Aeroplanos de la Gran Guerra se abren paso en los cielos mientras sortean globos aerostáticos, driblan al mismísimo dirigible Hindenburg y vuelan junto a una miríada de planetas. Abajo,en la tierra, a los clientes les aguardan guías de viaje, mapas, astrolabios, Tintín, el capitán Haddock y libros repletos de aventuras. Estamos en el número 33 de la calle Compañía, el hogar de la librería Mapas y Compañía.

La aventura empresarial cumplió en mayo 15 años, pero en realidad, comenzó a gestarse allá por 1993, cuando la malagueña Cuqui Bravo abrió su primera librería en Echeverría del Palo, que con los años pasaría a calle Álamos, luego a calle Echegaray y que ya, en 2002, cuando se instaló en la calle Fajardo, estrenó el nombre de Mapas y Compañía.

Con respecto al nombre, Juanjo Fernández, el marido de Cuqui, resalta que no hace referencia ni a la calle Compañía ni a ninguna compañía comercial sino a la amistad: «Después de darle muchas vueltas, Cuqui dijo que tenía que aparecer Mapas y Compañía, en referencia a la compañía de todos los amigos que nos han ayudado tantísimo a llegar aquí».

Durante los cinco años que permanecieron en calle Fajardo, la oferta del establecimiento fue la que ya ofrecía Cuqui Bravo en los 90: mapas y guías de viaje. Una especialización que nunca hizo mella en la vida de la librería sino todo lo contrario, aunque han ido diversificándose con los años. «Por el recorrido que Cuqui llevaba, la conocía muchísima gente y aquí en Málaga, además, hay bastante afición al senderismo y la gente vio ese campo abierto, un sitio especializado donde podía comprarse mapas cuando antes tenía que ir a Madrid», explica Juanjo.

La librera cuenta, por cierto, que camino de su trabajo pasaba todos los días delante de un local tapiado de la calle Compañía, junto al que siempre tocaba un acordeonista. «No había cartel de se vende, no había nada, era un caramelito en el barrio por ser el único local sin utilizar», recuerda Juanjo. Se trataba, destaca, de un local que se utilizaba de almacén de la vecina ferretería Luque, en la calle Compañía.

«Mi padre, que conocía al dueño, habló con él pero no quería vender, entonces le dijo que si algún día vendía, que se acordara de él. Eran tres hermanos y al final, decidieron vender. Fue una suerte tremenda», reconoce Juanjo, que recalca que la pareja compró el local «sin saber que el Museo Thyssen lo iban a poner ahí».

Lo curioso es que, como recuerda Cuqui, «a la semana de firmar se anunció la llegada del museo, y te prometo que no sabíamos nada».

El matrimonio recibió las llaves del local en diciembre de 2006 y aprovechando el puente de mayo de 2007, se mudaron a la nueva sede. Por en medio, un trabajo ingente en el que tuvo mucho que ver la maña de Juan, el suegro de Cuqui y padre de Juanjo, que fabricó de pino gallego las estanterías que faltaban en su casa de los Pinares de San Antón. «Bajamos la madera con una furgoneta y la montamos aquí».

Luego, vendrían la madera tropical de la entrada, las cristaleras, la rampa de entrada de suelo hidráulico, y por supuesto, los mapas y los libros.Peregrinos, geógrafos y Tintín

Mapas y Compañía aprovecha la experiencia librera anterior de Cuqui Bravo, por eso el año pasado celebró dos décadas como sede de la asociación de amigos del Camino de Santiago de Málaga, la Asociación Jacobea de Málaga. «Esto era un punto de encuentro de peregrinos, que venían a por un libro, hablaban entre ellos y al final decidieron fundar la asociación. La primera concha del Camino de Málaga la pusieron aquí el año pasado», cuenta Cuqui Bravo, que explica que a la librería acuden los peregrinos para que le sellen la credencial.

Además, desde noviembre de 2015, es la sede para Andalucía de la Sociedad Geográfica Española, la segunda sede tras la central de Madrid.

Se trató de una iniciativa de los geógrafos de la Universidad de Málaga Belén Zayas y Jesús Vías que ha convertido Mapas y Compañía en un lugar de tertulias, charlas y actividades de la prestigiosa institución. La inauguración de la sede andaluza contó con la presencia del famoso paleoantropólogo de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga.

Y como explica la librera, Mapas y Compañía se ha ido diversificando a lo largo del tiempo «porque lo van pidiendo los clientes». Así, hace 11 años, le comentaron que por qué no vendía figuritas de Tintín, «porque era reportero y viajero; nosotros entonces teníamos los cómic y hablamos con el distribuidor en España, que está en Barcelona, y nos dijeron que sí, que sería el espacio oficial en Málaga porque conocían la tienda».

Del mismo modo desembarcaron los libros infantiles, por los clientes: «Va pasando el tiempo, van teniendo niños y nos decían: oye, ten libros para ellos para que yo pueda estar horas viendo mapas», ríe Cuqui.

En cuanto a las maquetas de planetas, dirigibles, aviones y globos, los encargan a una casa holandesa, mientras que los astrolabios son copias de piezas históricas de museos que realiza un artesano español.

Otra seña de identidad de Mapas y Compañía es dejar la cristalera de la fachada a disposición de los ilustradores que se animen a decorarla con dibujos, como ese saludo fraternal entre Shakespeare y Cervantes para el Día del Libro de 2016.

El pasado 3 de junio, la librería celebró sus tres lustros de vida con parte de esa compañía de amigos y una tarta muy especial realizada por Inma Bravo, la hermana de Cuqui: la tarta reproducía una vieja maleta con adhesivos de países, un globo del mundo y Tintín y Milú, en una esquina. Quince años invitando al gran viaje de la lectura.