El Gobierno británico confía en mantener las buenas relaciones comerciales con España tras aprobarse el brexit en referéndum el pasado año. A pesar de que los efectos aún no se han hecho notar en las economías de los países europeos y del propio Reino Unido, salvo la depreciación de la libra, el resultado de la negociación que se va a desarrollar a lo largo de los próximos años será fundamental para el futuro de las naciones, para lo que apuesta por un acuerdo de libre comercio, según destacó ayer el agregado de Asuntos Económicos y Laborales de la embajada británica en España, Paul Clark.

El representante británico acudió a los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga que se celebran en Marbella para participar en la mesa redonda 'Análisis desde la perspectiva política y económica del Brexit desde España y Reino Unido', donde destacó el deseo de que «el comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea sea lo más libre posible», algo que impulsará la visita que realiza hoy a Londres el rey Felipe VI, vista como «una oportunidad para reforzar los lazos» entre ambos países desde el siglo XIX.

Clark señaló que el Gobierno británico «quiere un acuerdo de libre comercio audaz y ambicioso», con un «comercio fluido, sin aranceles ni barreras», un aspecto importante tanto para Reino Unido como para España, que intercambiaron 46.000 millones de euros en bienes y servicios durante el año 2015.

En cuanto al proceso de desconexión de Reino Unido de la Unión Europea, Clark señaló que no supone salir de Europa, por lo que «queremos un acuerdo que funcione para todos» y conseguir una mayor soberanía a la hora de tener «más control sobre nuestras leyes» o la regulación de los flujos migratorios, al tiempo que defendió los principios liberales del mercado único en cuanto a bienes, servicios, capital y personas.

Además, apuntó a la prioridad que da el Gobierno británico a los derechos ciudadanos, para lo que ha puesto encima de la mesa una oferta «verosímil y constructiva» que garantiza a los ciudadanos europeos que ya están en el Reino Unido los mismos derechos de los que disfrutan los británicos en relación al acceso a la sanidad, la educación o los subsidios.

Respecto a los efectos que puede tener el brexit en la actividad económica de la Costa del Sol, Clark señaló que el número de turistas británicos que han visitado España tras el referéndum ha subido un 11%, lo que «refleja la fortaleza de la economía británica, con una tasa de paro del 4,6%, y la robusta demanda de británicos para la buena cultura, comida y el buen tiempo de la Costa del Sol», que seguirá siendo apoyada por turistas y residentes británicos.

Por su parte, el responsable de Comercio Exterior y Turismo de la Cámara de Comercio de Málaga, Juan José Ríos, hizo alusión a la incertidumbre que ha generado el brexit, y resaltó la importancia del comercio entre Reino Unido y España, aunque no así de Málaga, que exporta 82.456.000 euros, siendo Gran Bretaña el 7º cliente, e importa 186 millones, lo que supone un déficit de 103 millones de euros.

El turismo representa el 70% de la actividad en la provincia, «siendo el número 1 el turista británico», con un crecimiento de más del 15% desde 2016, un visitante que supone más del 20% de la cuota de hoteles y el 25% de las pernoctaciones hoteleras.