientes es larga y, a veces, con visos de ser ya histórica. El Guadalmedina, Arraijanal o los Baños del Carmen son puntos negros en la gestión de las administraciones. Eso no quita que la sociedad siga creciendo con dinamismo y con una notable capacidad de emprendimiento. Esa característica sigue siendo el elemento diferenciador.

YACIMIENTOS. Ignorada durante décadas, reserva puntual de románticos y de oportunistas, la arqueología, aún por revitalizar en muchos casos, constituye uno de los principales valores de la provincia. Málaga cuenta con un patrimionio vasto, rico en periodos y con fases que van desde los primeros asentamientos y testimonios de vida a la extinción de Al-Andalus o del mundo clásico. El teatro romano de la capital, los dólmenes de Antequera, reconocidos por la Unesco, o las ruinas de Bobastro forman parte de la larga lista, en la que también sobresalen cuevas rupestres, castillos medievales e, incluso, misterios asociados a tumbas. La reciente inauguración del Museo de Málaga muestra la variedad y profunidad de un legado que, aunque ensombrecido en ocasiones por la falta de interés y la desmemoria del ladrillo, habla en muchas ocasiones de comunidades milenarias. Los antepasados, sin duda, de Málaga, pero también su futuro. Tanto a nivel de conocimiento científico como económico, como atestiguan proyectos como el plan estratégico de Cártama.

ZURRAPA. El refranero popular se relame con fruición cuando llega San Martín y se celebra la matanza del cerdo, histórica fiesta de una España que así demostraba públicamente la limpieza de sangre, sin rastros judaizantes. En los Montes de Málaga sigue reinando el plato de los Montes, con una rotunda presencia del cerdo. También están presentes, tanto en los Montes como en otras sierras de la provincia, otros derivados como la zurrapa de lomo, lomo de cerdo frito con manteca de cerdo y sal, una sabrosa redundancia que suele tomarse en el desayuno, untado en pan o molletes tostados.