El Campamento Benítez abrió este viernes por fin sus puertas, pero esta inauguración con prisas permite a los malagueños disfrutar a medias de ese pulmón que tanto demandaba la ciudad. Y es que a pesar de los 130.000 euros que ya han sido invertidos en este enclave, el espacio sigue sin tener la comodidades suficientes para disfrutar de un día de comida familiar, deporte y descanso.

El enclave cuenta con 20 mesas repartidas a lo largo de los 290.000 metros cuadrados que alberga lo que era el antiguo campamento militar. Un espacio suficiente para disfrutar de un día de descanso al aire libre y rodeado de vegetación , pero al que aún le faltan bastantes detalles para convertirse en el lugar de acampada y descanso que se pensó en un principio. Fuentes, aseos y vigilancia fueron algunas de las demandas de los primeros visitantes que decidieron pasar el día de ayer en el recinto.

Su disposición cerca del límite con Torremolinos, dota al lugar de una posición clave para ser uno de los lugares más demandados para los ciudadanos y turistas; un camping cerca de la playa, donde jóvenes, niños y familias puedan pasar el día o el fin de semana en el campo, un punto clave que muchos malagueños consideraban que le faltaba a la ciudad. Sin embargo, algunos creen que no se ha aprovechado toda su potencialidad. «¿Por qué no se han aprovechado las instalaciones que ya estaban construidas en la zona para construir un camping real con espacio para acampar?», se quejaba ayer Manuel Sánchez, quien conoce bien el lugar y, a pesar de encontrar «inmejorable» esta iniciativa, reconoce que el recinto ya contaba con las suficientes comodidades como para reducir la inversión. «Había 184 camas de literas que estabán intactas y que se podía haber dejado, un bar de oficiales que también podría haberse aprovechado, una piscina olímpica y una pista de entrenamiento que para este gente que viene a hacer deporte hubiera sido lo mejor», relataba.

Quedan 1.000.000 de euros de inversión y el propio alcalde reconoce que esta inauguración es solo provisional, ya que aún quedan demasiadas cosas que hacer. Uno de los ciclistas que ayer también aprovechó para visitar el campamento se preguntaba por qué se ha inaugurado y si no habría sido mejor esperar hasta que esté totalmente terminado. «Está muy bien, y lo veo buena idea, pero aún no hay agua, esa balsa esta ahí y no se puede llenar de agua, veo bien la idea, pero esta a medias». Por el momento los malagueños pueden acudir al enclave aunque este aún por terminar los sábados, domingos y festivos. A la espera de que se realicen las mejoras necesarias para que se convierta en un lugar apropiado para disfrutar en todo momento.

El Campamento Benítez tal y como se inauguró el viernes, ha supuesto una inversión de 130.000 euros y se prevé un gasto de un millón para realizar las reformas que aún necesita el recinto.

El campamento tiene casi 300.000 metros cuadrados de espacio, pero por el momento solo dispone de 25 mesas con bancos, así como 20 papeleras, y 200 plazas de parking, pero aún no cuenta con servicios básicos como agua, luz, aseos y vigilancia, además de un acceso a la zona norte, un parking mayor al ya existente y una cafetería.