­Los últimos controles llevados a cabo por los técnicos de Athisa sobre la presencia de mosquitos en el río Guadalhorce determina que el índice de ejemplares adultos es bajo y que no hay larvas en ninguno de los dos brazos del río.

El último informe data de los días 4, 5 y 6 de julio, cuando agentes de Medio Ambiente visitaron el paraje para conocer el estado de la zona, un paraje natural propenso en los últimos años a albergar larvas y mosquitos que se han convertido en una auténtica pesadilla para vecinos de la zona. Por ello, las instituciones trabajan desde hace meses para atajar el problema de cara al verano, momento en el que proliferan los ejemplares y hasta el momento parece que está dando los resultados esperados. Una tendencia que se mantiene desde hace semanas y confirma que la aparición sigue a la baja.

Las condiciones del paraje con respecto a la semana pasada han variado y así lo indican en el informe. La temperatura de las lagunas ha descendido y el nivel del agua sigue bajando. La presencia de mosquitos adultos es baja, al igual que la de los quironómidos. En cuanto a las larvas, no se ha detectado ninguna en el río Guadalhorce y el brazo del lado de Guadalmar está cerrado y no desemboca en el mar, según informaron.