En 1971 se publicó la novela Message from Málaga (Mensaje desde Málaga). Existe una traducción de 1974, publicada en Argentina, aunque en España pasó sin pena ni gloria. Sin embargo, su autora fue nada menos que Helen MacInnes, una de las grandes damas de las novelas de espías, nacida en Glasgow en 1907 y fallecida en Nueva York en 1985.

Helen MacInnes fue una autora prolífica, muy valorada en su momento. Estudió francés y alemán durante sus años universitarios, y su marido fue un agente muy activo del MI5, se supone que de los leales a Su Majestad, aunque nunca se sabe. Sus conocimientos de idiomas y los viajes que hizo al continente europeo para perfeccionar sus estudios hicieron de ella una valiosa colaboradora de los servicios de inteligencia británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Y también le permitieron utilizar su cosmopolitismo en sus propias novelas para dar glamour a sus intrigas, y trasladarlas a escenarios como Venecia o Salzburgo, tan conocidos como deseados.

Hay que destacar que cuatro de las 22 novelas de Helen MacInnes fueron llevadas al cine, alguna de ellas con gran éxito: Bajo sospecha (1941), Assignment in Brittany (1943), The Venetian affair (1963) y The Salzburg Connection (1968). Mensaje desde Málaga haría el número 16 de sus obras, y hay dos hipótesis que pueden explicar la selección de Málaga y Granada como escenario de la intriga: por una parte, en 1971 el destino Costa del Sol estaba en todo su apogeo, y sin duda la inclusión de Málaga en el título podía ser un incentivo a la hora de conseguir una buena acogida entre el público británico, que ya veraneaba en masa en la costa malagueña. Pero además Helen MacInnes era una admiradora declarada de Arthur Koestler, que sería capturado precisamente en Málaga durante la guerra civil española (el 7 de febrero de 1937), y quizás la novela se convirtiera para ella en la perfecta excusa para viajar a la ciudad y conocerla de primera mano.

El argumento de la novela de MacInnes, bien construida y bien documentada, gira en torno a la necesidad de acoger en Málaga a un cubano que huye de su país con información confidencial y relevante. Debe desembarcar en el puerto de Málaga, al que llegará en un carguero desde su país, y hay que darle protección. Y aunque finalmente lo hará en Algeciras -mucho más lógico- el grueso de la acción se desarrolla entre Málaga y Granada, con dos agentes americanos y una bailaora flamenca (Tavita) como protagonistas. Y si bien este entramado suena completamente surrealista, en la novela se deslizan sólidos conocimientos de la historia de Málaga -la quema de conventos de 1931, la represión franquista tras la guerra civil- y se cita a Orwell y a Hemingway, que en los años 70 del siglo pasado eran sin duda dos de las fuentes más interesantes que se manejaban en los campus norteamericanos para tratar de entender lo que pasó en España.

Mayday from Málaga

Si la novela de Helen MacInnes resulta sorprendente, lo mismo o más se puede decir de esta obra de segunda fila escrita y publicada en 1983 por Bill Knox (1928-1999), también escocés de Glasgow. Autor de una treintena larga de novelas mediocres de intriga, quizás Bill Knox se inspirase en su compatriota Helen MacInnes para elegir Málaga. Lo cierto es que nunca lo podremos saber.

El argumento del libro de Knox es mucho más prosaico: un agente de una empresa naviera debe viajar a Marbella a investigar el fatal accidente de un colega. De repente se descubre que un carguero, el Sea Robin, ha sido asegurado por encima de su riesgo aparente, tanto el buque como su carga. La portada del libro que he conseguido muestra un barco desbocado en algún punto del Mediterráneo comprendido entre Barcelona y Gibraltar. La imagen permite soñar con su secuestro a manos de un comando de arquitectos, dispuestos a estrellarlo en el muelle que debe albergar el hotel que tantos desvelos está causando, en 2017, a una parte influyente de la sociedad malagueña. Veremos.

La intriga de Knox transcurre entre Marbella y el Campo de Gibraltar, y en ella no falta el consabido espectáculo flamenco. Si en la novela de Helen MacInnes -que cita la Plaza de los Mártires y el Muro de San Julián, entre otras localizaciones- el tablao se llamaba El Fenicio, en la novelita de Knox apenas podemos ubicarlo en las proximidades de la Avenida Carlos Mackintosh, en Marbella. Eso sí, ambos autores destacan la intensidad del cante jondo y la autenticidad del flamenco, pura esencia de España y de Andalucía.

Lo mejor de las novelas, siendo muy superior la de Helen MacInnes, son sin duda sus portadas. En ellas puede verse desde la composición de una hoz y un martillo con un asta de toro hasta la imagen de la espía bailaora. Como curiosidad merecen la pena. Y sobre los espías en Málaga, basta darse una vuelta por la Costa del Sol para llegar a la misma conclusión que los gallegos con las meigas. Y hasta aquí puedo contar.