Paco Cortés busca a su hermano gemelo. Hace unos años se enteró de que alguien, en algún lugar del mundo, tiene su misma cara, su mismo ADN, su sangre. Es doble víctima de la supuesta trama de bebés robados que durante años operó en Málaga sin escrúpulos y que rompió en añicos cientos de familias. Se ha criado comprendiendo el dolor que supone tener un hermano perdido y ahora quiere recuperar su identidad, porque, asegura, siempre ha percibido que le faltaba «algo». Hasta el día en que todas las piezas del puzzle encajaron.

Su familia fue víctima en el Hospital Civil, donde su madre ingresó de madrugada el 8 de noviembre de 1971 pensando que iba a tener un hijo. El embarazo no había ido mal y nada le hizo suponer que tenía dos bebés en su vientre. María del Carmen Sánchez ya tenía dos hijos, así que sabía lo que era parir, ese dolor que parece que te va a matar y que llega un momento en que cesa y se torna en felicidad. Por eso nunca entendió que la durmieran, porque sabía empujar, prueba de ello eran sus hijos mayores María del Carmen y Manolo.

Su marido Manuel la llevó, junto a un vecino, hasta el hospital Civil, donde le atenderían en el servicio «de caridad» por no tener seguro. El vecino les ofreció su coche y también la vuelta de Manuel, que tenía que regresar a casa con los otros bebés.

Por tanto, como la mayoría de historias, María del Carmen entró sola al hospital, sin nadie a quien dar la mano, sin nadie a quien rogar el alivio del sufrimiento. Y, sin explicaciones o consultas, la durmieron. Cuando despertó habían pasado 24 horas desde el parto. Estaba feliz, a su lado reposaba en una cunita su hijo Francisco -Paco-. Se estaba recuperando del trabajo de parto cuando una monja se le acercó y, de casualidad, le preguntó: «tú eres la de los mellicitos, ¿no?». María del Carmen se sonrió y pensó en el error de la monja, de avanzada edad, y la sacó de la equivocación. «No, yo sólo he tenido uno». Pero a veces el destino es caprichoso. Al poco, otra mujer, esta vez una trabajadora que llevaba un libro de registro de nombres consigo, se le acercó y le dijo: «Tu has tenido dos, ¿verdad?». Al escuchar la misma frase en un breve espacio de tiempo María del Carmen empezó a pensar que quizás la equivocada era ella.

Y preguntó. Vaya que si preguntó. Empezó a atar cabos y a insistir: la habían dormido sin motivo aparente para parir y ahora todos daban por hecho que había tenido dos bebés, cuando ella sólo veía a uno en la cuna.

Entonces, según cuenta Paco, un médico nervioso se dirigió a ella para explicarle que sí, que había tenido dos, pero que el otro bebé, que había sido una niña, había nacido muerto. «Mi madre le dijo que quería verla y el médico le dijo que no, que ya habían pasado más de 24 horas y que la habían enterrado en el patio del hospital, compartiendo ataúd con el cadáver de un adulto», relata su hijo.

María del Carmen se llevó las manos a la cabeza y se preguntó cómo podía ser, cómo no se la habían enseñado. La respuesta del médico fue que el bebé llevaba muerto dos meses en la barriga y que estaba «podrida». «Te has quedado uno, ¿qué mas quieres?», cuenta Paco Cortés que le dijo el galeno a su madre.

Tampoco a Manuel le dieron más información. Es más, pese a ser el padre de las criaturas, no le habían comunicado que una de ellas hubiera muerto. «Mi padre no pidió ver el cadáver porque ya le habían dado esa respuesta a mi madre y, entonces, si el médico lo decía así, así era», cuenta Paco, que admite que durante toda su vida tanto él, como sus otros cuatro hermanos -tras él nacieron Juan Jesús y Remedios- se han criado sabiendo que tenían una hermana en algún lugar. «Mi madre siempre vio todo raro y siempre dijo que nos la habían quitado».

La primera incógnita que despejaron el día que se animaron a saber qué ocurrió aquel día de noviembre entre las paredes del hospital Civil fue que no habían sido mellizos, sino gemelos. Por tanto, quedaba apartada la idea de que buscaba a una mujer. Era un hombre y, al ser gemelo, tendría muchas similitudes físicas con Paco, el primero en nacer según los papeles.

Como la mayoría de familias se animó a denunciar su caso tras oír otras historias similares en televisión. Cuando les dieron los datos clínicos se quedaron perplejos: habían sido gemelos y habían pesado, Paco, 3,500 gramos y, el supuestamente fallecido, 3,800. La causa de la muerte señalaba a la rotura de una vértebra.

A raíz de tamaña revelación, Paco habló con médicos, que le confirmaron sus sospechas: si un gemelo que comparte bolsa con otro, muere, acaban haciéndolo los dos. Pese a haber puesto la denuncia, nunca han recibido notificación alguna, a pesar de que su caso tiene demasiados hilos sin atar. Pese a que la maraña de datos e historias es mayúscula, un día Paco Cortés tuvo una señal. A través de una conocida supo de un hombre que había nacido el mismo día que él en el Hospital Civil. Podría ser una simple casualidad, pero esa mujer le confirmó que aquel bebé había sido comprado en el centro sanitario.

Tras haber investigado por su cuenta, todas las pistas le llevan hasta Algeciras. Allí, según le han confirmado otros conocidos, hay un hombre que es físicamente igual a él. «Encontrarle sería una alegría muy grande, cada uno tiene su vida pero queremos que sepa que no fue abandonado y que no es hijo ni de una prostituta ni de una drogadicta, que le robaron», señala su hermano gemelo, que admite que para su madre, encontrarlo, sería un descanso. «El tiempo perdido no se puede recuperar, pero saber que está bien a mi madre le daría tranquilidad», agrega.Los documentos

Documento clínico

Datos. Un documento del hospital provincial de Málaga recoge los datos clínicos de los dos, que descubrieron más adelante.

Centro sanitario. La familia siempre pensó que había sido una niña, tal y como les dijeron. Sin embargo la documentación clínica recogida a posteriori les desveló una sorpresa mayúscula: no era una niña, sino un niño porque el parto fue gemelar. El documento recoge el sexo, la presentación (uno nació con forceps, el otro de nalgas) y que el estado de salud era normal. Además, pone que el Paco pesó 3.500 y su hermano 3.800.

Certificado del hospital

Muerte. Un escrito revela las causas de la muerte aunque no refleja la versión que le dieron a ellos los sanitarios que les contaron la muerte del otro bebé.

Archivo provincial. Tras mucho investigar encontraron un documento que recogiese el motivo de la supuesta muerte. Llama la atención que a ellos le dijeran que había sido una niña que llevaba muerta dos meses en el vientre materno cuando en el informe oficial, firmado por una matrona, consta que era un varón y que la muerte fue por «presentación en tronco 2». La familia no se explica tantas contradicciones.