La culpa la tuvieron las pasadas Navidades. Los malagueños Salva Agüera y Silvia Díaz, después de contactar con Ecooriginal, una empresa de Torrox especializada en moda ecológica en corcho, decidieron instalar en diciembre en su tienda de ropa infantil de calle Granada, «una esquinita con productos de corcho». Y el caso es que, como cuenta Salva, «el público que entraba iba a esa esquinita, vimos que el negocio estaba ahí».

El matrimonio llevaba tiempo dándole vueltas a un cambio de negocio. Desde hacía veinte años regentaban en un local alquilado, a un par de metros de la iglesia de Santiago, la tienda de moda infantil Globos, «pero el textil iba regular y queríamos cambiar, pero sin poner la clásica tienda de souvenires», cuenta.

Y así, sin nada de ruido, porque para eso es un aislante acústico, el corcho llamó a su puerta y en febrero de este año decidieron dedicarse por entero a este material, tan desconocido para muchos españoles. Por eso, justamente, decidieron ponerle a la tienda El Museo del Corcho, explica Silvia Díaz: «Porque aparte de vender, le explicas a las personas de dónde viene».

Y procede de alcornocales de Ronda, Cádiz y Extremadura, que luego se encarga de procesar y convertir en diseños originales la empresa Ecooriginal, de la que tienen la exclusividad en Málaga capital. Como curiosidad, Salva Agüera cuenta que existe otra tienda en Torrox y un caso parecido al de ellos en Nerja: «Es de un matrimonio que lo fue introduciendo en su tienda de cerámica y montaron la tienda».

Y como en el imaginario popular el corcho sólo sirve para hacer tapones para el vino, Salva Agüera muestra una mochila y también un elegante bolso, hechos los dos de corcho. La elasticidad de lo que el matrimonio llama la «piel vegetal» proviene de esa primera capa que se retira del tronco del alcornoque solo cuando cumple 25 años. «El corcho del tapón de vino viene después, cuando cumple nueve años más», detalla Salva.

Por su parte, Silvia Díaz comenta que esa «piel vegetal», en contraposición con la piel animal, está teniendo mucho auge, sobre todo entre los veganos, que también se animan a comprar bolsas para el supermercado hechas, faltaría más, de corcho.

Entre las propiedades del material, además de aislar del ruido, es un aislante térmico, es impermeable y dura bastante: «Una mochilita de corcho te dura toda la vida», cuenta el propietario, que señala que a la tienda han llegado clientes que compraron bolsos de corcho en Portugal «y comentan que les duran desde hace años y los meten en la lavadora».

Y como hay que predicar con el ejemplo, Salva Agüera explica que de vez en cuando sale a la calle con un sombrero de corcho, que además de protegerle de algún chaparrón, «aísla del frío y del calor». En cuanto a la impermeabilidad, el mejor ejemplo es el paraguas de corcho, «del que una familia francesa se ha llevado tres o cuatro».

Los turistas, sobre todo los extranjeros, son los principales clientes, en especial los alemanes, que son muy entendidos, apunta Silvia Díaz.

También pretenden que los clientes adquieran conocimientos, por eso cuenta que la tienda organizará excursiones a Ronda para visitar los alcornocales y conocer cómo se obtiene y procesa la valiosa corteza.

Con precios que van desde los 6 euros de los llaveros hasta los más de 80 de un modelo de bolso especial, los clientes no dejan de entrar. En este arranque del nuevo negocio abren de lunes a domingo. El cambio de tercio con la tienda está dando resultado; y eso, pese al trajín de camiones del futuro hotel en el palacio de Solesio. «Con lo que tenemos al lado y estamos vendiendo. Por lo menos, ya que trabajas, que llegues a fin de mes», argumento Silvia. Y llegan, gracias al discreto corcho.