­La búsqueda de la energía permanente y no contaminante es una de las demandas del ser humano desde el principio de los tiempos. Buscamos fórmulas que nos permitan calentarnos, iluminarnos, transportarnos, comunicarnos, en definitiva, métodos para hacer nuestra vida fácil, pero sin renunciar a la salud.

Sin embargo, hasta ahora las energías utilizadas, aunque sí han conseguido facilitar nuestro día a día, en la mayoría de los casos no siempre han sido respetuosas con el planeta.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más de 400.000 personas mueren prematuramente cada año en la Unión Europea debido a la mala calidad del aire y varios millones padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares provocadas por la contaminación. Además, el 92% de la población mundial vive en lugares con mala calidad del aire.

En comparación con otros combustibles, el gas natural reduce considerablemente las emisiones de óxidos de nitrógenoycasicompletamente las emisiones de partículas en suspensión y dióxido de azufre, o loque es lo mismo, los principales causantes de problemas de salud respiratorios. El gas natural es la fuente de energía fosil más limpia, menos contaminante y con menor contenido en carbono de todos los combustibles convencionales, por lo que toma una especial importancia para la reducción de las emisiones de agentes contaminantes y para la mejora de la calidad del aire. También es una fuente de energía eficiente y económica que facilita la productividad y la competitividad. No se conciben ya actividades comerciales como la hostelería y el sector hotelero sin el uso de esta energía, que se convierte en imprescindible en todos los sectores industriales donde precisan procesos térmicos, como el de la manufactura agroalimentaria.

Además, esta energía no sólo es limpia sino que es eficiente energética y económicamente hablando. En este sentido, entre los proyectos más destacados llevados a cabo por Gas Natural Andalucía en Málaga se encuentra la ejecución de 4.500 metros de red en Torremolinos para 40 clientes del sector terciario con un consumo estimado de 20 Gwh/año.

Según el Índice de la Calidad del Aire (ICA), en Málaga, la calidad del aire es buena pero viene sufriendo un ligero deterioro que debemos corregir si queremos prevenir algunas de estas enfermedades.

La pregunta es clara: ¿Qué podemos hacer para seguir disfrutando de un aire sano? Según María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la movilidad sostenible, junto a la gestión de residuos eficientes, es la base para tener un aire saludable y de calidad en las ciudades.

Pero también una de las soluciones para mejorar la calidad del aire que respiramos está en el uso racional de los recursos. Un buen ejemplo es el de Gas Natural Andalucía que suma esfuerzos en este sentido de tal manera que durante 2016 puso en marcha puntos de suministro en Málaga que evitaron la emisión a la atmósfera de 3.731 toneladas de CO2, lo que equivaldría a plantar más de 95.200 árboles. Además se evitaron la emisión de más de 9.742 kg de NOx, así como la emisión de 943 kilogramos de emisiones de PM10, lo que equivale a sustituir dentro de la ciudad 522 coches por bicicletas.

Desde hace 23 años casi 282.290 usuarios de la provincia de Málaga disfrutan de las ventajas de esta energía, gracias a una red de distribución de 1.200 kilómetros. En 2016, la compañía de Gas Natural Andalucía invirtió más de 19 millones de euros en la provincia, lo que demuestra su fuerte apuesta por Málaga.

Málaga comienza a ser un referente como ciudad modelo en la gestión energética sostenible y buena prueba de ello es que ya es un referente en cuanto Smartcity desde el año 2009.